En
entrevista, el periodista italiano revela una conversación en la que El Mayo
propuso a Joaquín Guzmán ceder el mando
NUEVA
YORK, 10 de marzo.– Tiene la certeza, que no las pruebas en la mano, pero lo
dijo convencido: Joaquín El Chapo Guzmán Loera es, así en presente, el Steve
Jobs del mundo del narco. De ahí que a Roberto Saviano le cueste admitir que su
persecución desde Culiacán hasta la torre Miramar, en Mazatlán, se haya debido
a un simple descuido. La mano de Ismael El Mayo Zambada está ahí. “O lo entregó
o no lo protegió más”, afirmó contundente.
El
escritor y periodista italiano sostuvo su afirmación en una infidencia a la que
tuvo acceso tras siete años de investigación. Se trataría de una conversación
en la que los dos principales líderes del cártel del Pacífico se hablaron como
siempre, a la cara, pero de manera inusualmente dura.
Al
menos no para el autor de Gomorra.
En
el testimonio recogido por Saviano, El Mayo Zambada le pidió a El Chapo Guzmán
Loera apartarse, lo que él mismo haría, para dejar paso a las nuevas
generaciones. “Si no lo hacemos, si no les cedemos el control, ellos lo tomarán
por su cuenta y riesgo”.
Y
más. Le habría dicho: “Si no te vas habrá una guerra civil dentro de nuestra
organización”.
La
entrevista con Saviano transcurre ya entrada la noche en el sótano de uno de
los hoteles del barrio de Chelsea.
¿Pero
por qué en un sótano? Saviano es un hombre amenazado, cuya cabeza tiene precio.
La mafia italiana lo condenó desde la aparición de su primer libro. Hoy vive
escoltado las 24 horas del día.
La
temperatura afuera es apenas testigo del invierno más duro que ha vivido Nueva
York en 118 años. Ahí, frente a las cámaras de Cadena Tres y Excélsior TV,
Saviano fue cálido, se dio tiempo para sonreír, no pareció ser nunca el “muerto
que habla”, como se describe en CeroCeroCero, su más reciente obra, publicada
bajo el sello de Anagrama.
Saviano
presentó recién el viernes su nuevo libro-ensayo sobre los secretos del imperio
de la cocaína en América Latina y sus múltiples conexiones. CeroCeroCero, el
libro que lanzó al mundo “como una venganza personal”, para demostrar “que no
han podido callarme, que mi música sigue sonando”, y que está llamado a convertirse en un fenómeno
editorial, como lo fue Gomorra en 2006, del que vendió 10 millones de
ejemplares y que se tradujo a 55 idiomas.
En
CeroCeroCero, Saviano relata en detalle el acuerdo en los años 80 entre los líderes
del narcotráfico de Colombia, encabezados por Pablo Escobar y Miguel Ángel
Félix Gallardo, su contraparte mexicana. O, mejor dicho, la entrega de la
estafeta, la capitulación de los más grandes líderes del narcotráfico
colombiano a manos de los mexicanos. Nacieron así los reyes del imperio, del
bajo mundo, del mundo.
“En
el caso de El Chapo me impactó mucho su arresto. No he podido descifrarlo del
todo. ¿Fue traicionado? ¿Se entregó?”, se preguntó Saviano a sí mismo.
Así
que no tiene problema en desenredar esta complicadísima maraña: “La declaración
de El Mayo, de la que estuve enterado unos meses antes, me deja grandes dudas.
¿Por qué hizo esa declaración, por qué permitió que alguien más la escuchara?
“Prácticamente
le dijo: ‘O te vas o habrá una guerra civil dentro de nuestro grupo’. Para mí,
El Mayo tuvo responsabilidad en la captura de El Chapo. No sé si lo vendió,
pero lo que es un hecho es que no lo protegió más. Lo dejó a su suerte.
“Me
resulta muy extraño que El Chapo Guzmán cometiera una imprudencia como la que
cometió”.
Saviano
se refiere, claro, a que después de salir indemne en Culiacán de una cacería
feroz por parte de efectivos de la Marina mexicana y de los servicios de
inteligencia estadunidense, que le pisaban ya los talones y estuvieron a
escasos ocho minutos de atraparlo, el narco haya optado por tomarse un respiro
para visitar a su esposa y sus dos gemelitas en un edificio cualquiera de
departamentos, frente al mar.
“Me
da la impresión que se sentía seguro. Un jefe, un capo, un boss como El Chapo,
sólo se siente seguro cuando le dan garantías sobre su seguridad”.
¿LO ENTREGARON O SE DEJÓ ATRAPAR?
Al
principio pensé que se habría dejado atrapar, que sabía que era la única forma
de mantenerse con vida, pero de verdad que me resulta extraño. Estoy seguro que
vivió situaciones similares (a las de Culiacán e incluso a la de Mazatlán) y se
salió siempre con la suya, salió de ellas. ¿Por qué esta vez no?
Saviano
cree con firmeza que si El Chapo se hubiera entregado se arriesgaba a ser
extraditado, de acabar sus días en alguna prisión de Estados Unidos. Que habría
tenido, sin remedio, que capitular. Que entregar lo más valioso de su botín: la
capacidad de mandar. Su poder. El poder.
Pablo
Escobar, el más grande y sanguinario narcotraficante de todos los tiempos, dijo
alguna vez que prefería una tumba en Colombia que vivir en una prisión en
Estados Unidos.
Claro,
también Salvatore Mancuso, El Triple Cero, Cero, Cero (que da nombre al más
reciente libro de Saviano y es, además, el grado de mayor pureza de la
cocaína). Cuando fue extraditado a Estados Unidos se convirtió en un
arrepentido, en un sapo (lo que sería en México un informante del gobierno, un
delator o un traidor para los narcos) porque aquí, en Estados Unidos, se
interrumpió su posibilidad de mando, de poder. Ésa es la diferencia. Si eres
condenado en Estados Unidos no volverás a mandar. Quedas aislado. Estás
acabado. Y debes estar callado aunque, a veces, en cierto punto, tengas que
colaborar, de manera necesaria, con las autoridades, así sea para salvar a los
tuyos, a tu dinero.
“EL GOLPE DE ESTADO”
“El
Chapo Guzmán, explicó Saviano, sabía perfectamente que si llegaba a una prisión
en Estados Unidos tendría que hablar si quería salvar una parte de su dinero,
de sus rivales, porque quien ocupa ya el puesto que dejó vacante en el cártel
del Pacífico se quedará con todo. Con el dinero que de seguro Guzmán Loera
tiene en muchos países, en México, en EU, en Suiza, en Andorra, en Belice, en
Panamá, en todas partes. “Por eso no creo que se haya entregado”, remató.
Hace
unos meses un juez de Guadalajara le abrió la puerta a Rafael Caro Quintero y
quedó libre.
Pensarán
que exagero, pero la liberación de Caro Quintero fue peor que si hubiera
ocurrido un golpe de Estado en México. Desde mi perspectiva, sólo desde mi
análisis, y quiero remarcarlo, fue algo así como si los narcos le hubieran
dicho al gobierno mexicano “hazte a un lado. Esta lucha es entre nosotros y
Estados Unidos”. Su liberación mandó un poderosísimo mensaje al gobierno de
Obama. ¿Cuál es el mensaje? Es claro, contundente: “Vieron, Caro Quintero ordenó la tortura y
muerte de Enrique Kiki Camarena (el agente de la DEA) y ahora está libre”.
El
mensaje, insisto, no fue al gobierno mexicano, no fue para los cárteles, ni
siquiera para el pueblo de México. El mensaje fue directo a Washington.
Saviano
insiste en su hipótesis. No deja nada suelto, como hace en sus libros, como
hizo en Gomorra, cuando se convirtió en película de la mano de Matteo Garrone y
que la llevó a ser galardonada con más de una veintena de premios
internacionales, entre ellos el gran premio del jurado del Festival de Cannes
en 2008. El mensaje del mundo del narcotráfico a Estados Unidos fue, siempre
según Saviano: “Nosotros aquí mandamos y hacemos lo que queremos”.
Entonces,
Caro Quintero regresará a sus actividades.
No
lo creo. Caro Quintero estará fuera de cualquier operación. Se hará a un lado.
Él ya ganó. Tuvo su victoria personalísima con su liberación.
El
gobierno de México no está convencido en entregar a El Chapo Guzmán a Estados
Unidos. ¿Quiere de esta forma evitar quedar fuera de esta trama, no sentirse
doblegado, retomar la iniciativa para que esta lucha no sea de dos?
Para
mí sería riesgoso no hacerlo. Después del episodio de Caro Quintero el gobierno
mexicano no quiere extraditar a El Chapo porque quiere demostrarle al mundo que
la suya es una democracia capaz de administrar sus problemas.
Creo
que se equivoca, no debería ser así. Después que El Chapo gobernó durante ocho
años desde la cárcel, después que El Chapo hizo de la cárcel una más de sus
propiedades, después que se escapó hace trece años, qué garantía da hoy el
gobierno mexicano. ¿Cree que El Chapo contará todo lo que sabe? Puede que sí.
¿Dirá todo? Veremos.
Saviano
está convencido que en los 80, una vez que los cárteles colombianos cedieron a
los mexicanos la distribución de la cocaína, los grandes capos de la droga,
entre ellos Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto
Fonseca, los Carrillo Fuentes, Juan
García Ábrego, los Arellano Félix, El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, entendieron
que con reglas, con las reglas que hicieron los mafiosos italianos, incluso
antes de la unidad de ese país, serían los amos. Se distribuyeron las rutas,
las plazas, pero siempre bajo códigos de “honor”.
En
el capítulo Big Bang, Saviano cuenta que “Los colombianos (los productores de
la cocaína) tenían la costumbre de pagar cada cargamento en efectivo. Medellín
pagaba y los mexicanos hacían el transporte a Estados Unidos a cambio de pesos.
Luego de dólares. Sin embargo, al cabo de un tiempo Félix Gallardo intuyó que
el dinero podía devaluarse y que la cocaína resultaba más conveniente:
Distribuirla directamente en el mercado norteamericano sería un gran golpe.
“Cuando
los colombianos empezaron a encargar más cargamentos, Félix Gallardo quiso que
le pagaran en mercancía. Los colombianos no tenían alternativa y aceptaron, así
que, de golpe, los mexicanos pasaron de ser transportistas a distribuidores”.
Funciona,
dijo Saviano, hasta en las grandes empresas. “A menudo el distribuidor se
convierte en el mayor competidor del productor, y los ingresos de la actividad
superan a los de la casa madre”.
REVOLUCIÓN JUDICIAL
Saviano
encuentra en la detención de Joaquín Guzmán Loera, el narcotraficante más
importante del mundo, una ocasión inmejorable para dar un vuelco a la historia.
“Si
en verdad El Chapo Guzmán se arrepiente y está dispuesto a hablar, el gobierno
de México tendrá que ir a fondo y desentrañar las relaciones del narcotráfico
con los políticos; investigar el dinero que llega a los grandes partidos
políticos por parte del narcotráfico. De todo esto se sabe hoy poquísimo.”
Para
ello, dice, es necesario tejer toda una estructura nueva, porque jueces con
ganas de ir a fondo hay pocos, policías con coraje y valor hay pocos, están
solos.
“Si
México quiere quedarse con El Chapo debe entonces emprender una revolución
judicial que le permita a la ley indagar en la política. Si esto no ocurre en
México no habrá un renacimiento”.
Pintas
un panorama negro.
Se
vislumbra un futuro negro, pero hay que tener el valor de decirlo. México es un
país joven que cuenta mucho en la manija del desarrollo del país más poderoso
del mundo: Estados Unidos. Ésta es una buena oportunidad para cambiar la
historia.
MÉXICO, EN EL CENTRO DEL UNIVERSO
El
escritor italiano de 35 años, por quien la mafia puso precio a su cabeza hace
ya nueve años, analiza de manera crítica, como casi nadie se atreve a hacerlo
en México, los asuntos del narco.
“Quien
no conoce hoy México no puede entender el mundo actual. Suena crudo, pero es
así. Hoy México es el centro del Mundo.”
Y
México está ahí por no muchas razones, sino por una principal. Los cárteles de
la droga, los grupos criminales del mundo, controlan, mandan hoy en el mercado
de la cocaína.
Para
Saviano, como explica en CeroCeroCero, es justamente la cocaína la que gobierna
el mundo.
Sus
descripciones van más allá de una simple reseña policiaca. El mundo de la
literatura lo tiene atrapado. Así que combina el dato duro, que tanto gusta a
los periodistas, el dato objetivo, con la literatura. No es fácil, pero lo
resuelve.
“La
coca la consume quien ahora está sentado a tu lado en el tren y la ha tomado
para despertarse esta mañana; o el conductor que está al volante del autobús
que te lleva a casa porque quiere hacer horas extras sin sentir calambres en
las cervicales. Consume coca quien está más próximo a ti. Si no es tu padre o
tu madre, es tu hermano, si no es tu hermano entonces es tu hijo. Si no es tu
hijo, es tu jefe, o su secretaria, que esnifa sólo el sábado para divertirse.
Si no es tu jefe, es su mujer, que lo hace para dejarse llevar. Si no es su
mujer es su amante, a quien él se la regala en lugar de pendientes y aún mejor
que diamantes… Quien la consume está contigo… Pero si, pensándolo bien, crees
que ninguna de esas personas puede esnifar cocaína, o bien eres incapaz de
verlo, o mientes o, bien, sencillamente,
la persona que la consume eres tú.”
Saviano
lo subraya con énfasis. “En el tema de la droga, de la economía mundial, México
no es hoy algo periférico. Es el centro, el corazón pulsante del mundo.
“Estoy
convencido de una cosa: Si Europa, si Estados Unidos y muchos otros países no
se dan cuenta que deben empeñarse en contrarrestar los flujos financieros del
narcotráfico, un sólo país no podrá hacerlo solo. Lo digo claramente. Ni México
ni Italia por sí solos podrán conseguirlo. Tampoco lo logrará España, Grecia o
incluso Portugal. Todos estos países fueron invadidos por recursos criminales,
cuando no por los cárteles mexicanos, por los rusos. Me preocupa que de eso no
se hable, o se hable poco. Este tema debería ser un asunto de primerísimo
interés para la autoridad, para la opinión pública común. Miles y miles
deberían de denunciar lo que está ocurriendo frente a ellos.
“Creo
que la crisis económica que se vive en muchos países ha engrandecido la imagen
de los cárteles de la droga. Por ejemplo, muchos dirán que El Chapo hacía su
tarea, que la Camorra hace lo suyo, que el problema son siempre los políticos,
los trabajos mal pagados, que la culpa es de los ricos, de la falta de trabajo:
La culpa hoy es de todos. Es un problema global que debe atenderse de manera
global. México no podrá solo.”
Pero
en México hay muchos periodistas presionados, amenazados por el narco.
Sí,
lo sé. ¿Y sabes por qué han muerto tantos? Porque el tema del narcotráfico no
ha sido visto más que como una macabra anécdota. Las historias del narco en
México se han contado poco. Los periódicos del mundo, los periodistas del
mundo, deben centrarse hoy en lo que pasa en México más allá de la crónica de
una masacre. Deben interesarse en esas historias que, cuando lo entiendan,
estarán en sus países, a su lado. Entre más se cuenten las historias de lo que
pasa hoy en México, cuando haya más atención en el mundo, habrá entonces menos
muertes de periodistas. A ellos, a los grupos criminales, les costará mucho más
trabajo, se la jugarán cada vez que atenten contra un periodista mexicano,
porque la mirada del mundo estará en su contra.
LA LEGALIZACIÓN, EL CAMINO
En
México existe hoy un debate sobre la legalización de la mariguana. Es un debate
que no todos creen útil, conveniente.
Detesto
cualquier droga. Ni siquiera de jovencito las probé. Y como yo odio las drogas,
justamente por eso pediría su legalización. No se trata de incentivar el
consumo de la mariguana o de otras drogas. Legalizándolas puedes hacer una
campaña en su contra.
Aquí
de lo que se trata es de arrancárselas, de quitárselas a los narcos. Para mí
ése es el único camino. Si mañana se legalizaran todas las drogas en México,
las metanfetaminas, el ice, la mariguana, la coca... los cárteles de la droga
se derretirían como nieve bajo el Sol.
Los
grupos criminales —dijo Saviano— buscarían otros caminos, el contrabando, la
prostitución, los juegos de azar, pero no tendrían la fuerza de ahora con la
liquidez que les da el narcotráfico.
“Tengo
que decir que José Mujica, el presidente de Uruguay, cuando impulsó la
legalización de la mariguana, lo hizo para contener en su país a los cárteles
mexicanos que habían llegado. Los cárteles mexicanos estaban ya ahí presentes
con el dominio de la coca y la mariguana. Ahora, al menos, les quitarán una
rebanada a ese pastel, se evitará que sigan con sus ganancias millonarias.
“Entiendo
que legítimamente, quien me oiga, quien me lea, pueda decir que no, que es
injusto que pueda venderse cocaína en una farmacia. Lo entiendo.
“El
tema moral, es más, lo comparto, pero creo que no hay alternativa. Hay que
considerar que el capitalismo está en crisis y que por eso el sistema
financiero necesita del dinero del narcotráfico. Sigo pensando que la
legalización de todas las drogas, fundamentalmente de la cocaína, el motor del
mundo, es el único camino por dramático que así suene. En medio de todo está un
mercado que sólo en México deja ganancias de entre 25 mil y 50 mil millones de
dólares al año”.
LA INDIFERENCIA
En
los últimos seis años se contabilizaron, algunos dicen que 70 mil muertos,
otros que 100 mil muertos, en la lucha de los cárteles mexicanos por controlar
el mercado de la droga y el combate del Estado para frenarlos, pero la realidad
es que a pocos les interesa ese número, si acaso cuando hay alguna víctima
colateral.
Esto
que dices es muy interesante. Ese mismo error se cometió en su tiempo en
Italia. La gente pensaba que los muertos que aparecían en la calle eran asuntos
entre criminales de barrios pobres, de la selva o de campesinos violentos. Lo
que no entendieron, y me doy cuenta que ocurre en México y que quiero que los
lectores entiendan, es que lo que están viviendo ahí son historias que tienen
que ver contigo, con tu vida, con tu familia, con tus hijos, con tus elecciones
morales y personales. No entiendo por qué el mundo mexicano, la burguesía
mexicana, considera estas historias de masacres, sí, graves, pero lejanas. La
economía mexicana de hoy está con-dicionada total-mente por el narcotráfico;
los beneficios del narcotráfico están a tu lado, en tu banco, con el lavado de
dinero; con el tráfico de personas, pero está también en las descargas tóxicas
ilegales, el trabajo en las fábricas donde se explota a los trabajadores, en la
industria alimentaria. En la ropa que visten tus hijos. Está en todas partes.
Hay que entender algo: Quienes deciden quiénes somos nosotros y quiénes son
ellos lo deciden siempre ellos, los narcos. En vez de matarse entre ellos,
matan entre nosotros. No habría que serles indiferentes”.
¿QUIÉN ES ROBERTO SAVIANO?
Nacido
en Nápoles, el 22 de septiembre de 1979, es un periodista y escritor italiano
por quien la mafia puso precio a su cabeza. A Saviano le fascina que los
periodistas se refieran a él como escritor y que los escritores hablen de él
como periodista. Se siente feliz en esa calidad de “híbrido”. El caso es que
Saviano cuenta historias y de manera descarnada habla de la realidad económica
y territorial de la Camorra en Italia y del crimen organizado a escala mundial,
pero se detiene en México, donde los cárteles de la droga son algo así como los
campeones del mundo.
Estudió
filosofía moderna en la Universidad de Nápoles Federico II y saltó a la fama en
2006 con la publicación de Gomorra, en el que describe los negocios de la
Camorra. La gran repercusión del libro —con más de un diez millones de copias
vendidas— provocó una reapertura del debate sobre el crimen organizado en Italia
y le valió a Saviano amenazas de muerte de las familias camorristas. Desde
entonces el gobierno italiano le proporciona una escolta permanente.
Es
calificado por Umberto Eco como héroe nacional. Saviano decidió abandonar
Italia después de que la prensa reveló el 14 de octubre de 2008 que el clan de
los Casalesi, a cuyos integrantes señaló directamente por sus crímenes, tenía
previsto asesinarlo a él y a su escolta en un atentado espectacular antes de
Navidad.
Roberto
Saviano colabora desde el exilio con el periódico La Repubblica y el semanario
L’Espresso. En Estados Unidos lo hace con The Washington Post y The New York
Times. En España, con El País; en Alemania, con Die Zeit y Der Spiegel; en
Suecia, con Expressen y en Inglaterra, con The Times.
(EXCELSIOR/ CARLO PINI/ 10/03/2014 09:36)
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