MORELIA, Mich.
(Proceso).- En un claro desafío al gobierno de Enrique Peña Nieto, las
autodefensas resurgieron y entraron a más poblaciones michoacanas, sobre todo
en la región Costa y Bajío, pese a la amenaza del comisionado Alfredo Castillo
Cervantes de detener, desarmar, encarcelar y consignar a todos aquellos que se
encuentren en “la ilegalidad”.
En los últimos seis
meses la presencia de las guardias comunitarias se extendió a 85 ciudades y
comunidades del estado. Antes de convertirse en Fuerza Rural estaban en 72.
La presencia del
crimen organizado, el incremento de los delitos, las pugnas internas y la
ineficacia del gobierno federal generaron el incremento de las autodefensas,
que en febrero de 2013 hicieron su aparición pública y el 10 de mayo pasado
fueron teóricamente disueltas por el gobierno federal.
El fracaso de la estrategia
gubernamental denunciada entre otros por Gregorio López Gerónimo –otrora
vicario de la catedral de Apatzingán y asesinado la semana pasada– quedó en
evidencia el martes 16, cuando se enfrentaron en la comunidad de La Ruana los
grupos legalizados de Hipólito Mora y Luis Antonio Torres El Americano.
El tiroteo se
prolongó horas y dejó 11 muertos, entre quienes estuvo Manolo Mora, hijo de
Hipólito Mora. Esto provocó que un grupo de autodefensas tomara la Presidencia
Municipal de Apatzingán el lunes 22. Los manifestantes quemaron credenciales y
uniformes como protesta porque muchas agrupaciones están infiltradas por
miembros del crimen organizado y, cuando van a combatirlos, la Policía Federal
les impide seguir adelante.
Pese a que el
gobernador Salvador Jara Guerrero amagó con pedir apoyo a las fuerzas federales
para recuperar la sede municipal, los exrurales mantienen el control y no
permiten ninguna actividad laboral. Advierten que permanecerán ahí hasta que
las autoridades detengan a los responsables del homicidio del hijo de Hipólito
Mora y a Servando Gómez La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios.
Ante la falta de
respuesta bloquearon las principales carreteras de Michoacán 12 horas. Se
quejaron además de que Castillo no les paga, les dio armas en mal estado y no
hace nada para detener a los cabecillas del crimen organizado.
Ante esto, el
comisionado anunció, dos días después, que se disolverían las fuerzas rurales
en Apatzingán, La Ruana y La Mira. Ahora, en esas regiones la seguridad está a
cargo del Ejército y la Policía Federal.
Sin embargo,
comandantes de Uruapan, Estrella y Góndola informaron que ellos simplemente
cambiarán el uniforme azul de la Fuerza Rural por las playeras blancas de las
autodefensas.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 1991, ya en circulación)
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ FRANCISCO CASTELLANOS J./ 27 DE DICIEMBRE DE 2014)
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