Vecinos
del poblado ya están hartos de tanta inseguridad, de los constantes robos, de
asesinatos, de la indolencia de las autoridades en una comunidad ubicada en una
zona estratégica, considera de descanso y recreo, turística, pero hoy carcomida
por la zozobra. Diez policías repartidos en tres turnos protegen a cuatro mil
habitantes. El subprocurador Gerardo Sosa no ha acudido a las reuniones
ciudadanas, y el director de la Policía de Tecate, asegura no había ido “por la
veda electoral”
Frente
a los funcionarios de la Policía Municipal de Tecate, de la Procuraduría de
Justicia del Estado y de la Secretaría de Seguridad Pública, los reclamos de
los residentes del poblado La Rumorosa se multiplican.
Jesús
Manríquez denunció que el miércoles 24 de junio, ladrones cortaron la malla de
su cerco y abrieron un almacén con maquinaria de trabajo. Se llevaron un
compresor, plantas de luz, cubetas de pintura, equipo.
“El
fin de semana pasado había personas ahí frente a mi casa alterando el orden,
llamé a la patrulla, fueron y se calmaron. Cuando se fueron los policías,
empezaron a gritarme groserías, hablé de nuevo a la Policía y me dijeron que no
podían hacer nada”, expone Graciela Calderón, integrante del Comité Ciudadano
del Poblado.
“Voy
a poner un letrero en mi propiedad para ofrecer 10 mil pesos a quien me dé
información sobre los que se han metido a robar en mi casa, y ya que los
identifique, los voy a mandar matar”, dice sin tapujos en plena asamblea el ex
diputado local Armando Martínez Gámez, residente de Mexicali.
CÍRCULO VICIOSO
“Este
es un pueblo olvidado”, sostiene Francisco Javier Herrera, del comité
ciudadano. Hace notar que en La Rumorosa no hay servicio de transporte, que los
autobuses no se detienen en el poblado, y quienes deben viajar a Mexicali o a
Tecate, deben esperar los camiones en la caseta.
“Las
personas de la tercera edad muchos son pensionados, tienen atención en el
Seguro Social, a las cuatro, cinco de la mañana los ves caminando por las
orillas de la carretera, hasta la caseta de cobro”, explica Herrera e informa:
en La Rumorosa habitan cerca de 4 mil personas, la mayoría pensionados y de la
tercerea edad.
De
la inseguridad, comenta que La Rumorosa se ha convertido en un lugar donde se
han asentado varios centros de rehabilitación -hay otro para migrantes- y los
internos recorren el poblado, piden apoyo, recogen basura. “Pero nos hemos dado
cuenta que ellos solo andan visualizando, intervienen (en los robos) de una u
otra forma.
“Últimamente
los robos han sido saqueos, se llevan hasta los muebles de cocina”, y en La
Rumorosa abundan casas de descanso, en las cuales no siempre se encuentran sus
habitantes.
De
la presencia de la autoridad procuradora, baste mencionar que en el pasado
había una Agencia del Ministerio Publico pero la cerraron, se la llevaron hasta
El Hongo.
“Estamos
en un círculo vicioso, sabemos que muchos policías están ordeñando a ciertos
malandrines para que sigan trabajando, hay mucha corrupción en el cuerpo
policiaco”, acusa Herrera, para luego resaltar que hace falta mayor vigilancia,
hay diez policías municipales en tres turnos; hace cuatro meses consiguieron
tres motocicletas todoterreno con la promesa de que la Secretaría de Seguridad
Publica aportaría los agentes. Hasta el momento los vehículos siguen
almacenados.
RUMOROSA, TIERRA DE NADIE
Es
sábado por la mañana y al salón social del FIARUM empiezan a llegar residentes
del poblado, funcionarios de la Procuraduría, de la Policía Municipal de
Tecate, de la Secretaria de Seguridad Publica, de los comités ciudadanos. Sin
más preámbulos, empiezan los reclamos.
Luis
Granados, del Comité Ciudadano, entregó las llaves de las motocicletas al
director de Seguridad Pública de Tecate, Juna Bartolomé Lam, pero este dijo no
poder recibirlas, ya que “no estaba autorizado, no soy la persona indicada”.
Cuando le recordaron que no había asistido a anteriores reuniones, justificó
que no le habían permitido asistir “por la veda electoral”. Inmediatamente
Granados le reviró: “Déjeme decirle que los robos, lejos de aminorarse en la
temporada electoral, aumentaron. No creo que esa situación esté por encima de
asesinatos, de robos. Creo que la seguridad
de la ciudadanía está por encima de cualquier cosa…”.
A
su vez, Juan Aldrete, del Comité Ciudadano de Seguridad Publica de Tecate,
expuso que el obstáculo para la entrega ha sido la burocracia gubernamental.
“Usted
sabe muy bien que tenemos un delegado que es un monigote, que no nos sirve para
nada”, repuso Francisco Javier Herrera, insistiendo que la parte burocrática se
debe de hacer a un lado, añadiendo que la comunidad ya está desesperada, “Se
habla de ir a levantar las plumas de la caseta, para ver si así podemos llamar
la atención del Estado, ya no del Municipio, porque el Municipio nos ignora. La
Rumorosa cada vez se hunde más y más, los robos siguen aumentando, la semana
pasada al señor Manríquez le saquearon su casa y hasta los muebles de la cocina
se llevaron”.
Otra
residente, Wendy, invidente, refirió que hace unos días trataron de meterse a
su casa. Ella dice haber llamado a la Policía y que los agentes tardaron en
llegar. Contó el caso de unos vecinos que fueron asaltados, los amarraron, les
robaron y nunca llegó la Policía. En otra ocasión -prosigue Wendy con su
narración- tuvieron que salir de improviso por unas medicinas, de regreso los
siguió una patrulla, “lo que querían era una mordida”, y explica que su esposo
traía en el auto un machete que usaba para cortar leña.
En
la reunión las denuncias suben de tono. Dos mujeres señalan han pasado seis
meses desde el asesinato de su padre, Gilberto López, y hasta el momento “nada,
le hablamos al Arellano (el agente que lleva el caso) y nos dicen que no hay
nada, que no saben nada”, comenta la más joven. Su padre fue asesinado en La
Rumorosa mientras cuidaba un rancho.
“Lo
encontramos muerto, enterrado, según los ministeriales nos están ayudando, pero
no tenemos respuesta”, cuando incluso ellas han ayudado en la investigación.
Un
residente más culpa de la inseguridad a quienes deambulan en torno a la Casa
del Migrante: “No son migrantes; es un nido de rateros, son vagos que
encontraron un lugar donde meterse. Ya saquearon todo el lugar, el cableado,
por dentro esta todo destrozado, ahí se reúnen todos los drogadictos, es un
picadero”.
En
su turno, el ex diputado local priista Armando Martínez Gámez, contó que hace 25
días su casa fue saqueada, por lo que tomó la decisión de mandar hacer un
letrero donde textualmente se lee: que lo han robado, no ha podido hacer nada
ni él ni las autoridades, por lo que ofrece 10 mil pesos para quien le informe
“dónde están estos ratas, porque los quiero mandar matar…”.
Francisco
Herrera resume: “La Rumorosa es un poblado turístico que se ha convertido en un
poblado que es tierra de nadie”.
Por
su parte, el titular de Seguridad Pública de Tecate declaró que las motos no
las han podido utilizar dado que se trató de una donación entregada a la
comunidad por el Congreso, pero que no se ha concretado ante Oficialía Mayor
del Ayuntamiento. “Hay un trabajo administrativo que hacer”, expone el
funcionario, y en cuanto a la veda electoral, comenta que fue el propio alcalde
César Moreno quien le indicó que no podía asistir a esas reuniones durante el
tiempo de elecciones.
Acordaron
que el grupo ciudadano acudiría a Tecate para entrevistarse con el
subprocurador Gerardo Sosa Olachea, y posteriormente en Mexicali buscaría
reunión con la procuradora Perla del Socorro Ibarra Leyva.
Después
de la reunión los participantes acudieron a la Casa del Migrante de La Rumorosa
instalada a un lado de un establecimiento OXXO, en la zona comercial. El lugar
está descuidado, sucio, sin energía eléctrica, dado que “unos salvadoreños se
robaron el cable”, refiere el encargado Gabino Utrera González, de origen
veracruzano, quien aclara que ese espacio fue implementado por Sergio Tamai,
director del Hotel Migrante en Mexicali.
“Aquí ha habido muchos problemas y todo nos los quieren echar a los
migrantes”, comenta Utrera. En el lugar pagan mil pesos de renta por meses y
reciben apoyo de la Iglesia Southwest de San Diego, California.
Siguiendo
el recorrido, se aprecia que cocinan a la intemperie; detectan a un hombre con
equipo que, sospechan, es para robar cable. En unos cuartos anexos hay otros
dos individuos que son revisados por los agentes y detenidos. Al interrogar a
uno de ellos, aseguró tener tres semanas en la zona y, cuando le preguntaron
con qué se drogaba, respondió ufano: “Con cristal, cuando hay…”.
El
diputado Juna Manuel Molina, de Movimiento Ciudadano, expuso: “La situación de
la seguridad está tremendamente abandonada, no hay equipamiento, entregamos
unas motocicletas y no ha habido la voluntad para utilizarlas, no hay Agencia
del Ministerio Público, el subprocurador no ha venido a una sola reunión en
meses. No hay seguimiento de las indagatorias, hay un lugar aquí, Casa del
Migrante, supuestamente que es una cueva de perdición ahí. Hay mucho robo, la
gente está yéndose de La Rumorosa, un pueblo turístico se está perdiendo y se
está convirtiendo en tierra de nadie”.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Sergio Haro Cordero /
09 de Julio del 2015 a las 20:05:37)
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