En Petróleos Mexicanos (Pemex) se están
apurando. Buscan cerrar acuerdos y emitir bonos antes de que concluya el 2018.
Un nuevo gobierno, posiblemente uno encabezado por Andrés Manuel López Obrador,
estará al frente del país desde diciembre y la finalización de tres alianzas
para negocios de refinería, el cambio de los términos de dos farms-outs en sus
campos offshore, la licitación de 11 áreas en tierra y préstamos (que
alcanzarían los 3 mil 500 millones de dólares) son las prioridades para la
petrolera estatal.
Ciudad de México, 21 de junio
(SinEmbargo).– La empresa mexicana Petróleos Mexicanos (Pemex), que ha quedado
casi en ruina después de malas administraciones y de un esquema fiscal que la
despoja de grandes porciones de su ingreso, tiene prisa. De acuerdo con el
portal de Bloomberg, especializado en noticias de economía y financias, ha
acelerado sus planes y cierra acuerdos ante la posible llegada de Andrés Manuel
López Obrador.
Los bonos son, básicamente,
deuda que se apalanca en las finanzas del Gobierno mexicano.
El candidato de izquierda ha
prometido detener los planes de las empresas privadas en el sector energético
si llega a la Presidencia. Eso es lo que apura a Pemex, dice Bloomberg.
López Obrador ha anunciado,
además, el fin del reinado del líder sindical Carlos Romero Deschamps, un
individuo ligado al partido del Presidente Enrique Peña Nieto, el
Revolucionario Institucional (PRI), y a la corrupción endémica que sacude a
México.
El dirigente del Movimiento
de Regeneración Nacional (Morena) ha pedido en público al Presidente Peña que
detenga ya los contratos petroleros porque él tiene planes distintos. De
acuerdo con la mayoría de las encuestas, AMLO lleva entre 20 y 25 puntos porcentuales
por encima del segundo lugar.
“Petróleos Mexicanos está
acelerando el paso para cerrar acuerdos petroleros y emitir bonos antes de que
termine 2018, cuando un nuevo gobierno estará al mando. La petrolera estatal
mexicana tiene una pesada agenda este año que incluye finalizar tres alianzas
para sus negocios en refinería, cambiar los términos de dos farm-outs fallidos
en sus campos offshore, licitar 11 áreas en tierra y lograr préstamos por unos
3,500 millones de dólares”, informó la agencia de noticias.
“Si las elecciones del 1 de
julio ven triunfar al candidato puntero en las encuestas, Andrés Manuel López
Obrador, estas negociaciones podrían resultar más complejas. El candidato de
izquierda busca desacelerar el paso (si no es que frenar por completo) de las
reformas de 2013 que abrieron la industria petrolera a privados luego de casi
ocho décadas de control estatal. La llamada ‘apertura’ buscaba que Pemex
comparta su dominio petrolero a cambio de inversiones necesarias para el
sector”, agrega.
Según Bloomberg, la
incertidumbre política podría dañar el interés en una licitación programada
para octubre, “donde Pemex buscaría asociarse con empresas privadas para
desarrollar siete campos en tierra, así como otras 11 áreas en 2019 y dos
campos en mar que no lograron atraer suficiente interés el año pasado”.
El 5 de junio pasado, el
morenista Andrés Manuel López Obrador se reunió con integrantes del Consejo
Mexicano de Negocios (CMN), organismo cúpula que integra a algunos de los
empresarios más poderosos del país, y con los que el político tabasqueño tuvo
un intercambio ríspido de declaraciones a lo largo de la campaña.
Ahí, dijo Alfonso Romo Garza,
asesor económico y enlace con el empresariado mexicano del candidato de la
coalición “Juntos Haremos Historia”, López Obrador les informó que lo que hasta
ahora está bien hecho y es bueno para México se va a quedar intacto durante su
mandato, si es que el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México llega a la
Presidencia.
Pero también, afirmó Romo
Garza, AMLO le comunicó a los empresarios más ricos del país que en el caso de
la Reforma Energética y de los contratos petroleros que hasta ahora se han
dado, producto de ese radical cambio constitucional, se revisará todo “ a
puntualidad”.
El propio candidato
presidencia ha dicho en reiteradas ocasiones que esos contratos deben ser
analizados “uno por uno” para evitar que se hayan colado algunos “leoninos” o
semejantes a los del caso Odebrecht.
“En el caso de los que están
manchados de corrupción el procedimiento será legal, no vamos a confiscar nada
y comenzaremos a partir del primero de diciembre con los anteproyectos”, expuso
a finales de abril en Villahermosa, Tabasco.
López Obrador también ha
anunciado que convertirá a Tabasco –su estado de nacimiento– en “la capital
petrolera de México”, porque ahí se construirá una refinería para que en tres
años ya no se venda el petróleo crudo al extranjero, y se produzcan gasolinas y
diésel.
Antes, el 18 de marzo, justo
en el aniversario de la expropiación petrolera de 1938, AMLO afirmó que luego
de su triunfo, el próximo 1 de julio, le pedirá al Presidente Enrique Peña
Nieto detener ya los contratos energéticos entre el Gobierno de México y empresas
privadas.
“Sobre todo voy a pedirle que
ya se detenga la entrega de las costas de Yucatán y de Quintana Roo, que no
deben utilizarse para la explotación petrolera porque se trata de una de las
regiones turísticas más importantes del país; el turismo ha crecido y no debe
destinarse esa región del país para la explotación del petróleo, para evitar
que haya contaminación y se aleje el turismo. Voy también a pedirle que no se
entreguen campos petroleros ni en tierras ni aguas someras”, dijo en la Ciudad
de México.
También aseguró que el
Gobierno de Peña mintió cuando dijo que la Reforma Energética habría más
producción petrolera y los precios de los energéticos bajarían en beneficio de
los mexicanos.
“Decían los funcionarios del
Gobierno federal que para este año se iban a estar produciendo 2 mil 800
millones de barriles diarios y la producción actual es de mil 800 millones y no
se está trabajando en exploración ni en perforación de pozos, está en total
abandono la industria petrolera”, expuso.
(SIN EMBARGO/ REDACCIÓN / 21 DE JUNIO 2018)
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