viernes, 8 de julio de 2016

TODO APUNTA A DON TRINI, EL CANTINERO DE NAVOJOA

Un buen intento para litigar en redes sociales a favor de Jorge Morales Borbón, ex secretario de Comunicación Social de Guillermo Padrés, el que hizo su esposa Kathya Félix al difundir una entrevista realizada por ella misma a un señor de nombre Alberto del Cid Carmelo, que confiesa haber aceptado un pago de mil 400 pesos para suscribir una denuncia contra el ex funcionario.

Mediáticamente, el video es explotable. Se trata de un septuagenario, habitante de la franja de la pobreza extrema, que no sabe leer ni escribir y acepta que por mil 400 pesos acudió, llevado por personas que no identifica, a presentar una denuncia que firma con una “X”, a oficinas que tampoco sabe dónde están ni a qué dependencia pertenecen.

La entrevistadora, además, es la esposa de Jorge Morales y sus preguntas, naturalmente inductoras hacia respuestas obvias.

Kathya Félix publicó, además de su entrevista en video, la primera hoja de la denuncia presuntamente del señor Del Cid. Allí se lee que los delitos por los que se le acusa (junto con Luis Enrique Montejano Martínez, el subsecretario en la gestión de Jorge Morales y al que Kathya no menciona) son: enriquecimiento ilícito, falsedad de declaraciones, tráfico de influencias, extorcion (sic), evasión fiscal y lo que más resulte.

La señora se cuida, sin embargo, de publicar el resto de las fojas, donde podría leerse a qué casos concretos se refiere, pero lo que es un hecho es que el señor no parece tener el perfil de quien sostuviera tratos comerciales con el secretario de Comunicación y, como él mismo revela en la entrevista citada, realmente no tiene la menor idea del caso en el que hoy aparece involucrado.

Eso, antes que abonar a la presunción de inocencia de Jorge Morales Borbón, parece agregarle pruebas de culpabilidad.

Si la memoriosa lectora no se distrae en peteneras, si el olvidadizo lector hace un esfuerzo mínimo por recordar algunas estampas del pasado, aparecerá Don Trini, aquel modesto cantinero que saltó desde Navojoa, a la fama mundial como avezado operador de bienes raíces, gestor ante instancias municipales y estatales y comprador de un terreno de más de 30 hectáreas en el Vado del Río en Hermosillo, una zona de altísima plusvalía.

Luego, el terreno aparecería a nombre de Juan Bautista Valencia Durazo, el entonces dirigente estatal del PAN, en un caso que le dio la vuelta al mundo.

O sea, si alguien le entiende a eso de la usurpación de personalidad, la coacción o la compra de voluntades a personas de muy escasos recursos, para camuflar grandes negocios, son precisamente Jorge Morales y sus amigos del sexenio pasado.

La denuncia del señor Del Cid, en quien se gastaron mil 400 pesos, se presentó en diciembre pasado, cuando ya se estaban integrando las averiguaciones previas contra Jorge Morales y se sabía que, por la cantidad de huellas que dejó en sus trapacerías, podría ser el primer padrecista que caería a la cárcel, como efectivamente sucedió.

¿Quién indujo al señor Del Cid a presentar una denuncia como esta? No se sabe todavía, porque él mismo dice no conocerlos, pero de que hay gente con experiencia en el tema, es un hecho. Y ahí está Don Trini el de Navojoa para documentarlo.

La propia Kathya Félix comentó ayer, en su cuenta de Twitter lo siguiente: “Cuando la farsa es instrucción, todo lo pueden hacer”. Y ella, como parte de la anterior administración lo debe saber muy bien, tanto, como para localizar al señor Del Cid y hacerle la entrevista ya citada.

No se trata de exonerar a la actual administración en este caso que, de confirmarse, obligaría a la gobernadora Claudia Pavlovich a dar un sonoro manotazo en la mesa y llamar a cuentas a quienes resulten responsables.

Pero conociendo cómo se las gastan aquellos que "suicidaron" en Guaymas a María Jesús Llamas Coronado “La China”; los que mantuvieron presa cuatro años a Gisela Peraza y todavía la querían mantener en la cárcel sembrándole droga; los que fabricaron toda clase de pruebas contra Mario Luna y Fernando Jiménez, entre otras “gracias”, pues también tendría que buscarse por ahí.

Y es que Jorge Morales no está preso por la denuncia del señor Del Cid. El ex funcionario está preso por la denuncia presentada por el apoderado legal del Grupo Larsa, quien lo acusa de extorsión y lo prueba con documentos que acreditan la comisión del delito vía transferencias bancarias. También hay denuncias similares de representantes legales de medios de comunicación de Nogales y Ciudad Obregón.

La denuncia del señor Del Cid no tuvo seguimiento. No acreditó nada, no ofreció pruebas y por lo tanto, no se le dio valor y no tiene consecuencias jurídicas.

Lo que sostiene el proceso contra Jorge Morales es la querella de los otros medios y esos sí acreditaron, con pruebas (como las transferencias bancarias de esos medios a las cuentas de Jorge Morales) que sí fueron extorsionados. Eso sí tiene un valor probatorio y por eso está en la cárcel. Por los delitos que se le han comprobado.

Lo otro es fuego de artificio, sobre lo que siempre hay que dudar, sobre todo viniendo de donde viene.

Al respecto, la Fiscalía Especial Anticorrupción emitió un boletín que a la letra dice:

La Fiscalía Especializada para la Investigación de Hechos de Corrupción  hace público lo siguiente:

- Las acciones que se realizan por parte de esta Fiscalía se fundamentan en la Ley y de acuerdo a los procesos que se indican en ésta.

- Por tanto, la Fiscalía no puede ni debe litigar en redes sociales o en medios de comunicación, procesos legales a su cargo, ni emite opiniones.

- Efectivamente, uno de varios denunciantes ante esta Fiscalía de delitos atribuibles al señor Jorge Morales Borbón, en su calidad de Secretario de Comunicación Social en la pasada administración estatal, lleva por nombre Alberto del Cid Carmelo.

- Sin embargo, el señor Morales Borbón no se encuentra privado de la libertad por la denuncia del señor Alberto del Cid Carmelo, sino por los hechos y las pruebas que con contundencia nutrieron la consignación y que un juez determinó como suficientes.

- La Fiscalía Especializada para la Investigación de Hechos de Corrupción invita cordialmente a quienes tengan queja o deseen denunciar cualquier situación, a que lo hagan ante la autoridad correspondiente y se determine lo que apegados a la Ley es conducente.

II

Ayer por la noche circuló en redes sociales la versión de que a Adrián Espinoza no le habían alcanzado las firmas recabadas para lograr su inscripción en la contienda interna por la dirigencia estatal del PAN.

Inmediatamente, fuentes de su equipo negaron los hechos y aseguraron que se trata de una nueva maniobra de los actuales dirigentes para descarrilar la campaña del cuervo apocalíptico de la desesperanza, que va en fórmula con el ex alcalde hermosillense Alejandro López Caballero.

Eso se sabrá hoy, con versiones oficiales de los involucrados. Lo que es un hecho es que en el PAN comienzan a cerrar filas, ahora sí, para posicionarse en cada una de las trincheras aquellos que han entendido la necesidad de desmarcarse de la carga negativa que representa el padrecismo.

Está de más decir que todos tienen dificultades en ese tema, pues en cada uno de los equipos hay personajes muy ligados, extremadamente ligados se puede decir, al ex gobernador de triste memoria.

Carlos Tapia Astiazarán y John Swanson en el equipo de Neto Munro; Agustín Rodríguez y Teresa Lizárraga en el equipo de David Galván, y Roberto Romero López, Mónica Robles Manzanedo y Alejandro López Caballero en el equipo de Adrián Espinoza, que él mismo es uno de los más fervientes admiradores y defensores de Guillermo Padrés.

En el recuento, y considerando lo que representa el ex secretario de Gobierno, Roberto Romero López, el que parece salir perdiendo es Adrián Espinoza. Si en un equipo se concentra lo más granado del ala dura del padrecismo, es en el suyo.

Con agregados interesantes como el hecho de que al final del sexenio pasado, Ernesto Munro terminó confrontado seriamente con Roberto Romero y con el mismo Padrés; de la misma manera como Javier Gándara, a quien se ubica en el equipo de David Galván, rompió con el ex gobernador porque éste montó en cólera cuando se enteró de que el ex candidato a la gubernatura, al que apoyó desmedidamente durante tres años para posicionarlo en el ánimo del electorado, en cuanto se enteró de que había perdido ya estaba culpando de la derrota a Guillermo Padrés, por su carga negativa.

Conviene volver sobre este tema mañana, con más tiempo y espacio. Por lo pronto aquí la dejamos.

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(DOSSIER POLITICO/ Arturo Soto Munguía/ 2016-07-08)

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