Alfredo Beltrán Leyva,
considerado uno de los principales operadores del cártel de Sinaloa, enfrentará
a partir del martes a la justicia estadounidense en una corte federal de
Washington DC en lo que será el inicio de una batalla legal que incluye una
serie de careos ante un grupo de testigos protegidos liderados por Vicente
Zambada Niebla “El Vicentillo” y Jesús Reynaldo Zambada García, “el Rey”.
Andrea Goldbarg, una de las
fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ) que intentará
hundir al Mochomo, presentó ante el juez
Richard León una serie de mociones en donde explica las pruebas que
incluyen, no sólo testimonios de los testigos protegidos, sino además llamadas
grabadas, fotografías y vídeos, que robustecen las acusaciones contra el menor
de los Beltrán Leyva.
“Las pruebas que se tienen
son abrumadoras y serán presentadas en su momento”, señaló Goldbarg, en un
documento fechado en junio de 2015, y del cual Riodoce mantiene copias.
Según el documento, el
Mochomo se mantuvo activo aún estando encarcelado después de su arresto, en
enero de 2008, continuó controlando la fracción que comandaba él junto con su
hermano, Arturo Beltrán, incluso ordenando
o aprobando la ejecución de enemigos que afectaban los intereses de sus
operaciones, según se lee en el expediente 1:12-CR-00184-RJL.
Llama la atención un apartado
en la página 7, que precisa cómo habría sido Arturo Beltrán Leyva quien ordenó
el asesinato de Julio Cesar Quintero Beltrán, y no Joaquín el Chapo Guzmán e
Ismael el Mayo Zambada, cuando en otra acusación radicada en el Distrito Este
de Brooklyn, se afirma que fue el Chapo y el Mayo quienes ordenaron la muerte
del “Julión”.
Ríodoce tiene copias de ambos
expedientes, y en ambos es clara la inconsistencia. Voceros del USDOJ dijeron
que no comentarían sobre esa situación, adelantando que sería en la corte donde
toda duda quedará despejada.
Sin embargo, es posible que
ninguna de esas pruebas vaya a ser incluso mencionada durante el juicio, toda
vez que el juez León desechó todo tipo de pruebas que no tuvieran que ver con
el tráfico de drogas.
Ello significa que los
sobornos mencionados con anterioridad por la fiscalía estadunidense, los
homicidios que habría ordenado el Mochomo, incluyendo el del Ex editor del
periódico Noroeste, Oscar Rivera, así como los actos de corrupción en contra de
ex gobernadores, jefes policiacos y otros funcionarios públicos, serían
desechados, lo cual representa un triunfo para los abogados defensores del Mochomo.
“Es un triunfo, pero aún así
los fiscales hubieran tenido que probar todas esas acusaciones, y muchas de
ellas estaban sin fundamente, pero el fondo de todo es que Alfredo fue
extraditado por tráfico de drogas, y al estar aquí lo quieren acusar de todo lo
que involucra a una organización criminal, no tenía sentido”, objetó Eduardo
Balarezo, abogado defensor del Mochomo.
Las acusaciones y pruebas que
los fiscales deberán presentar a partir de este martes , , deberán estar
relacionadas con las operaciones ilícitas del Cártel de Sinaloa entre el 2000 y
el 2012, por lo que ahora los fiscales tendrán que replantear su estrategia.
Para ello la fiscalía anexó a
otros capos del narcotráfico que habrían operado con los Beltrán Leyva y que
actualmente se encuentran en poder de Estados Unidos, entre ellos Sergio
Villarreal “El Grande”, y Edgar Valdez Villarreal “La Barbie”, y a un capo
colombiano identificado como Harold Mauricio Poveda Ortega, “El Conejo”, del cártel del Cártel del Norte
del Valle de Colombia.
“Todos ellos testificarán
como el acusado dirigió su organización, y estuvo presente en reuniones e hizo
llamadas para discutir cargamentos de cocaína, así como la recolección de
pagos”, se precisa en algunas de las acusaciones.
Además, la fiscalía podría
echar mano a otros narcotraficantes del cártel de Sinaloa, que también darían
su testimonio para hundir al Mochomo, y ellos serían Serafín Zambada Ortiz,
Rodrigo Aréchiga Gamboa el Chino Ántrax, todos ellos integrados al programa de
testigos protegidos.
Hay un testigo protegido que
colabora con la fiscalía estadunidense de quien se desconoce el nombre, y quien
aparentemente tenía un contacto muy estrecho con un alto mando policiaco de
Sinaloa, a quien el Mochomo habría sobornado en repetidas ocasiones.
De darse el careo, sería la
primera vez que dos altos mandos del cártel de Sinaloa se vean las caras en una
corte federal estadunidenses, y como ocurre en ese tipo de careos, se anticipan
gritos y hasta agresiones verbales durante la confrontación, toda vez que, en
este caso, la libertad está de por medio.
(RIODOCE/ Miguel Ángel Vega/ 14 febrero, 2016)
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