Jesús
Murillo Karam, extitular de la PGR. Foto: Benjamin Flores
Jesús
Murillo Karam justificó las acciones y las omisiones del gobierno de Enrique
Peña Nieto desde la toma de posesión de éste, en 2012; le dio carpetazo al
estallido de la torre de Pemex en 2013 y quiso hacer lo mismo con la tragedia
de Iguala, el año pasado, con una “verdad histórica” que ocultaba más de lo que
revelaba. Bastó que un grupo de especialistas independientes analizaran el caso
para que se cayera esa versión, fabricada para justificar la indolencia federal
y deslindar del crimen al Ejército y a los policías federales.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- La tarde del 31 de enero de 2013 una detonación cimbró las
estructuras de la Torre B2 del complejo de edificios de Pemex. Sobre la avenida
Marina Nacional, en la Ciudad de México, se expandieron el pánico, el humo y
las inmediatas especulaciones. Fue una detonación similar a un sismo que
derrumbó la estructura diseñada por el arquitecto Pedro Moctezuma Díaz Infante
y dejó a decenas de personas atrapadas en los escombros.
El
gobierno de Enrique Peña Nieto apenas cumplía dos meses. Las versiones sobre un
atentado proliferaron dentro y fuera de la emblemática paraestatal. La
administración federal necesitaba darle un “carpetazo” al episodio, que dejó un
saldo oficial de 37 muertos, y para eso utilizó al político de gesto duro,
implacable y eficaz en estas tareas: el titular de la Procuraduría General de
la República (PGR), Jesús Murillo Karam.
Cinco
días después del accidente, el 4 de febrero, Murillo Karam lanzó su primera y
polémica “verdad histórica” en medio de la suspicacia social: la explosión fue
causada “por gas acumulable”.
Cuando
los reporteros le preguntaron en conferencia de prensa por un maletín
encontrado en los escombros, el exgobernador de Hidalgo soltó lo que pretendía
ser un chiste: “Abren la maleta y se encuentran lo más peligroso para un
hombre: cosméticos de mujer… y es lo más peligroso que traía esa maleta”.
Ese
chiste posicionó a Murillo Karam como uno de los funcionarios del gobierno de
Peña Nieto más repudiados en las redes sociales. En menos de cuatro horas, a
las 10:20 de la noche, había más de 10 mil comentarios negativos hacia su
declaración en Twitter, según el sitio especializado Topsy.
Aún
no había pronunciado el famoso #YaMeCansé. Ésta la dijo al final de la
conferencia de prensa del 7 de noviembre de 2014, cuando en el mismo puesto de
procurador fue perfilando su “verdad histórica” sobre el ataque a los 43
normalistas de Ayotzinapa desaparecidos desde el 27 de septiembre en Iguala.
#YaMeCansé
se convirtió en el hashtag más replicado hasta ahora en las redes sociales en
México. Entre el 7 y el 20 de noviembre, fue mencionado en más de 10 millones
de mensajes de Twitter y más de 15 millones en Facebook.
Esas
tres palabras se convirtieron en el síntoma de hartazgo, irritación social e
incredulidad ante el relato de una especie de holocausto a la mexicana ocurrido
en el basurero de Cocula. Como en el caso de la Torre de Pemex, Murillo Karam
pretendió darle “carpetazo” a una investigación y a la discusión sobre el
paradero de los 43 normalistas.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 2028, ya en circulación)
(PROCESO
/ JENARO VILLAMIL/ 12 DE SEPTIEMBRE DE 2015)
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