Justin Puglisi durante la intervención
quirúrgica láser Lasik en el estado de Nueva York. El procedimiento de quince
minutos se realizó 700.000 veces el año pasado. Credit Uli Seit para The New
York Times
Desde que le operaron los
ojos con láser, Geobanni Ramírez ve todo por triplicado.
La intervención quirúrgica,
que según sus expectativas mejoraría su visión, dejó al artista gráfico de 33
años batallando con una sensibilidad extrema a la luz, visión doble y
distorsiones visuales que crean halos alrededor de los objetos brillantes y
convierten los faros de los autos en estrellas cegadoras.
Sus ojos están tan secos e
irritados que se pone gotas cada media hora; a veces, le arden “como cuando
picas cebolla”. Su visión nocturna es tan deficiente que salir una vez que ha
oscurecido es un peligro.
Sin embargo, Ramírez dice que
su cirujano opina que el suyo es un caso exitoso.
“Mi visión se considera de
20/20, porque veo todas las aes, bes y ces de la tabla”, dijo Ramírez. “El
problema es que veo tres aes, tres bes y tres ces”.
Ninguno de los cirujanos a
los que consultó le advirtió que podría tener un daño permanente después de la
operación con láser.
La Administración de
Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó las primeras
operaciones con láser para corregir la visión en la década de los noventa.
Aproximadamente 9,5 millones de estadounidenses se han sometido a una operación
ocular con láser, atraídos por la promesa de que se trata de un arreglo rápido
que les permitirá deshacerse de los molestos anteojos y lentes de contacto.
También hay una percepción
generalizada entre los pacientes, alimentada por muchos oftalmólogos que
practican esta operación, de que el procedimiento es casi a prueba de bobos.
No obstante, desde 2008
algunos pacientes que se habían sometido a esta intervención quirúrgica y sus
familiares testificaron en una reunión de la FDA acerca de su visión deficiente
y el dolor crónico que condujo a la pérdida de sus empleos e incapacidad,
aislamiento social, depresión e incluso suicidios.
Todavía hay importantes
cuestionamientos sobre los riesgos tanto a corto como a largo plazo y las
complicaciones de este procedimiento son cada vez más comunes.
Desde su operación Lasik hace dos años,
Geobanni Ramírez sufre distorsiones visuales y dolor ocular, entre otras
complicaciones. Ninguno de los cirujanos que él consultó le advirtió de efectos
secundarios permanentes, afirma. Credit Tamir Kalifa para The New York Times
Un estudio clínico reciente
llevado a cabo por la FDA sugiere que las complicaciones experimentadas por
Ramírez no son poco comunes.
Casi la mitad de todas las
personas que tenían ojos sanos antes de la operación ocular con láser
desarrollaron distorsiones visuales por primera vez tras el procedimiento,
según reveló el estudio. Casi un tercio desarrollaron, también por primera vez,
el síndrome de ojos secos, una complicación que puede causar incomodidad grave.
Muchos oftalmólogos insisten
en que la operación ocular con láser es el procedimiento más seguro que se
puede realizar en los ojos —algunos dicen que es el procedimiento médico más
seguro, punto— y que las complicaciones graves son “extremadamente raras”.
Ciertos cirujanos aceptan que
es posible que la visión de los pacientes presente una regresión después de la
intervención quirúrgica y que a veces necesiten usar anteojos. Sin embargo, la
mayoría de los que practican este procedimiento sostienen que la irritación,
los ojos secos, la visión doble y otras distorciones visuales, como las
padecidas por Ramírez, ceden en unos cuantos meses en la mayoría de los
pacientes.
Ese fue el caso de Justin
Puglisi, de 39 años, un mensajero que trabaja en la Guardia Nacional Aérea de
Estados Unidos. Experimentó ojos secos durante algunas semanas después de
someterse a una corrección láser de la vista en septiembre, pero ahora ya no
necesita usar gotas humectantes para los ojos.
“Es lo mejor que he hecho en
la vida por mí”, dijo Puglisi, quien vive en Baldwin, Nueva York.
Con frecuencia los cirujanos
señalan la popularidad del procedimiento como prueba de su éxito: la operación
ocular con láser se llevó a cabo en cerca de 700.000 ojos en 2017, una cantidad
mayor que los 628.724 de 2016, de acuerdo con Market Scope, una empresa de
estudios de mercado enfocada en la industria oftálmica.
Eric Donnenfeld con su paciente Justin Puglisi en
Consultores Oftálmicos en Long Island. "Es lo mejor que he hecho para
mí", dijo Puglisi. Credit Uli Seit para The New York Times
Los investigadores de la
Universidad Estatal de Ohio analizaron los datos clínicos presentados a la FDA
por los fabricantes del sistema lasik. En 2007, los investigadores informaron
que aunque la mayoría de los cerca de 4500 pacientes habían logrado una visión
de 20/20 o 20/40 seis meses después del procedimiento, el veinte por ciento
presentaba sequedad ocular grave o peor que antes de la operación.
Un porcentaje similar
experimentó resplandor, halos y problemas para conducir de noche “graves o
peores”.
Los cirujanos que practican
la lasik dicen que el procedimiento ha mejorado con el tiempo, y un análisis de
un cirujano realizado en 2017 de los datos más recientes entregados a la FDA
por los fabricantes concluyó que en muchos pacientes los problemas de la visión
se resolvieron finalmente.
Aun así, un año después de la
intervención quirúrgica, el porcentaje de los casi 350 pacientes que tuvieron
dificultades leves al conducir de noche había aumentado ligeramente al 20 por
ciento, mientras que el porcentaje con resplandores y halos leves se había más
que duplicado, llegando a cerca del 20 por ciento en cada una de las
categorías. El porcentaje con sequedad leve fue de más del doble, pues alcanzó
el 40 por ciento.
Cortando nervios al interior del ojo
Un paciente durante un
procedimiento Lasik en Consultores Oftálmicos en Long Island. La operación usa
un láser para reducir la curvatura de la córnea. Credit Uli Seit para The New
York Times
La lasik —que se traduce como
queratomileusis in situ asistida por láser— elimina la necesidad de los lentes
porque da una nueva forma a la córnea, el domo transparente y redondo que cubre
la parte frontal del ojo. La función de la córnea es enfocar la luz de la
retina en la parte posterior del ojo.
Los cirujanos que practican
la lasik usan un láser ultravioleta para reducir la curvatura de la córnea en
las personas miopes y acentuarla en los hipermétropes.
El cirujano usa primero un
anillo de succión para aplanar el ojo y cortar una especie de tapa en la
córnea, y luego la dobla para revelar la sección del medio, llamada estroma. A
continuación, el cirujano usa pulsos de un láser controlado por computadora
para destruir una parte del estroma y coloca de nuevo la tapa.
Todo el procedimiento, que
cuesta 4176 dólares en promedio, usualmente termina en menos de quince minutos.
La mayoría de las pólizas de seguro médico no lo cubren porque se considera un
procedimiento cosmético u opcional.
Cynthia MacKay, una de las
pocas oftalmólogas que se ha pronunciado en contra del procedimiento, dijo que
la operación puede dañar el ojo porque corta nervios minúsculos de la córnea,
la adelgaza y la hace más débil, además de alterar de manera permanente la
forma del ojo.
Dijo que después de la
intervención quirúrgica ocular con láser, todas las personas pierden
sensibilidad a los contrastes, la capacidad de distinguir tonos de gris, en
cierto grado. Es un procedimiento opcional, enfatizó, que no proporciona ningún
beneficio que no pueda obtenerse usando anteojos o lentes de contacto.
“No hay nada malo con los
ojos que se han sometido a la operación con láser excepto el hecho de que
necesitan anteojos para ver de lejos”, dijo MacKay. “Ven bien antes del
procedimiento y deberían ver igual de bien tras el procedimiento, pero no es
así”.
John Vukich, presidente del
comité de cirugía clínica refractiva de la Sociedad Estadounidense de Cirugía
Refractiva y de Cataratas, reconoció que las distorsiones visuales son un
posible efecto secundario de la lasik, pero que los avances tecnológicos han
reducido el riesgo.
“Ningún ojo es ópticamente
perfecto, y todos los ojos (con o sin lasik) tienen al menos algún grado de
distorsiones de orden alto. Estas irregularidades pueden causar distorsiones
visuales”, escribió en un correo electrónico.
La autora principal del
estudio, Malvina Eydelman, directora de la división de dispositivos oftálmicos
y para oídos, nariz y garganta del Centro de Dispositivos y Salud Radiológica
de la FDA, dijo que los investigadores habían concluido que el estudio clínico
de muchos millones de dólares había sido demasiado pequeño para producir
resultados significativos y que el objetivo del estudio había cambiado de
determinar cuántos pacientes tenían problemas funcionales a desarrollar un
cuestionario que podría usarse en investigaciones futuras.
“La FDA no tiene el dinero
ahora para llevar a cabo el estudio originalmente planeado, que era estimar el
porcentaje de pacientes con dificultades para llevar a cabo sus actividades usuales
como resultado de síntomas posteriores a la operación lasik e identificar los
factores de riesgo predictivos para esos pacientes”, dijo Eydelman.
Aunque la gente haya
experimentado dificultades, dijo Eydelman, estas no fueron “significativas”.
Una vocera de la FDA añadió que muchos pacientes “se acostumbran a los síntomas
con el tiempo”.
¿Ojos secos o con dolor?
Sarah Clair dijo que el dolor
por la sequedad de sus ojos era tan intensa que sentía "como si alguien me
hubiera dado un puñetazo en la cara". Credit Julia Rendleman para The New
York Times
El estudio clínico de la FDA
hizo poco para resolver el debate sobre la enfermedad de los ojos secos. Muchos
pacientes dicen que el término es un nombre inapropiado, que no describe el
agudo dolor ocular que han seguido experimentando años después de la operación.
“Cuando escuchas: ‘Puedes
tener ojos secos’, no parece algo importante”, dijo Sarah Clair, de 26 años, de
Richmond, Virginia, quien se sometió a una operación láser en 2016. Sin
embargo, su síndrome de ojos secos no se resolvió como le prometieron y un año
después de la operación se había convertido en un dolor intenso que se sentía
“como si alguien me hubiera dado un puñetazo en el rostro”, dijo Clair.
Muchos cirujanos que
practican la lasik desestiman las afirmaciones de dolor grave o lo califican de
extraordinariamente raro. No obstante, los oftalmólogos que estudian el dolor
dicen que su forma de pensar ha evolucionado en los últimos años y que ahora
reconocen que este procedimiento quirúrgico es uno de varios que pueden
conducir a un dolor neuropático, el causado por daño en los nervios.
Otras operaciones oculares,
como la de cataratas, pueden tener el mismo efecto.
“Cada vez que realizas una
operación y cortas tejido, dañas nervios. No importa si es una intervención
quirúrgica de senos o de ojos”, dijo Anat Galor, profesora adjunta de
Oftalmología Clínica del Bascom Palmer Eye Institute de la Universidad de
Miami.
Eydelman, de la FDA, dijo que
con la lasik, “como con otros procedimientos médicos, hay riesgos”, pero que la
FDA la considera “segura y eficaz cuando se le emplea para lo que está
destinada de acuerdo con el uso aprobado”.
Los críticos responden que la
lasik debería tener un estándar de seguridad más alto que otros procedimientos
médicos, puesto que es opcional.
“Aunque sea solo un dos por
ciento quienes tienen probabilidad de presentar problemas que reduzcan su
capacidad de visión, eso significa que son miles de personas las que se
arriesgan cada año”, dijo Morris Waxler, un alto funcionario de la FDA jubilado
que lamenta el papel que desempeñó en la aprobación de la lasik hace veinte
años. “¿Cuál es el nivel aceptable de riesgo cuando operas ojos sanos?”.
(THE NEW YORK TIME EN ESPAÑOL/ RONI CARYN RABIN /21 DE
JUNIO DE 2018)
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