Peritos
en busca de los normalistas desaparecidos, en Cocula, Guerrero. Foto: Germán
Canseco
Los
resultados de la investigación de los expertos de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos –la cual echa por tierra la existencia de la pira funeraria
masiva– no es el único golpe a la versión de la PGR sobre el caso Ayotzinapa.
Ahora hay otro torpedo disparado a la línea de flotación de la “verdad
histórica” del exprocurador Jesús Murillo Karam: las confesiones de los
supuestos sicarios que hablaron de la quema en un basurero de Cocula de los
cuerpos de los normalistas… Fue obtenida mediante el recurso de torturar a
cuatro albañiles.
MÉXICO,
D.F. (Proceso).- Según el gobierno federal, uno de los principales operadores
del grupo criminal Guerreros Unidos en Cocula, Guerrero, es Patricio Reyes
Landa Salgado. La realidad es que se trata de un albañil tan pobre que su
familia recibe fondos de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
En
noviembre de 2014 este hombre fue señalado por la Procuraduría General de la
República (PGR), junto con otros tres trabajadores de la construcción, como
responsable del asesinato y cremación de los 43 normalistas de Ayotzinapa
–secuestrados en Iguala, Guerrero, el 26 de septiembre de ese año– en el
basurero del cercano municipio de
Cocula.
Para
cerrar el caso, el pasado 27 de enero el entonces procurador general, Jesús
Murillo Karam, presentó a Reyes Landa, Jonathan Osorio Cortez, Agustín García
Reyes y Felipe Rodríguez Salgado como las piezas que resolvían todo. Afirmó que
ellos habían confesado el asesinato e incineración de los estudiantes y agregó
que todas las pruebas científicas apuntalaban las confesiones.
Pero
el sábado 5, el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) de
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos informó que en realidad tal
cremación nunca ocurrió.
Ahora
se sabe, por el examen médico practicado en la PGR a Rodríguez Salgado y los
testimonios de sus familiares, que los albañiles fueron torturados. En sus
conclusiones, el GIEI, basado en un peritaje forense independiente, concuerda:
quienes “confesaron” el asesinato y cremación de estudiantes fueron
coaccionados mediante tortura.
La
PGR afirmó en noviembre de 2014 que Reyes Landa, Osorio y García Reyes
confesaron haber triturado los restos de los estudiantes y haber metido sus
cenizas en bolsas que dejaron o vertieron en el río San Juan.
En
realidad ninguno de ellos declaró eso. Según lo prueban sus declaraciones
ministeriales –de las cuales se tiene copia–, ese argumento fue inventado por
la PGR.
Desde
diciembre pasado los autores de este reportaje –en colaboración con Proceso y
el Programa de Periodismo de Investigación de la Universidad de California en
Berkeley– revelaron la participación del Ejército y la Policía Federal en los
ataques contra los normalistas el 26 de septiembre (“La verdadera noche de
Iguala”, Proceso 1989); que fueron cinco los autobuses involucrados y no
cuatro, como decía la PGR; y que los estudiantes fueron monitoreados en todo
momento por los gobiernos federal y estatal. El GIEI confirmó esto en su
investigación.
Para
el presente reportaje se entrevistó a las familias de tres de los albañiles con
quienes la PGR fabricó su “verdad histórica”.
(Fragmento
del reportaje principal que se publica en la revista Proceso 2028, ya en
circulación)
(PROCESO
/ ANABEL HERNÁNDEZ Y STEVE FISHER/ 12 DE SEPTIEMBRE DE 2015)
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