viernes, 18 de julio de 2014

MAMÁ ROSA, ÁNGEL O DEMONIO

 
Distrito Federal— Ángel o demonio, la figura de Rosa Verduzco conocida como “Mamá Rosa”, detenida por los supuestos abusos cometidos en su internado, divide a México.

Para sorpresa de la Procuraduría General, que desmanteló el centro de Zamora y sacó a la luz relatos terribles sobre la vida cotidiana en el albergue, el arresto ha desatado una ola de adhesión.

Destacados políticos, intelectuales y religiosos sostienen que el Gobierno actuó con desmesura al capturar con bombo y platillo a la educadora de 84 años, que, a su juicio, libró del infierno a miles de niños desamparados y les dio una educación.

Los investigadores, ante esta ola de críticas, respondieron con nuevos detalles del horror, entre ellos, la declaración de una interna violada por un administrador del centro y a la que obligaron a abortar a golpes.

La Procuraduría imputa a Rosa Verduzco, según fuentes cercanas al caso, los delitos de crimen organizado, secuestro, trata de personas, abuso de menores, y explotación sexual y psicológica.

Algunos conocedores de la casa barruntan que ambas versiones pueden ser compatibles y que Verduzco, ya mayor y ahora mismo hospitalizada por un problema isquémico, podría haber perdido hace tiempo el control del funesto internado, también llamado ‘La Gran Familia’.

El resultado habría sido la tremebunda situación hallada por la Fiscalía, con menores obligados a mendigar, malnutridos y en condiciones infrahumanas.

Así, las autoridades muestran un retrato inquietante, desgarrador y aterrador de lo que ocurría dentro del albergue “La Gran Familia” gracias a los testimonios de personas que por décadas vivieron una violencia física, sexual y emocional que llegaron a considerar “normal”.

Testimonios de personas entrevistadas por la organización no gubernamental “Y Quién Habla por Mí” –única que estuvo presente durante el cateo realizado por fuerzas federales–, señalan que dentro del albergue había familias completas que se formaron en el hogar, de las cuales algunos padres se fueron y otros se quedaron.

Las personas internadas miraban como normal el tener relaciones o formar parejas, ya que se consideraban unidos por una hermandad por ser hijos de Rosa Verduzco.

Un ejemplo es el de una joven de 34 años que tuvo dos hijos de padres distintos, quienes sí pudieron salir del lugar, mientras que ella fue obligada a quedarse trabajando en el comedor, dijo en entrevista Andrés Allan Sánchez Osorio, coordinador de Juventud por Infancia de “Y Quién Habla por Mí”.

A raíz de eso surgieron conflictos entre padres o madres que pudieron salir y las autoridades del centro que no les permitieron seguir viendo a sus hijos. Mamá Rosa, según las autoridades federales, solía registrar a los niños que nacían dentro del lugar como sus hijos por lo que tenía su patria potestad.

¿INHUMACIONES CLANDESTINAS?

Las personas rescatadas también ofrecieron inquietantes testimonios que indican que es probable que dentro del albergue se hayan realizado inhumaciones clandestinas.

La ONG obtuvo declaraciones de varios habitantes que afirmaron que niños o bebés que murieron por enfermedad o por abortos pudieron haber sido “sepultados en el patio trasero” del lugar. Hasta ahora las autoridades federales no han confirmado el hallazgo de restos.

Existen al menos tres casos, el de una joven, un bebé que murió durante el parto y un niño que murió por una enfermedad, según los testimonios de personas entrevistadas por la ONG.

LOS CASTIGOS

Los niños y jóvenes internos de “La Gran Familia” recibían todo tipo de castigos, que incluía estar encerrados en lugares pequeños sin agua ni comida.

Una bofetada por levantarse tarde, sostener una banca por cierto periodo de tiempo por portarse mal, tres días sin comer si a alguien se le perdían sus zapatos nuevos o hasta una semana encerrados sin probar alimentos si intentaban escapar, relatan exinternos en entrevistas con medios locales e internacionales.

De alguna forma los niños se las ideaban para llevar comida a los que estaban encerrados, para que no pasaran hambre mientras concluía el castigo.

Dentro de la escuela funcionaban primaria, secundaria y preparatoria a la cual los niños iban con su uniforme. Sin embargo, si no lo llevaban completo no tenían derecho a la comida.

“Muchos niños se prestaban la ropa entre ellos para poder comer”, dice Sánchez Osorio.

Muchos de los cuidadores eran jóvenes que crecieron dentro el lugar y gozaban de más libertad, como la de poder salir del centro, de golpear a otros menores o de permitir que los jóvenes de preparatoria golpearan a los más pequeños.

“Había mucha violencia entre ellos mismos”, dice el integrante de la ONG, que tuvo contacto directo con los niños.

CONTRATO CON CONDICIONES

Rosa del Carmen Verduzco hacía firmar un convenio a los familiares que internaban a niños en el albergue, donde se estipulaba cuándo y por qué tanto tiempo podría verse a los menores.

Cuando las familias no cumplían con los pagos acordados por el mantenimiento, automáticamente perdían todo tipo de derechos sobre sus niños, quienes se veían obligados a trabajar dentro para poder mantenerse a sí mismos.

El pago no era en efectivo ni en especie, era mediante vales que se cambiaban dentro del mismo centro por comida o ropa, toda esta donada por instituciones y los tres niveles de gobierno.

Por ejemplo, quienes trabajaban en el comedor recibían un vale equivalente a 400 pesos, mismos que debían administrar para que les alcanzara para subsistir: tres tortillas en el albergue modelo costaba un peso, y un vaso de atole costaba 50 centavos.

Otros debían sujetarse al menú tradicional del centro: Su desayuno y comida era un plato con verduras, un atole o agua y en la noche un pedacito de frutas y cena.

Quienes se hacían cargo del centro “preferían que se echaran a perder las cosas en vez de dárselas a los niños”, afirma Sánchez Osorio, ya que “las cosas buenas se vendían”.

Esto explica las enormes cantidades de comida enlatada, con fecha de caducidad inclusive de 2012, que fue encontrada en el lugar.

“Había alimentos enlatados, carne podrida, jugos echados a perder, pero también cobijas, ropa y colchonetas nuevas” que nunca se daban a los niños, los cuales “vivían entre el excremento” en condiciones infrahumanas, sostuvo.

SÓLO MAESTROS Y CUIDADORES PODÍAN SALIR

En “La Gran Familia” todos los niños se encontraban estudiando, por lo que al lugar llegaban diariamente profesores, las únicas personas que, junto con los cuidadores y los directivos podían entrar y salir del lugar.

De esa forma fue que algunos pasaron entre 20 y 30 años sin conocer el mundo exterior. Aunque los menores sabían que un poder notarial firmado por sus padres donde cedían la patria potestad de sus hijos vencía cuando cumplían 18 años, en muchos casos los ahora adultos no les fue permitida su salida.

DEFENSORES

Sin embargo, entre los defensores acérrimos de la detenida figura el ex presidente Vicente Fox. “Mamá Rosa, soy solidario contigo. Sé todo el bien que has hecho a miles de niños y jóvenes, ánimo, te mando un fuerte abrazo”, expresó el exmandatario en un mensaje de Twitter.

Más beligerante fue su esposa, Marta Sahagún, cuyas visitas al centro eran frecuentes hace una década y quien calificó el arresto de “injusticia brutal contra una mujer buena, generosa y conocidísima”.

“Por qué no muestran los conciertos que daban los niños, o la hora en que toman las clases, o a la hora de comer”, cuestionó la ex primera dama.

También el capitán de la selección mexicana de fútbol, Rafael Márquez salió en apoyo de la detenida En su cuenta de Twitter se declaró “consternado” y le deseó “coraje y suerte”.

Su opinión su sumó a la de otros allegados. El sacerdote Alfonso Verduzco, primo de Mamá Rosa, le siguió los pasos desde los albores. “Es inocente y lo ocurrido es una vergüenza. Puede que se haya cometido algún abuso en un centro con quinientos internos, puede que haya habido personal que se haya propasado, pero ella no era consciente ni lo ha promovido ni querido. Eso es una falsedad”, afirmó.

“Suciedad, abusos. Eso ¿merecía un operativo militar? Recogiendo huérfanos por 66 años Rosa ocupó el lugar social que dejó vacante el Estado”, señaló a su vez el historiador Enrique Krauze a través de su cuenta de Twitter (@EnriqueKrauze). “Inadmisible el acoso del gobierno a Rosa Verduzco en Michoacán... vendrá una protesta internacional” por el caso”, advirtió Krauze.

Indica también que a La Gran Familia llegan “no solo bebés que tienen por cuna una caja de cartón, sino vagabundos, drogadictos, rateros de toda la República, los condenados de esta tierra”.

Asegura por último que ahí las personas desarrollan sus habilidades y aprenden a leer y a hacer cuentas, y a los niños se les adiestra en oficios prácticos, productivos y en actividades artísticas.

“Mamá Rosa tiene el apoyo de todo el Valle de Zamora y los productores le entregan, todos los días, cantidades tan grandes de comida que no sabe qué hacer con ella”, dijo el politólofo Lorenzo Meyer, quien también defendió la integridad de la mujer.

En tanto, sesde la plaza de Zamora, Michoacán, algunas organizaciones marcharon ayer en apoyo ala encargada del albergue “La Gran Familia”.

En la marcha participaron alrededor de 250 personas portando playeras blancas, con la leyenda ”Yo también soy hijo de Rosa”.

TESTIMONIOS DEL HORROR

Frente a estas protestas, secundadas por intelectuales como Enrique Krauze y Jean Meyer, el procurador general de México, Jesús Murillo Karam, insistió en su versión del hacinamiento y la semiesclavitud.

Para apuntalar su acusación, los investigadores hicieron públicos los abusos, muchos de índole sexual, descritos por seis víctimas. Entre estas declaraciones destaca una mujer que narró que había sido retenida en el albergue en contra de su voluntad desde los 18 años y que, tras quedar embarazada por la violación de “uno de los administradores”, fue golpeada brutalmente para provocarle un aborto. Afirmó que en el albergue los adultos golpean y abusan sexualmente de los más pequeños.

Otra víctima reveló la existencia de un cubículo denominado El Pinocho, de apenas tres metros cúbicos, donde se encerraba a los castigados durante largos periodos sin agua ni comida. La Procuraduría también detalló con fotografías que aparte de “fauna nociva”, se hallaron 20 toneladas de basura en los espacios comunes.

(EL DIARIO, EDICION JUAREZ/ Agencias/Con información de El País/Excélsior/El Universal/ 18 DE JULIO 2014)

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