Contrario a lo que han dicho
las autoridades, los grupos del crimen organizado en Jalisco están conformados
en su inmensa mayoría por oriundos del estado. Así se confirma en seis
cárteles, incluido el CJNG, donde nueve de cada 10 de sus miembros nacieron en
estas tierras
"A mí no me gusta decirle Cártel
Jalisco porque está integrado por michoacanos y casi todos los detenidos que
hacemos son foráneos, entonces yo diría que es el Cártel Nueva Generación"
Luis Carlos Nájera
el 26 de febrero de 2015, mientras era
fiscal general
De todos los jaliscienses que han optado
por sumarse a las filas de algún grupo delictivo, lo hicieron mayormente como
halcones o vigilantes
No hay ninguna invasión. Las
organizaciones criminales con operaciones en Jalisco están integradas en su
inmensa mayoría por habitantes del propio estado, reclutados aquí mismo, y sólo
en una pequeña parte se trata de mexicanos que han provenido de otras entidades
del país.
Un reporte elaborado por la
Fiscalía General muestra que de todos los miembros del crimen organizado que
han sido detenidos o abatidos en enfrentamientos en el estado, en un periodo de
nueve años, de 2007 a hoy en día, siete de cada 10 casos eran originarios de
Jalisco.
Inclusive, de los 13 grupos
delictivos que han sido identificados con presencia en el estado en este
tiempo, en distintos grados, seis de ellos cuentan con estructuras conformadas
principalmente por ciudadanos jaliscienses, según estos registros.
Caen dos mitos. Primero, que
el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) es una organización delictiva
compuesta sobre todo por michoacanos: nada más lejos de la realidad, su
expansión tiene como correlato el reclutamiento de cientos de jaliscienses que
optaron por sumarse a sus filas.
Y segundo, la visión
pregonada por años por autoridades locales, que concebía a Jalisco como un
territorio a defender en sus fronteras de las incursiones externas de los
cárteles, cuando el funcionamiento de estos ha estado en buena medida sostenido
por mismos jaliscienses.
De los 586 integrantes del
crimen organizado detenidos o abatidos en el estado, el 69 por ciento eran
jaliscienses: 405, seguidos muy atrás por los originarios de Michoacán, 37;
Zacatecas, 37; Chiapas, nueve; Sinaloa, ocho; San Luis Potosí, siete, y Estado
de México, seis.
Estos estados concentran el
87 por ciento de la integración comprobada de las organizaciones criminales en
Jalisco, y el porcentaje restante lo componen 77 personas que provenían de
otras 11 entidades del país (28), Colombia (cuatro), Estados Unidos (uno) y de
origen desconocido (44).
Esos más de 400 jaliscienses
en grupos delictivos se dimensionan al saber que 116 de los 125 municipios del
estado no cuentan con una Policía así de numerosa, según el Instituto Nacional
de Estadística y Geografía.
Los jaliscienses han sido
mayoría en los siguientes cárteles: La Corona, con el 93 por ciento; el CJNG,
86 por ciento; Sinaloa o Pacífico, 80 por ciento; Caballeros Templarios, 71 por
ciento; La Resistencia, 69 por ciento, y Milenio-Valencia, con 52 por ciento.
El involucramiento de
jaliscienses está confirmado en tres organizaciones más, aunque en menor grado:
Los Aliados, un tercio de los suyos eran de aquí, en una proporción muy similar
a la hallada en La Familia; y Los Zetas, con menos de una décima parte de
locales en su composición.
En el único cártel relevante
donde la Fiscalía no ha comprobado la integración de jaliscienses es en el del
Golfo.
LA GUERRA
El reporte de la Fiscalía
evidencia que la peor y más sangrienta guerra entre cárteles por la que ha
pasado Jalisco, en 2011 y 2012, cuando el CJNG y La Resistencia dejaron
masacres de un lado y otro, fue, en esencia, una lucha de jaliscienses matando
jaliscienses.
El CJNG ha sido el grupo más
golpeado por las fuerzas locales, sobre todo estatales, con 326 miembros
detenidos o abatidos, de los cuales 280 eran de Jalisco, muy cerca de su
totalidad (nueve de cada 10).
Mientras que en La
Resistencia siete de cada 10 también eran oriundos del estado: 54 de los 78 que
han caído por detenciones o tiroteos.
Dentro de esa pugna están hechos
como los 26 cuerpos en los Arcos del Milenio en 2011, y 18 más en la Carretera
a Chapala en 2012, atribuidos al segundo grupo.
No obstante, aún el 26 de
febrero de 2015, el entonces fiscal general, Luis Carlos Nájera, decía:
“A mí no me gusta decirle
Cartel Jalisco porque está integrado por michoacanos y casi todos los detenidos
que hacemos son foráneos, entonces yo diría que es el Cártel Nueva Generación”.
Así lo afirmó, aunque la
Fiscalía sólo tiene constancia de la filiación en el CJNG de 16 michoacanos,
apenas un 5 por ciento de toda su estructura neutralizada, la cual manifiesta,
por cierto, su fortalecimiento nacional:
Cuatro miembros más eran de
Guerrero, tres de Sinaloa; un par de Tabasco y Baja California, y DF; y uno en
cada entidad siguiente: Colima, Guanajuato, México, Oaxaca y Zacatecas; junto a
dos colombianos y 10 sin precisar.
Fue en esa misma concepción
de un estado en vilo por “foráneos”, que el gobernador, Aristóteles Sandoval,
dio su declaración del 20 de enero de 2014, leída como un sistema de “fichaje”
de michoacanos:
“Hay pobladores que están
viniéndose a Jalisco, entonces debemos detectar sobre todo que sean familias de
bien, detectar quiénes son, a dónde llegan, en qué escuelas estarían, a qué se
dedican, sobre todo para tener esa información y esa tranquilidad de que no es
gente que se dedica al crimen organizado”.
De hecho, de los 17
liderazgos del CJNG neutralizados -encargados de plaza o jefes de sicarios-,
todos eran jaliscienses. De los otros cabecillas en el reporte, uno era de La
Resistencia, de Baja California; tres de Los Caballeros Templarios, de Jalisco,
y uno de Los Zetas, zacatecano.
MUY DE JALISCO
El CJNG soporta, en efecto,
gran parte de su estructura en jaliscienses. En la comercialización de drogas,
el 95 por ciento lo son (20 de 21); en el halconeo o vigilancia, el 87 por
ciento (111 de 127); en sus alas de sicarios el 87 por ciento (110 de 127), y
todos sus liderazgos caídos (17), de acuerdo con el informe.
Los pocos grupos que sí
parecen haber intervenido en Jalisco por medio de incursiones con células
conformadas previamente en otros estados son tres: el Cártel del Golfo, de
cuyos seis detenidos cinco eran zacatecanos y un duranguense.
La Familia, de sus 19
miembros neutralizados, 13 eran michoacanos y solo seis de Jalisco; y muy en
particular Los Zetas: pues de sus 50 miembros detenidos o abatidos, 31 venían
de Zacatecas, siete de San Luis Potosí, cuatro de Durango, dos de Guanajuato,
uno de Guerrero, otro de Veracruz, y solo cuatro locales.
De todos los jaliscienses que
han optado por sumarse a las filas de algún grupo delictivo, lo hicieron
mayormente como halcones o vigilantes: 168 (41 por ciento); luego, como
sicarios: 154 (38 por ciento); y en la comercialización de la droga: 26 (6 por
ciento).
LAS SEÑALES QUE ALERTAN
La Encuesta de Cohesión
Social para la Prevención de la Violencia y la Delincuencia 2014 arrojó que en los jóvenes de Guadalajara de 15 a 29
años, el 15.2 por ciento ha tenido la presencia en su vida de conductas
delictivas, y el 13.7 por ciento del uso de marihuana, inhalantes u otras
drogas.
El 4.2 por ciento dijo haber
usado un arma para defenderse; el 3.3 por ciento haberse ligado a una pandilla
violenta; el 18.4 por ciento tener un familiar cercano preso. Cada punto
porcentual representa aproximadamente 8 mil 754 jóvenes.
Al preguntárseles a los
jóvenes de 12 a 29 años sobre los compañeros que tienen, el 19.2 por ciento
dijo que estos han portado armas o droga; y el 21.1 por ciento que han
consumido drogas. Cada punto representa cerca de 9 mil 932 tapatíos.
(REPORTE ÍNDIGO/ LUIS HERRERA/ Lunes 31
de agosto de 2015)
No hay comentarios:
Publicar un comentario