domingo, 12 de julio de 2015

RECLAMAN POR INSEGURIDAD EN LA RUMOROSA


Vecinos del poblado ya están hartos de tanta inseguridad, de los constantes robos, de asesinatos, de la indolencia de las autoridades en una comunidad ubicada en una zona estratégica, considera de descanso y recreo, turística, pero hoy carcomida por la zozobra. Diez policías repartidos en tres turnos protegen a cuatro mil habitantes. El subprocurador Gerardo Sosa no ha acudido a las reuniones ciudadanas, y el director de la Policía de Tecate, asegura no había ido “por la veda electoral”

Frente a los funcionarios de la Policía Municipal de Tecate, de la Procuraduría de Justicia del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública, los reclamos de los residentes del poblado La Rumorosa se multiplican.

Jesús Manríquez denunció que el miércoles 24 de junio, ladrones cortaron la malla de su cerco y abrieron un almacén con maquinaria de trabajo. Se llevaron un compresor, plantas de luz, cubetas de pintura, equipo.

“El fin de semana pasado había personas ahí frente a mi casa alterando el orden, llamé a la patrulla, fueron y se calmaron. Cuando se fueron los policías, empezaron a gritarme groserías, hablé de nuevo a la Policía y me dijeron que no podían hacer nada”, expone Graciela Calderón, integrante del Comité Ciudadano del Poblado.

“Voy a poner un letrero en mi propiedad para ofrecer 10 mil pesos a quien me dé información sobre los que se han metido a robar en mi casa, y ya que los identifique, los voy a mandar matar”, dice sin tapujos en plena asamblea el ex diputado local Armando Martínez Gámez, residente de Mexicali.

CÍRCULO VICIOSO

“Este es un pueblo olvidado”, sostiene Francisco Javier Herrera, del comité ciudadano. Hace notar que en La Rumorosa no hay servicio de transporte, que los autobuses no se detienen en el poblado, y quienes deben viajar a Mexicali o a Tecate, deben esperar los camiones en la caseta.

“Las personas de la tercera edad muchos son pensionados, tienen atención en el Seguro Social, a las cuatro, cinco de la mañana los ves caminando por las orillas de la carretera, hasta la caseta de cobro”, explica Herrera e informa: en La Rumorosa habitan cerca de 4 mil personas, la mayoría pensionados y de la tercerea edad.

De la inseguridad, comenta que La Rumorosa se ha convertido en un lugar donde se han asentado varios centros de rehabilitación -hay otro para migrantes- y los internos recorren el poblado, piden apoyo, recogen basura. “Pero nos hemos dado cuenta que ellos solo andan visualizando, intervienen (en los robos) de una u otra forma.

“Últimamente los robos han sido saqueos, se llevan hasta los muebles de cocina”, y en La Rumorosa abundan casas de descanso, en las cuales no siempre se encuentran sus habitantes.

De la presencia de la autoridad procuradora, baste mencionar que en el pasado había una Agencia del Ministerio Publico pero la cerraron, se la llevaron hasta El Hongo.

“Estamos en un círculo vicioso, sabemos que muchos policías están ordeñando a ciertos malandrines para que sigan trabajando, hay mucha corrupción en el cuerpo policiaco”, acusa Herrera, para luego resaltar que hace falta mayor vigilancia, hay diez policías municipales en tres turnos; hace cuatro meses consiguieron tres motocicletas todoterreno con la promesa de que la Secretaría de Seguridad Publica aportaría los agentes. Hasta el momento los vehículos siguen almacenados.

RUMOROSA, TIERRA DE NADIE

Es sábado por la mañana y al salón social del FIARUM empiezan a llegar residentes del poblado, funcionarios de la Procuraduría, de la Policía Municipal de Tecate, de la Secretaria de Seguridad Publica, de los comités ciudadanos. Sin más preámbulos, empiezan los reclamos.

Luis Granados, del Comité Ciudadano, entregó las llaves de las motocicletas al director de Seguridad Pública de Tecate, Juna Bartolomé Lam, pero este dijo no poder recibirlas, ya que “no estaba autorizado, no soy la persona indicada”. Cuando le recordaron que no había asistido a anteriores reuniones, justificó que no le habían permitido asistir “por la veda electoral”. Inmediatamente Granados le reviró: “Déjeme decirle que los robos, lejos de aminorarse en la temporada electoral, aumentaron. No creo que esa situación esté por encima de asesinatos, de robos. Creo que la seguridad  de la ciudadanía está por encima de cualquier cosa…”.

A su vez, Juan Aldrete, del Comité Ciudadano de Seguridad Publica de Tecate, expuso que el obstáculo para la entrega ha sido la burocracia gubernamental.

“Usted sabe muy bien que tenemos un delegado que es un monigote, que no nos sirve para nada”, repuso Francisco Javier Herrera, insistiendo que la parte burocrática se debe de hacer a un lado, añadiendo que la comunidad ya está desesperada, “Se habla de ir a levantar las plumas de la caseta, para ver si así podemos llamar la atención del Estado, ya no del Municipio, porque el Municipio nos ignora. La Rumorosa cada vez se hunde más y más, los robos siguen aumentando, la semana pasada al señor Manríquez le saquearon su casa y hasta los muebles de la cocina se llevaron”.

Otra residente, Wendy, invidente, refirió que hace unos días trataron de meterse a su casa. Ella dice haber llamado a la Policía y que los agentes tardaron en llegar. Contó el caso de unos vecinos que fueron asaltados, los amarraron, les robaron y nunca llegó la Policía. En otra ocasión -prosigue Wendy con su narración- tuvieron que salir de improviso por unas medicinas, de regreso los siguió una patrulla, “lo que querían era una mordida”, y explica que su esposo traía en el auto un machete que usaba para cortar leña.

En la reunión las denuncias suben de tono. Dos mujeres señalan han pasado seis meses desde el asesinato de su padre, Gilberto López, y hasta el momento “nada, le hablamos al Arellano (el agente que lleva el caso) y nos dicen que no hay nada, que no saben nada”, comenta la más joven. Su padre fue asesinado en La Rumorosa mientras cuidaba un rancho.

“Lo encontramos muerto, enterrado, según los ministeriales nos están ayudando, pero no tenemos respuesta”, cuando incluso ellas han ayudado en la investigación.

Un residente más culpa de la inseguridad a quienes deambulan en torno a la Casa del Migrante: “No son migrantes; es un nido de rateros, son vagos que encontraron un lugar donde meterse. Ya saquearon todo el lugar, el cableado, por dentro esta todo destrozado, ahí se reúnen todos los drogadictos, es un picadero”.

En su turno, el ex diputado local priista Armando Martínez Gámez, contó que hace 25 días su casa fue saqueada, por lo que tomó la decisión de mandar hacer un letrero donde textualmente se lee: que lo han robado, no ha podido hacer nada ni él ni las autoridades, por lo que ofrece 10 mil pesos para quien le informe “dónde están estos ratas, porque los quiero mandar matar…”.

Francisco Herrera resume: “La Rumorosa es un poblado turístico que se ha convertido en un poblado que es tierra de nadie”.

Por su parte, el titular de Seguridad Pública de Tecate declaró que las motos no las han podido utilizar dado que se trató de una donación entregada a la comunidad por el Congreso, pero que no se ha concretado ante Oficialía Mayor del Ayuntamiento. “Hay un trabajo administrativo que hacer”, expone el funcionario, y en cuanto a la veda electoral, comenta que fue el propio alcalde César Moreno quien le indicó que no podía asistir a esas reuniones durante el tiempo de elecciones.

Acordaron que el grupo ciudadano acudiría a Tecate para entrevistarse con el subprocurador Gerardo Sosa Olachea, y posteriormente en Mexicali buscaría reunión con la procuradora Perla del Socorro Ibarra Leyva.

Después de la reunión los participantes acudieron a la Casa del Migrante de La Rumorosa instalada a un lado de un establecimiento OXXO, en la zona comercial. El lugar está descuidado, sucio, sin energía eléctrica, dado que “unos salvadoreños se robaron el cable”, refiere el encargado Gabino Utrera González, de origen veracruzano, quien aclara que ese espacio fue implementado por Sergio Tamai, director del Hotel Migrante en Mexicali.  “Aquí ha habido muchos problemas y todo nos los quieren echar a los migrantes”, comenta Utrera. En el lugar pagan mil pesos de renta por meses y reciben apoyo de la Iglesia Southwest de San Diego, California.

Siguiendo el recorrido, se aprecia que cocinan a la intemperie; detectan a un hombre con equipo que, sospechan, es para robar cable. En unos cuartos anexos hay otros dos individuos que son revisados por los agentes y detenidos. Al interrogar a uno de ellos, aseguró tener tres semanas en la zona y, cuando le preguntaron con qué se drogaba, respondió ufano: “Con cristal, cuando hay…”.

El diputado Juna Manuel Molina, de Movimiento Ciudadano, expuso: “La situación de la seguridad está tremendamente abandonada, no hay equipamiento, entregamos unas motocicletas y no ha habido la voluntad para utilizarlas, no hay Agencia del Ministerio Público, el subprocurador no ha venido a una sola reunión en meses. No hay seguimiento de las indagatorias, hay un lugar aquí, Casa del Migrante, supuestamente que es una cueva de perdición ahí. Hay mucho robo, la gente está yéndose de La Rumorosa, un pueblo turístico se está perdiendo y se está convirtiendo en tierra de nadie”.


(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/ Sergio Haro Cordero /  09 de Julio del 2015 a las 20:05:37)

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