Según el
comisionado federal para Michoacán, Alfredo Castillo, en el año que lleva en el
cargo –como “virrey”, señalan algunos– la violencia bajó a niveles tolerables.
Pero la senadora panista Luisa María Calderón señala que el enviado del
presidente Peña Nieto es un factor de desorden en la entidad y nadie le cree. Y
el expresidente municipal de Tepalcatepec, Guillermo Valencia, lo acusa de
pactar con el crimen organizado para afianzar su poder. Para colmo, dice, las
próximas elecciones se realizarán bajo su control.
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- “Michoacán es un desorden”, repite la senadora Luisa María Calderón
Hinojosa después de escuchar a Alfredo Castillo, quien a un año de ser nombrado
comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en el Estado de
Michoacán, afirma que la entidad ya no tiene problemas de inseguridad, ya no se
cometen extorsiones y la gente puede salir a la calle, sin temor, a cualquier
hora.
El martes 13,
Castillo compareció ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión en
medio de críticas de los legisladores a su trabajo. Incluso lo llamaron
“virrey”, cuestionando el acuerdo presidencial por el que se creó la comisión
que encabeza, con un presupuesto de 154 millones 599 mil 638 pesos, de los
cuales 126 millones se erogaron en “servicios personales” y el resto, más de 28
millones, en “gastos de operación”.
Durante más de tres
horas el comisionado argumentó que, a un año de su llegada, Michoacán ya no
sufre por culpa del crimen organizado, los enfrentamientos son por divisiones
entre los líderes de las fuerzas rurales y la violencia ha disminuido a niveles
tolerables.
Para apuntalar esto,
dijo que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi)
la entidad se ubica en el lugar 25 de 32, y las denuncias de secuestro, que en
2013 fueron 194, descendieron a 13 el año pasado.
Y aventuró: “No
podemos hablar, hoy por hoy, de que exista un estado fallido, cuando a diferencia,
y de manera inédita en cualquier otra parte del país o del mundo, se logró que
38 personas se entregaran de manera voluntaria a las instituciones para
enfrentar un proceso penal que en 15 días estaba perfectamente clarificado”.
El comisionado
rechazó los señalamientos de que permitió a integrantes del crimen organizado
integrarse a la Fuerza Rural, pues “para eso habría que hacer señalamientos de
averiguaciones previas que están en la SEIDO”.
El enviado del
presidente Enrique Peña Nieto acusó al gobierno anterior, el del panista Felipe
Calderón Hinojosa, de haber dado por muerto a Nazario Moreno, El Chayo, en
2011, cuando en realidad vivió hasta 2014, y entre tanto se fortaleció la
organización delictiva Los Caballeros Templarios.
Encarando a los legisladores
del PAN, el comisionado insistió: “El gran error tiene que ver con que ustedes
declararon muerto al principal líder templario que se llama Nazario Moreno y
que, la señora senadora que está a su lado no me dejará mentir, era el
verdadero líder del cártel”. La legisladora señalada es Luisa María Calderón,
precandidata panista a la gubernatura michoacana y hermana del expresidente
Felipe Calderón.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 1992, ya en circulación)
(PROCESO/ JOSÉ GIL
OLMOS/ 17 DE ENERO DE 2015)
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