Fotos: cortesía
Investigaciones estatales refieren que
los seis hombres colgados vivos en puentes de La Paz y Los Cabos, trabajaban
para esa ala criminal del Cártel de Sinaloa; además que hicieron alianza con
Los Beltrán Leyva para combatir a los hijos de “El Chapo” y sus estructuras
criminales. En Baja California Sur se libran dos guerras del narcotráfico
Los seis cuerpos que
amanecieron colgados en puentes de La Paz y Los Cabos, el miércoles 20 de
diciembre, eran de hombres que -sugieren las primeras investigaciones-
pertenecían a la estructura criminal de “Los Dámaso”, aquellos que siguen en el
ala criminal del depuesto capo Dámaso López Núñez “El Licenciado”, detenido en
Ciudad de México en mayo de este 2017.
Efectivamente, el Cártel de
Sinaloa, escindido desde la aprehensión y posterior extradición de Joaquín
Guzmán Loera “El Chapo”, libra en Baja California Sur una guerra interna por el
poder del territorio para el trasiego y distribución de drogas.
Quienes se adjudicaron
criminalmente el terrorífico hecho criminal de los seis ahorcados, fueron “Los
Guzmanes y Tegoripeños”, otra célula del Cártel de Sinaloa, ligada
presuntamente a Joaquín Guzmán, tanto por el apodo como por el lugar de origen
de éste, Tegoripa, un poblado de Badiraguato, Sinaloa.
Son los mismos capos que se
han adjudicado los asesinatos de alto impacto, incluido el del comisionado
Estatal de los Derechos Humanos, Silvestre de la Toba y de su hijo.
Investigadores estatales
informaron a ZETA que en Baja California Sur se viven dos guerras criminales,
una entre las células del Cártel de Sinaloa y otra de ésa organización criminal
contra el Cártel Jalisco Nueva Generación y lo que queda de los Arellano Félix,
los cuales delinquían en aquel Estado.
“ESTO VA DE MAL EN PEOR”
“¡Que alguien pare ya esta
barbarie! Son apenas unos jovencitos y ahora nosotros, que no tenemos nada que
ver en el rubro, tenemos que bajarlos. Es una lástima en lo que se ha
convertido mi ciudad. Está muy cabrón el mensaje que dejaron, y parece que esto
va a ir de mal en peor”, lamentó un simple bombero, cuando apenas daban las
cinco de la mañana del 20 de diciembre, el cual tuvo que intervenir en labores
de Médico Forense para bajar los cuerpos de dos masculinos colgados en el
puente de Chametla que conduce al Aeropuerto Internacional de La Paz, Baja
California Sur.
Así de cruda fue la madrugada
del pasado miércoles en La Paz, Cabo San Lucas y San José del Cabo, cuando de
los principales accesos pendían cadáveres semidesnudos de seis hombres y junto
a ellos, narcomensajes amenazantes.
Estos hechos ocurridos por
primera vez en la entidad, palpan el nivel de violencia que va en aumento; los
mensajes de advertencia y la brutalidad de los crímenes, demuestran que los
problemas subirán de tono.
“Es sorprendente a dónde nos
hemos dirigido. Todo esto es claro que, con complacencia de nuestras
‘brillantes’ (autoridades), ya no solo los sicarios tienen permiso de ir a
ejecutar a una persona y huir, ya no solo es levantar a alguien y llevárselo;
vaya, ya no solo es tener el tiempo suficiente para colocar una manta; ahora el
cártel tiene tiempo o compró tiempo para colocar un narcomensaje y dejar
colgadas a dos personas con total impunidad. Solo esta clase de adornos le
hacían falta a nuestro Estado en la bienvenida para decirle a la gente: ‘no
vengan, estamos en guerra’”, denunció uno de los miembros de Atención a
Víctimas del Delito.
ESTE ES UN EXTRACTO DEL REPORTAJE QUE CIRCULA EN LA
EDICIÓN IMPRESA DE ESTE SÁBADO 23 DE DICIEMBRE
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADAS BCS ZETA /SÁBADO, 23 DICIEMBRE, 2017 09:16 AM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario