- Alcaldesa controla la fracción del PRI
- También su alianza con los Agúndez
Armando León Lezama
Cuando
Leonel Cota Montaño despachaba como presidente municipal priísta del
Ayuntamiento de La Paz, empezó a distanciarse del gobierno estatal que
encabezaba el también priísta Guillermo Mercado Romero porque no recibía
el suficiente apoyo financiero, señalando a Griselda Uribe Figueroa
entonces poderosa subsecretaria de finanzas y al Lic. Antonio – “Tony” –
Ortega Salgado entonces secretario general de gobierno, como los
culpables de este sabotaje.
El distanciamiento se fue haciendo cada vez más grande al grado de escándalo político local y luego nacional.
Para ilustrar este pleito basta citar una declaración de aquellos años del “Tony” Ortega cuando le preguntaron: ¿tiene usted diferencias con Leonel Cota? Y contestó burlonamente, “Sí, a mí me gusta el Rock and Roll y a Leonel Los Tigres del Norte”.
Para ilustrar este pleito basta citar una declaración de aquellos años del “Tony” Ortega cuando le preguntaron: ¿tiene usted diferencias con Leonel Cota? Y contestó burlonamente, “Sí, a mí me gusta el Rock and Roll y a Leonel Los Tigres del Norte”.
El resto de la historia es que Leonel fue gobernador – 1999 – 2005 – y encarceló al “Tony” Ortega por venganza política.
La idea es recordar que Leonel Cota Montaño creció electoralmente con
este pleito político con el gobierno del Estado de Guillermo Mercado
Romero. Que la ciudadanía observó esa polarización como una batalla
entre David y Goliat. Y se inclinó por el oriundo de Santiago – Cota
Montaño –, por aquella lógica conocida de que la opinión pública muchas
veces se inclina por el más débil.
La popularidad de Leonel creció, creció y creció al grado de
convertirse en un proyecto político que ganó la gubernatura gracias al
apoyo del general José Antonio Valdivia quien vió truncado en este reto,
porque si hubiera aceptado ser él el candidato de las izquierdas en
aquel momento, hubiera sido gobernador; pero se acobardó y el
“Leonelismo” le comió el mandado.
Ahora sorpresivamente los valientes diputados locales del PRI salen a
decir que van a derogar el impuesto estatal vehicular que le
proporciona al gobierno del Estado anualmente alrededor de 100 millones
de pesos. Dineros públicos que no ha visto por ningún lado el H.
Ayuntamiento del municipio paceño.
Por lo que se solidarizan con su verdadera coordinadora Esthela de
Jesús Ponce Beltrán y deciden promover la derogación mencionada en un
gesto de generosidad con la ciudadanía y con ellos mismos porque las
camionetas lujosas que conducen algunos diputados del PRI cuestan más de
medio millón de pesos y ya no pagarán tenencia en el 2015.
Entonces Estela de Jesús Ponce posiblemente quiere reeditar el
“Leonelazo” de 1998 – 1999 y adquirir notoriedad y popularidad con un
pleito con el gobierno estatal que conduce Marcos Alberto Covarrubias
Villaseñor. Pero al parecer hasta ahorita “no la han pelado” mucho que
digamos; y sí por el contrario el panismo avanza en los territorios
electorales del municipio de La Paz.
El temor de fondo de Esthela es no ser candidata a la gubernatura de
su partido y de paso perder el gobierno municipal que conduce. Como le
sucedió a su amiga Lorena Martínez en Aguascalientes su capital.
Además de que posteriormente la traigan en vueltas por oficinas del ministerio público por “malos manejos administrativos”.
Este sería su peor mundo y trabaja a marchas forzadas para evitarlo
así tenga que aliarse con los Agúndez y tolerar a sus compañeros
priístas diputados que cada vez le exigen mayores compromisos políticos.
En el caso de los diputados locales tricolores han sido más
colaboracionistas que oposición. Así nos lo dicen sus hechos
legislativos de poco contrapeso y control ante el Poder Ejecutivo
Estatal.
Han andado de fiesta y música con el gobernador; pero sobretodo con
José Antonio Ramírez Gómez, secretario de finanzas del mandatario
estatal, a quien Valdivia y Zavala le han tomado “un especial afecto”,
por aquello de que los asusta con el fantasma del Sammy Araiza Vázquez a
quien los dos diputados priístas habrían birlado con seis millones de
pesos dizque para la campaña de Enrique Peña Nieto, y por esto son
capaces de aprobar el impuesto estatal vehicular para 2014 cuando se
esperaba una franca oposición priísta.
Ahora quieren derogar este impuesto para 2015 cuando se imaginan que
ya andarán en otras campañas y ya no estarán de diputados. Es decir en
este año “piscarán” todo lo que se pueda, por eso aprobaron el impuesto
vehicular, porque algo les queda a ellos de esa recaudación vía
canonjías inconfesables.
Porque como explican la vida de lujos que
llevan con mansiones de lujo, automóviles, ropa de marca, relojes
suizos, viajes al extranjero y un largo etcétera, etcétera, etcétera… de
frivolidades financiadas con dinero público.
Corren entonces el riesgo los diputados del PRI de quererse pasar de
listos y servir a dos amos: A su jefa Ponce y al gobernador Covarrubias.
Una les promete vigencia política y el otro les da poder económico, Una
situación inmejorable pero explosiva.
Entonces han configurado una nueva alineación contra el gobernador
Marcos Covarrubias Villaseñor y su gobierno, donde Esthela Ponce Beltrán
quiere ser el eje de todo este entramado político vengativo que
involucra a los hermanos Narciso y Antonio Agúndez Montaño; a los
diputados Juan Alberto y Antonio Zavala, a los falderos Axxel Sotelo y
Ramón Alvarado y a los conversos Carlos Castro y Alberto Treviño, y a un
conjunto de cuadros políticos que habría desplazado de los escenarios
el proyecto “covarrubista”.
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