El domingo 11 de
enero ocho del año en curso, elementos de la Gendarmería Nacional estuvieron
involucrados en diversas balaceras en Tijuana, desde esa fecha la Mesa 12 de la
Procuraduría General de la República (PGR) Delegación Tijuana, está a cargo de
la investigación de los hechos.
Las primeras
investigaciones ministeriales dan cuenta que, de entrada, las evidencias no
cuadran con las versiones de los elementos federales.
La información es
poco clara, los agentes federales se negaron a declarar ante las autoridades
locales que llevaron la investigación las primeras horas, y los datos que
dieron el día de los hechos, cuando solicitaron soporte de las corporaciones
locales, fueron imprecisas.
Pasadas las 3:30 de
la tarde del sábado 10 de enero de 2015, el C4 envío la solicitud de apoyo: un
grupo de guardias fue atacado en Rosarito. En primer instancia dijeron que las
cosas pasaron mientras circulaban por una colonia del quinto municipio cuando
pasó un hombre en moto, les disparó e hirió a los agentes Julio César López
Mora e Israel Torres Castillo, quienes repelieron la agresión y mataron al agresor.
La segunda versión
que fue que tenían un retén a la entrada de la colonia Loma Altas I, que le
marcaron el alto al hombre de la moto, éste no obedeció, les disparó, hirió a
dos y huyó, lo persiguieron y lo mataron. Falleciendo éste al interior de su
casa.
Cuando los gendarmes
pidieron apoyo, no supieron informar cuáll era su ubicación, por eso la ayuda
local tardó en llegar y, para cuando las corporaciones arribaron al lugar de
los hechos, los policías federales ya se habían ido a la Cruz Roja de Rosarito,
donde fueron atendidos, uno con herida en la mejilla y otro en una pierna.
Las primeras horas,
mientras la PGJE (Procuraduría General de Justicia del Estado) tuvo el
expediente, los agentes Torres Castillo y López Mora se negaron a declarar, por
lo que quedaron en calidad de detenidos.
En tanto, la
Subprocuraduría de Rosarito trabajó la primera criminalística y, el domingo 11
de enero, pasaron el expediente a la Subprocuraduría de Delincuencia Organizada
de la PGJE, que lo tuvo unas horas hasta que la PGR ejerció su facultad de
atracción.
Hasta entonces, lo
que las autoridades pudieron aclarar fue que en la entrada de la colonia donde
supuestamente estuvo el retén, no se encontraron casquillos de ningún calibre.
Donde sí encontraron cartuchos repercutidos fue en el patio y la casa móvil
donde habitaba Darryl Anderson, el estadounidense de 60 años abatido e
identificado como el atacante de los vigilantes. El domicilio estaba cercado y
cerrado, por lo que no presentaba libre acceso para los agentes.
Conforme a las
pruebas periciales, el norteamericano salió negativo a la prueba de rodizonato,
lo que significa que no disparó el arma calibre 32 que se encontró en la mano
del cadáver, arma que sí fue activada dentro de la casa móvil porque se localizaron
dos casquillos, pero Anderson no la percutió.
En la escena se
localizaron otros ochos casquillos calibre 9 milímetros, procedentes de las
armas de cargo de los gendarmes, cuatro
casquillos estaban en el patio y otros cuatro dentro de la casa. De acuerdo a
las pruebas periciales, uno de los dos gendarmes lesionados sí disparó, y
arrojó positivo a la prueba de rodizonato.
Al momento, el
Ministerio Público federal sigue realizando diligencias y se contempla que
pueda tener avances a mediados de la siguiente semana.
(SEMANARIO
ZETA/ GENERALEZ/ Redacción ZETA/ 18 de Enero del 2015 a las 07:20:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario