Fotos: Enrique Botello
CESPT otorgó contrato a la empresa Odis
Asversa, pero el documento aún no se elabora ni firma, hasta que la revisión del
entramado legal dé certeza a las partes involucradas
La empresa israelí Odis
Asversa ganó el concurso de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de
Tijuana (CESPT), adjudicándose así el contrato para el Diseño, Construcción,
Equipamiento y Operación del Sistema de Conducción de Agua Recuperada para el
Valle de Guadalupe en el Municipio de Ensenada, por un monto de mil 544
millones de pesos.
A pesar que ya existe
adjudicación, el contrato aún no se ha elaborado ni firmado, debido a un vacío
legal en cuanto a la titularidad del agua, por lo que las partes siguen
analizando el tema, reveló el abogado Jaime Palafox, integrante del comité
técnico revisor de la licitación y el proyecto.
De acuerdo con los tiempos de
ejecución programados por la empresa, el sistema podría estar operando en
agosto de 2019, aunque integrantes del comité técnico del proyecto y de la
licitación estiman su puesta en marcha entre 14 y 16 meses, una vez agotada la
revisión técnica-jurídica que actualmente se realiza.
El proyecto consta de un
acueducto de 105 kilómetros de distancia, desde el polígono de la Planta de
Tratamiento de Aguas Residuales La Morita hasta los puntos de entrega en el
Valle de Guadalupe, es decir, por tubería a cada consumidor, en este caso hasta
los viñedos.
En una primera etapa tendrá
capacidad de 500 litros por segundo y en la segunda hasta mil litros por
segundo, lo que incrementaría entre 8 mil y 10 mil hectáreas sembradas, según
estimaciones de los vitivinicultores que han revisado el proyecto.
DISCUSIÓN LEGAL SOBRE TITULARIDAD DEL AGUA
“En este momento las partes
estamos en un proceso de valoración legal, toda vez que el agua en Baja
California es federal, llega de una concesión de la Conagua (Comisión Nacional
del Agua), pasa a los municipios, pero cuando sale del tubo ya es estatal”,
argumentó el también abogado.
“Estamos definiendo la
titularidad del agua porque la empresa no será dueña del agua, solo la recibirá
y la tratará; la definición de qué es lo que obtienen (los inversionistas) es
justamente lo que estamos trabajando ahorita”, indicó Palafox.
Como el agua ya se pagó, es
decir, se paga por tratamiento y distribución, por Ley, la CESPT tendrá derecho
a hacer un cobro, no puede vender el agua porque legalmente no tiene la facultad; tiene valor, pero no precio. Siendo así, el
agua nada más se entrega y se usa, “lo que hay que asegurar es la titularidad
del bien”, remató el entrevistado.
NO HAY RECURSO PÚBLICO, ES INVERSIÓN PRIVADA
Según Jaime Palafox, en la
solicitud de propuestas hecha por el gobierno estatal participaron alrededor de
siete empresas, la mayoría desistió porque el proyecto no lo financiará el
gobierno, sino la empresa.
Básicamente -ejemplificó- se
les dijo a las empresas “tengo esta agua que quiero limpiar y llevar a
Guadalupe, y la quiero de esta calidad; dime qué proyecto harías y cómo lo
harías, te garantizo que te doy el agua para que la trates y te doy un espacio
dentro de La Morita para que operes. Tú haces el proyecto, haces el tubo y
obtienes el derecho de vía”.
Las empresas pedían garantías
de pago al Estado en caso de que los productores no lo hicieran, eso fue parte
de lo más controvertido y, al decirles que no, prefirieron desistir “porque
ellos tienen que conseguir el financiamiento por mil 500 millones de pesos”.
Una vez que todo esté firme,
abundó, los productores “nos vamos a obligar a pagarle a la empresa”.
El 18 de abril, durante la
toma de protesta del Consejo de Desarrollo Económico en Ensenada, el gobernador
Francisco Vega de Lamadrid declaró que la inversión será de carácter privado.
PRECIO Y CALIDAD DEL RECURSO
En cuanto al precio, los
vitivinicultores planteaban pagar 9 pesos por metro cúbico, sin embargo, hasta
el momento el acuerdo es que llegue casi a los 11 pesos, privilegiando la
calidad del agua y siendo factible como negocio, tomando en cuenta que las amortizaciones
en términos de producción de vid van de 20 o 30 años, declaró Palafox, también
presidente del Consejo Estatal de Productores de Vid de Baja California.
El costo del proyecto incluye
el tubo principal para llevar el agua al Valle de Guadalupe y, resaltó, el agua
no se inyectará al acuífero, sino que llegará por tubería directamente al punto
de distribución por goteo.
De la calidad del agua,
Palafox sostuvo que luego de ocho meses de trabajo se alcanzó un consenso en
este tema, que fue privilegiar la calidad sobre el precio. Asesorados por más
de 25 científicos de Baja California, los vitivinicultores acordaron tomar como
referente el parámetro de Napa y lo que marca la Agencia de Protección
Ambiental de Estados Unidos para riego agrícola.
La empresa ganadora mejoró el
parámetro de calidad solicitado, es decir, “de mejor calidad que la que
pedimos, es impresionante lo que han logrado”, dijo el productor, para agregar
que este tipo de agua ya se usa en Israel y Querétaro para riego de hortalizas.
CAPACIDAD DE CRECIMIENTO DEL VALLE
“Lo que queremos es que ese
agua de reúso siempre esté disponible, que no sea temporal y luego se la
lleven, porque como las amortizaciones en términos de producción de vid van de
20 a 30 años, si no tenemos certeza de la disponibilidad del agua durante mucho
tiempo, difícilmente se hará la inversión para plantar lo que se pretende”,
advirtió Jaime Palafox.
En todo el país hay
aproximadamente 5 mil hectáreas de vid, de las cuales 4 mil están en Ensenada.
En Valle de Guadalupe hay unas mil 800 hectáreas sembradas, mientras que el
resto del área agrícola abarca otras 6 mil más.
Con el volumen de agua
tratada contemplado en el proyecto, ya en su segunda etapa, “pudiéramos crecer
tres veces o más la producción en el Valle de Guadalupe, algo fundamental para
incrementar el tamaño del vino mexicano en el mercado, de un 30 hasta un 60 por
ciento aproximadamente”, calculó.
“Estamos hablando de algo que
sería el futuro de la zona por 25, 30 años, este sector debe crecer muchísimo,
los actores vamos cambiar, pero todo depende que haya tierra y agua”, sentenció
el productor vinícola.
ACUÍFERO SOBREEXPLOTADO Y DE MALA CALIDAD
La presentación del proyecto
por parte de Odis Asversa incluye que la disminución en la disponibilidad del
agua en el acuífero de la zona se debe a la sobreexplotación. Almacena 218
millones de metros cúbicos, anualmente se extraen 53 millones de metros cúbicos
y solo se recargan 23.8 millones de metros cúbicos.
El costo por extracción de
agua subterránea es muy alto y la calidad del agua cada día empeora. Aunado a
la escasez, el reciente incremento en la concentración de minerales y metales
en el agua subterránea hace que el poco líquido no se aproveche al máximo.
La demanda actual en el Valle
de Guadalupe con fines de riego agrícola es superior a 775 litros por segundo.
Para garantizar su desarrollo económico por los próximos cinco años, se
requieren por lo menos 400 litros por segundo, aunados a los 755 que consumen
actualmente.
Con datos del Instituto
Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada (IMIP) contenidos en el
Programa Sectorial de Desarrollo Urbano-Turístico de los Valles Vitivinícolas
de la Zona Norte del Municipio de Ensenada, de continuar el consumo de agua en
la zona como hasta ahora, se prevé que para el año 2030, el acuífero estaría
abatido.
En un panorama más
apocalíptico, en un periodo de cinco o seis años pudieran verse agotadas las
reservas del Valle de Guadalupe, esto de acuerdo a estudios propios del IMIP y
de la Secretaría de Protección al Ambiente (SPA) revelados a finales de 2017.
En cuanto a la calidad, se
observan sólidos disueltos totales que sobrepasan el nivel máximo de referencia
en más de ocho veces y concentración de selenio en más de 12 veces en el agua
del Valle. No resulta satisfactoria en el 66% de los pozos, por tener salinidad
alta.
Esta zona está muy por encima
respecto del municipio y el Estado en cuanto a población que no cuenta con
sanitario, aproximadamente mil personas sin sistemas adecuados. Además, las
descargas de aguas grises han incrementado la presión sobre la calidad del
agua, indica el programa.
LOS EJES RECTORES DEL ORDENAMIENTO
El ordenamiento actualizado y
aprobado en Cabildo el 20 de abril de 2018, señala cuatro ejes rectores: Agua,
Agricultura, Comunidad y Paisaje.
De acuerdo con el arquitecto
Javier Sandoval, director del IMIP, el agua se considera un elemento regulador
del desarrollo y ordenador del espacio.
Por lo tanto, se deben
inhibir las actividades que por su consumo de agua debiliten la salvaguarda de
los cuatro ejes del programa, así como atender el ciclo completo del agua y
conservar la integridad de los cauces del arroyo.
En cuanto a la actividad
agrícola, vocación defendida por los productores, el programa sectorial define
que permitir solo actividades que sean compatibles para zonas agrícolas; en
zonas agrícolas, privilegiar esta actividad, salvo proyectos contemplados en el
programa; inhibir la formación de aglomeraciones que den pie a nuevos
desarrollos urbanos, controlar los existentes y realizar las actividades
mediante técnicas de riego eficientes.
Apenas el martes 22 de mayo,
la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE) pidió al IMIP, como parte de la revisión de
la actualización del programa sectorial, incluir párrafo en el diagnóstico y/o
en la estrategia general de desarrollo del programa donde se mencione que el
Gobierno del Estado actualmente promueve acciones para la conducción de agua
tratada para riego agrícola en el área de aplicación del programa, desde la
planta de tratamiento de aguas residuales La Morita en Tijuana, hasta el punto
de entrega en San Antonio de las Minas.
Además, incluir como uno de
los proyectos detonadores de la estrategia del programa, el de sistema de
Conducción de Agua de la Ciudad de Tijuana al Valle de Guadalupe, Ensenada”.
USO EFICIENTE, TÉCNICAS ALTERNATIVAS
Juan Villacís, consultor en
agricultura orgánica, considera que el recurso limitante en el Valle de
Guadalupe es el agua: “Es importante traer agua adicional, podría ser de mucha
ayuda, valles muy conocidos en California lo hacen desde muchos años con buenos
resultados, sin embargo, estamos seguros que otro paso importante es el uso
racional del agua que tenemos”, afirmó a ZETA.
En su opinión, el agua de
reúso es un complemento, “pero no elimina la necesidad que tenemos de
aprovechar el agua de manera inteligente y eficiente. Hasta ahora se ha dicho
mucho del proyecto, sin embargo, mientras esa agua no esté aquí, nos tenemos
que preocupar por el agua que ya está, cómo la vamos a usar y cómo la vamos a
aprovechar”.
En el mismo sentido, Jimena
Rábago, agrónoma y consultora, reseñó que lo que se ha discutido en términos de
ese proyecto ha sido la calidad del agua; uno de los problemas fundamentales es
la cantidad de sales que traerá ese agua, ya que los niveles preliminares de
sales que se estaban definiendo para el proyecto estaban por encima de las
sales presentes en los acuíferos del Valle de Guadalupe, donde ya hay un
problema de salinidad.
“Tendrá que haber una manera
de controlar la calidad del agua una vez en operación la planta”, comentó.
Por su parte, la oceanóloga
Paula Pijoan expresó que debido a las pocas lluvias en la zona, el problema de
escasez es más perceptible, aunado a que la poca precipitación se va al mar y
no se capta.
Puso ejemplos locales: en
Viñas de Frannes se han construido gaviones con piedras o madera colocados desde
20 centímetros hasta 3 metros; así el agua pierde velocidad y puede llegar a
los mantos freáticos para después obtenerla de los pozos.
En Rancho La Misión, Raúl
Yagues ha utilizado la técnica llamada Keyline, desarrollada en Australia, que
consta de hacer recortes en los cerros para que el agua no escurra
directamente, sino que se vaya deteniendo.
En el rancho de Francisco
Aguirre y Kirke Pingarrón, los dueños decidieron no desmontar toda la
vegetación de chaparral. La mayoría desmonta y posteriormente introduce
vegetación no nativa. En este caso la vegetación se incorpora a su sistema de
jardinería y esta a su vez es capaz de absorber agua y enviarla a los mantos
freáticos.
Chocan SIDUE, IMIP y
vinicultores por tren en Ruta del Vino
El consejo del Instituto
Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada y vinicultores, rechazaron
la propuesta de Alfonso Padrés Pesqueira, titular de la Secretaría de
Infraestructura y Desarrollo Urbano del Estado (SIDUE), de incorporar en el
Programa Sectorial de los Valles Vitivinícolas el trazo del tren Tecate-El
Sauzal, por el Valle de Guadalupe.
El listado de 13
observaciones a la actualización del programa, aprobada en Cabildo el 20 de
abril pasado y aún no publicada en el Periódico Oficial, fue recibida por el
Instituto Municipal de Investigación y Planeación de Ensenada (IMIP) la noche
del lunes 21 de mayo y revisada en el seno del Consejo a las 9:00 am del martes
22 de mayo.
Los consejeros pusieron lupa
a la solicitud de “incluir párrafo en el diagnóstico donde se indique que la
planeación de la propuesta del trazo del Ferrocarril Tecate-El Sauzal, la está
llevando a cabo el Gobierno del Estado, a través de SIDUE, SECTURE, ADMICARGA,
en coordinación con la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT),
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y Ferrocarriles
Nacionales de México (FERRONALES)”.
De igual manera, en los
Lineamientos Normativos, incluir una línea de acción que indique se debe
considerar el trazo propuesto del ferrocarril para la zonificación y diseño de
estrategia de conectividad.
El acuerdo fue unánime y
tajante: “En la reunión de presentación del proyecto de actualización del
programa sectorial, se dictamine dicho programa tal y como fue aprobado en
Cabildo, o, en su caso, se regrese al Ayuntamiento para la consideración de las
observaciones hechas a este programa por la Dirección de Ordenamiento
territorial, Vivienda, Estudios y Proyectos”.
Una vez en la reunión de la
Comisión Coordinadora de Desarrollo Urbano, dos horas después de la sesión del
Consejo del IMIP y acompañado de Natalia Badán, Fernando Pérez Castro y Álvaro
Ptanick, el abogado Jaime Palafox, vinicultor y miembro del citado consejo, le
dijo a Carlos López, director de Ordenamiento Territorial, Vivienda y Estudios
y Proyectos de SIDUE: “No queremos que previo a la publicación simplemente se
agregue el tren, sin decirnos ni cómo es, ni cómo funciona”.
El funcionario se asumió como
un defensor personal de la zona, sin embargo, al terminar la deliberación,
declaró a ZETA que la vía ferroviaria es necesaria porque la Federación ya
emitió el título de concesión por 50 años.
Dio a conocer una segunda
ronda de discusión para “elevar de nivel el tema”, aproximadamente dentro de
diez días hábiles. “Esto no está perdido, es una segunda ronda de gestionar,
dialogar con todas las partes, es todo lo que se ocupa, pero esto va para
adelante”, insistió el director de Ordenamiento.
Carlos López recalcó que “el
terreno ya se compró en un 50% y se apalabró en un 85%, decir que los
vitivinicultores no lo conocen, bueno… es que ya varios tienen conocimiento”.
Según datos contenidos en el
Cuarto Informe de Gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, se han invertido 228
millones de pesos en el proyecto, el 97.95% corresponde a inversión en compra
de predios dentro del derecho de vía y 2.05% al costo de los estudios. A la
fecha se han adquirido 116.62 hectáreas.
De acuerdo con Jaime Palafox,
la vía del tren incluye un túnel que pasa por la parte posterior de la bodega
de Cetto, llega al Arroyo Guadalupe y corre por un costado, aproximadamente 15
kilómetros; atraviesa Olivares Mexicanos hasta la carretera, corre dos
kilómetros a la orilla de la carretera Ensenada-Tecate, en el fraccionamiento
Las Lomas dobla hacia el sur y pasa por la parte de atrás ,hasta salir a un
cañón junto a Cuestamar, en Rancho Santa Anita y El Sauzal, aproximadamente 45
kilómetros en esa parte del trazo. Marco A. Flores Mancilla
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ MARCO A. FLORES/ LUNES, 28 MAYO, 2018 01:00
PM)
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