Saltillo.-
El director del periódico Zócalo Monclova, Luis Eduardo Mendoza López, fue
detenido en forma arbitraria por elementos de la PGR, quienes irrumpieron en
las instalaciones de este medio de comunicación.
Mendoza
López relató que elementos de la Fiscalía Especializada en Delitos Electorales
(FEPADE) lo detuvieron de manera arbitraria y sin darle a conocer sus derechos,
por un presunto delito cometido en 2012.
Señaló
que ayer por la tarde, cuando bajaba de su automóvil para ingresar a las
instalaciones del periódico Zócalo Monclova, dos elementos de la FEPADE lo
detuvieron, acto seguido, lo subieron a una camioneta y, pese a que tuvo
derecho a una llamada telefónica, posteriormente los agentes manipularon sus
teléfonos violando su privacidad y el ejercicio de su acción periodística.
Mendoza
López consideró que se trató de una detención arbitraria, ya que el delito que
se le imputa sucedió hace tres años, lapso en el cual nunca fue requerido por
las autoridades federales.
El
caso del comunicador se agrava ya que en el trayecto de Monclova a Saltillo,
los elementos lo amedrentaron diciéndole que tras su arribo a la delegación de
la PGR, sería trasladado a Tepic o a Veracruz.
“No
pido privilegios, pero sí un proceso y trato digno. Me decían: ‘te vamos a
llevar para Saltillo, pero de ahí te vamos a llevar a Veracruz, más vale que te
prepares, no sabemos a dónde, te vamos a llevar en un avión’, y yo ni siquiera
podía hablar con mi familia”, relató.
Calificó
la detención como una acción criminal y una violación a sus derechos humanos,
que pone en riesgo la libre expresión en la entidad.
“Por
una situación como ésta, que te traten como un delincuente, es una falta de
respeto a la profesión, a la libertad de expresión, a nuestras familias, a
nuestro medio en el que trabajamos y notros no estamos haciendo nada, a los
periodistas los matan y nosotros no traemos pistolas, sino plumas”, dijo.
El
director del periódico Zócalo Monclova confirmó que en breve interpondrá una
queja ante organismos defensores de derechos humanos.
PIDEN SILENCIO POR LIBERTAD
Luego
de permanecer detenido por cinco horas en la Subdelegación de la PGR en
Saltillo, Luis Eduardo Mendoza López, director del periódico Zócalo Monclova,
relató los momentos de angustia que padeció tras su arbitraria captura.
Sentado
en la sala de conferencias en las instalaciones de Zócalo Saltillo, relató el
desafortunado episodio del que fue objeto a manos de agentes federales, quienes
pretendieron acallar la denuncia pública que hizo Zócalo tras conocerse la
detención de su colaborador y pidieron negociar su libertad a cambio del
silencio, a lo cual esta casa editora se negó:
LA DETENCIÓN
Era
cerca de la hora a la que voy al periódico (Zócalo Monclova), alrededor de las
17:00 horas. Había atendido cosas personales, y una vez que me encontraba
estacionando el auto Nissan Tsuru que conduzco, dos personas que iban en una
camioneta blanca me dicen que estoy detenido y pregunto “¿por qué estoy
detenido?”.
Se
identifican vagamente. En un momento, al principio, ellos me enseñan una hoja
en la cual me dicen que estoy detenido por un delito electoral, “¿pero cuál
delito electoral?, ¿Qué delito he cometido para que me estén deteniendo?”,
pregunté.
Las
personas éstas no dejaron que cerrara el carro, de hecho estoy en Saltillo (a
las 22:00 horas), y el carro no sé si está cerrado, no me dieron oportunidad de
verificar que el auto lo estuviera.
Platicamos
en general en el interior de la camioneta. Me comienzan a explicar un poco el
por qué de la detención, que se trataba de un delito cometido en el 2012.
A
mí me prestan las hojas hasta que estoy detenido, arriba de la camioneta, pero
no me dijeron dónde fue cometido el delito, ¿Saltillo?, ¿Monclova?, o donde
hubiera sido, o ¿qué hice?
INCERTIDUMBRE
Me
dicen que tengo derecho a una llamada telefónica, pero momentos después
comienzo a recibir llamadas por mi teléfono privado; yo no sé si la ley
especifica que pueden manipular mi teléfono, pero a mí me lo quitaron,
posteriormente comienzan a dirigir y escuchar, no sé si eso está permitido.
Acatando
lo que me dijeron, realizo solamente una llamada, y con eso me basta.
Nos
dirigimos a Saltillo, no me golpean y no me ponen esposas, inclusive platiqué
sobre de qué se tratan los delitos electorales, y solicité una copia de algo.
Me dijeron que no. Traían varias hojas y en una de ellas, en la parte
principal, se leía el porqué de esa denuncia. Solicité ver la orden de
aprehensión, pero dijeron que no, porque esa era sólo para ellos.
Yo
quería conocer más sobre mi denuncia ¿dónde había sido? y ¿por qué había sido?
No me mostraron algún citatorio para presentarme ante una autoridad para
aclarar ese punto.
COMO DELINCUENTE
Soy
el director del periódico (Zócalo) de Monclova y no estoy pidiendo un trato
preferente. Me dicen ellos que me preparara porque me iban a llevar a Saltillo,
y que de ahí me iban a trasladar a Tepic (Nayarit), “o te vamos a llevar para
Veracruz”.
O
sea ni podía hablar con mi familia y explicar el porqué estaba detenido; yo
tenía que explicar en este caso también a mis jefes, porque estaba consciente
de que hay cosas laborales y que había que atenderlas.
Le
hablé a mi jefe y me dijo que estuviera tranquilo y que no me preocupara, que
él lo revisaba, no me dejaron llamar a mi casa, a partir de ese momento las
llamadas fueron emitidas desde el centro de trabajo. Cuando intenté realizar
llamadas por mi teléfono privado me hacían señas para que le cortara.
Se
me hace muy excesivo, ¿cómo puede ser que te pongan a ti como un delincuente?
Había
pendientes y cosas a publicar y ¿cómo le iba a llamar a mi señora en caso de
necesitar un medicamento, para que me lo llevara y que lo tuviera listo?, o
alguna situación en la que me explicara lo qué estaba sucediendo.
Creo
que es demasiado, para un delito electoral, ya que lo que ocurrió es propio
para un delito fuerte. Ni para los delincuentes lo hacen.
Resulta
indigno el trato mientras que afuera hay tantos delincuentes, violadores,
extorsionadores, ladrones y asaltantes. Fue un trato indignante, no puede ser
tanto, y para colmo, gracias a las nuevas reformas, los dejan en libertad ya
que no los atrapan infraganti. Y a mí no me agarraron infraganti y ya me iban a
trasladar. No es justo que me lleven “a la horca” por eso.
Por
las mismas noticias que hemos cubierto como periodistas, hemos visto
asesinatos, robos grandes, atracos con armas largas y en menos de 24 horas
están en la calle. Y a un periodista, independientemente por las fallas en que
haya incurrido, lo tratan como si fuera el peor de ellos.
¿LIBERTAD DE EXPRESIÓN?
Exigimos
respeto a la profesión y a la libertad de expresión, a nuestro medio, a
nuestras familias.
Hemos
dicho muchas veces que a los periodistas los matan, no traemos armas, traemos
plumas, cámaras, no puede ser que te traten como a un criminal, cuando no es un
delito de alto impacto, como le llaman ellos.
-POR QUÉ VAS A VERACRUZ O A TEPIC, ¿POR
PUBLICAR ALGO?
O
sea, si se ponen a revisar, hay libertad de expresión, pero que te detengan con
este aparato, así como un delincuente, se me hace una anomalía de la autoridad,
que no solamente pone en riesgo tu integridad, tu salud, a tu familia, a la que
no puedes explicar nada, porque ni tú sabes hasta dónde van a llegar. Y más por
algo de información que circula en redes sociales no hay un control e inclusive
hay notas de hace más de un año y siguen ahí como si fueran actuales.
Llevaré
el caso ante Derechos Humanos, fue un trato indigno a una persona que no es un
delincuente. Ya estaba en mi centro de trabajo y previamente ya había llegado
al periódico, no se identificaron plenamente, no me leyeron mis derechos, no me
informaron el por qué de la detención. Violentaron mis derechos humanos,
civiles y laborales.
PIDEN SILENCIO POR LIBERTAD
Funcionarios
de la Procuraduría General de la República pretendieron acallar la denuncia
pública que hizo Zócalo, luego de conocerse la detención de su colaborador, y
pidieron negociar su libertad a cambio del silencio, a lo cual esta casa
editora se negó.
(ZOCALO/
REDACCIÓN/ 27/08/2015 - 03:00 AM)
Creo que es demasiado, para un delito electoral, ya que lo que ocurrió es propio para un delito fuerte. Ni para los delincuentes lo hacen.
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