jueves, 23 de marzo de 2017

EN JUEGO, LOS NEGOCIOS DEL GRUPO ATLACOMULCO


Conforme se acerca la jornada electoral del Estado de México, a la par de los acostumbrados discursos triunfalistas de funcionarios y dirigentes del PRI, empiezan a manifestarse otras voces. En entrevista con Proceso, el consejero político de ese partido César Augusto Santiago señala que los desplantes púbicos del presidente nacional Enrique Ochoa no son idóneos para cohesionar a la militancia y atraer a los votantes

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Último reducto político del grupo que gobierna el país con Enrique Peña Nieto al frente, la elección en el Estado de México es fundamental para que el PRI se mantenga en la lucha por la presidencia en los comicios de 2018. Sin embargo, militantes históricos como César Augusto Santiago consideran que la dirigencia partidista no marca un rumbo.

Santiago, quien fue presidente nacional y ahora es consejero político del PRI, añade que la cúpula de su partido se encuentra alejada tanto de la militancia como de los 11 millones de votantes potenciales en aquella entidad, a los que no convencen de apoyar a su candidato, Alfredo del Mazo Maza. “Si no ganamos estaremos metidos en un grave problema”, advierte en entrevista.

A un mes de que arranque el proceso electoral para la sucesión de Eruviel Ávila en la gubernatura, reconoce que su partido no está en su mejor momento, porque la situación nacional no es fácil, hay un “humor social negativo” y su presidente, Enrique Ochoa Reza, no entiende lo que está pasando.

“Supone que con desplantes, retos y exageraciones va a resolver la situación”, señala el político chiapaneco. Considera erróneo que la dirigencia nacional “sólo emita berrinches, desplantes, retos y agresiones individuales a los personajes del momento, sin cuidar en dar una oferta clara y contundente de lo que quiere el PRI para el país y la gente”.

A su vez Bernardo Barranco Villafán, consejero electoral en el Consejo Local del INE en esa entidad, sostiene que para el PRI la elección del próximo 4 de junio es fundamental porque representa la posibilidad de que prevalezca un grupo de poder que ha hecho de las funciones de servidor público y de los recursos también públicos un negocio.

“La política en el Estado de México no sólo es un juego de poder sino un negocio jugoso. Siguiendo la filosofía de Carlos Hank González, del grupo de Atlacomulco, hay una tenue línea entre la política y los negocios, entre los empresarios y los actores políticos. En algunos casos pasan de ser funcionarios a ser proveedores, en otros son al mismo tiempo empresarios y políticos. De tal suerte que esto alcanza casos inusitados como ver al secretario de Gobierno, José Manzur Quiroga, que tiene declarados más de 80 millones de pesos en propiedades; además los ostenta, con un rancho con lago artificial, un pequeño zoológico y una colección de más de 200 vehículos Ford Mustang”, señala Barranco Villafán.

Precisa que, de cara a 2018, ganar la gubernatura le permitirá al grupo Atlacomulco, que lleva 90 años en el poder, garantizar la continuidad de su proyecto político y empresarial. De ahí que una derrota trascendería lo electoral e implicaría la debacle.

(Fragmento del texto que se publica en la revista Proceso 2106, ya en circulación)


(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/  JOSÉ GIL OLMOS 11 MARZO, 2017)

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