Encuesta revela que 23% de los alumnos cree que sus compañeros están armados
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de diciembre.- La Secretaría
de Educación Pública (SEP) anunció que se rediseñará el protocolo de
seguridad en planteles, tras conocer casos de narcomenudeo, y cobro de
piso contra profesores de bachillerato, principalmente.
Al término de la clausura de la Tercera Etapa del Programa de
Actualización y Profesionalización de Directores, el subsecretario de
Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán, reconoció que el problema
también está latente en otros ámbitos educativos.
“Necesitamos revisar (los protocolos de seguridad), necesitamos
adaptar y necesitamos tener capacidades mucho mayores porque es algo que
ha aumentado”, dijo el funcionario.
De acuerdo con una encuesta de la Subsecretaría de Educación, cuatro
de cada diez alumnos de bachilleratos públicos cree que su escuela es
peligrosa, 29% piensa que se vende droga en los planteles y 23% supone
que sus compañeros llevan armas al colegio.
Las preparatorias temen cobro de piso del narco
Directores de bachilleratos en el país están preocupados por la
penetración del narcotráfico en sus planteles, pues además de que han
detectado venta de drogas, existe el temor de padecer el famoso cobro de
piso, porque algunos profesores ya han recibido amenazas de extorsión.
Ante esa situación, la Secretaría de Educación Pública (SEP) diseñará
un nuevo manual de seguridad, a fin de tener “capacidades mucho
mayores” para prevenir y responder a posibles circunstancias que ponen
en peligro a los maestros y los alumnos.
El subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán, explicó
que “ese problema está latente en otros ámbitos educativos”, de modo
que no es exclusivo en planteles de bachillerato; no obstante, “las
percepciones sí son preocupantes”, porque cada que visita una entidad no
faltan los directores y maestros que le exponen ese temor.
Por ello, informó que la SEP revisará el protocolo de seguridad que
existe actualmente, a fin de que los planteles tengan mayor capacidad de
prevención y de respuesta a través de un contacto más directo y
constante con las fuerzas de seguridad de su comunidad.
“Hay un protocolo general que necesitamos revisar, que se hizo hace
dos o tres años. Necesitamos revisar, necesitamos adaptar y necesitamos
tener capacidades mucho mayores porque es algo que ha aumentado”,
alertó.
Y el problema no sólo lo perciben los docentes. Una encuesta de la
Subsecretaría de Educación Media Superior revela que cuatro de cada diez
alumnos de bachilleratos públicos cree que su escuela es peligrosa, 29
por ciento piensa que se vende droga dentro de los planteles y 23 por
ciento supone que sus compañeros llevan armas a la escuela.
Durante la clausura de la tercera etapa del programa de actualización
y profesionalización de directores, un docente de Tamaulipas que tomó
la palabra manifestó su preocupación por la seguridad “cuando los
planteles se ven penetrados por el narco”.
Protocolos
Al respecto, Tuirán consideró que la primera medida central es que
los directores retomen protocolos que han desarrollado las universidades
para que diseñen sus propios elementos que protejan a la comunidad
escolar.
Sin embargo, entrevistado al término del evento, señaló que habrá que
tener un manual específico, como el que hizo la Asociación Nacional de
Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) para la
seguridad dentro y en los alrededores de sus campus.
El subsecretario de la SEP recordó que desde 2007, tanto en planteles
de educación superior como bachillerato, empezó a emerger ese problema
de inseguridad frente a los grupos delictivos, y por ello “necesitamos
garantizar que las comunidades educativas tengan capacidad de respuesta,
de prevenir y responder a esos riesgos”, aseveró.
Para ello, será indispensable revisar y mejorar el manual de
seguridad, a fin de que los docentes sepan cómo reaccionar ante esos
riesgos y cuenten con la comunicación directa con los elementos
policiacos.
Las escuelas, advirtió, deben buscar mecanismos para tener comunicación inmediata con las fuerzas policiacas.
Ofrecen bajar 40% deserción
La SEP estableció que para finalizar el gobierno de Enrique Peña
Nieto, la deserción escolar en bachillerato deberá bajar seis puntos
porcentuales, es decir, pasar de 15 a 9 por ciento.
Eso significa que para 2018, la dependencia federal espera que los
jóvenes que abandonan sus estudios en ese nivel académico baje a 450 mil
por año en vez de que sean 650 mil los que dejan a medias el
bachillerato, como ocurre actualmente.
“El abandono escolar ha sido un problema mayúsculo y ahora sabemos
que no es un hecho inevitable. La meta que estamos planteando y que está
contenida en el Programa Sectorial de Educación 2013-2018 es pasar de
15 a 9 por ciento, que es en realidad una disminución de 40 por ciento
de la deserción y es equivalente a 1.5 veces lo logrado en 22 años, de
manera que no es una meta menor”, afirmó el subsecretario de Educación
Media Superior, Rodolfo Tuirán.
Al clausurar la tercera etapa del programa de actualización y
profesionalización de directores, el subsecretario expuso ante más de
mil docentes que dirigen planteles de bachillerato que la meta del
sexenio es ambiciosa, pero factible, porque estimaciones de la
subsecretaría a su cargo indican que existe la posibilidad de que
terminando el ciclo escolar 2013-2014, 62 por ciento de los planteles
tengan menos de 9 por ciento de deserción.
Sin embargo, directores que asistieron al curso de actualización
dudan que para finales de 2018 se pueda cumplir esa meta, debido a que
el abandono escolar es muy complejo y no es fácil evitarlo, porque
comentaron a Excélsior que hay jóvenes que están más preocupados por trabajar y comer que por concluir el bachillerato.
“No creo que se cumpla. La deserción va en aumento, y son demasiados
factores los que hay que atacar, porque hemos recibido capacitación para
retenerlos, pero no es suficiente; ya es una cuestión de que a los
jóvenes no les interesa, y más si viven en una comunidad marginada y ahí
no quieren estudiar; están interesados en emigrar a la ciudad para
ganar un dinerito y en buscar qué comer”, aseveró Almendra Salinas,
directora de un plantel de bachillerato en Miahuatlán, Oaxaca.
Respecto de que el abandono escolar en ese nivel va en aumento,
Tuirán dijo que la encuesta realizada en 2013 reveló que 90 por ciento
de los profesores cree que ese fenómeno se ha incrementado.
Muestra 40% de alumnos intolerancia
Aunque los jóvenes hoy se dicen ser más liberales, en promedio cuatro
de cada diez estudiantes que cursan el bachillerato son intolerantes a
la diversidad, ya que no les gustaría tener en sus salones compañeros
homosexuales, con alguna discapacidad, que padezcan Sida o que sean
indígenas.
Una encuesta elaborada por la Subsecretaría de Educación Media
Superior en 2013, reveló que a 39 por ciento no le gustaría tener como
compañero en la escuela a un alumno con Sida y 37 por ciento dijo que
sería desagradable tener de compañero a jóvenes con otra orientación
sexual.
Cuando en la encuesta se les preguntó a los jóvenes hasta qué punto
les gustaría tener como compañero en la escuela a personas con ciertas
características, la respuesta recurrente fue de rechazo.
Lo anterior demuestra que la tolerancia a la diversidad es menor a la
esperada por autoridades educativas y docentes, ya que 36 por ciento de
los estudiantes confesó que no le gustaría tener de compañero a un
joven con alguna discapacidad, mientras que a 35 por ciento le
desagradaría tener en su mismo salón a un alumno indígena.
En tanto que 23 por ciento apuntó que no le gustaría que tener como
compañero de grupo a un joven de otro color de piel y 20 por ciento
manifestó que no le agradaría tener en el mismo salón a un alumno pobre.
Pero además de ser intolerantes a la diversidad, los jóvenes de
bachillerato admiten que sus aspiraciones son cortas, pues tres de cada
diez manifiestan no tener grandes aspiraciones en la vida, e incluso
siete por ciento ha intentado suicidarse.
Al preguntarles si han tenido la sensación de que no vale la pena
vivir, dos de cada diez respondió con un sí, mientras que 28.3 por
ciento respondió afirmativamente a la pregunta de si han vivido
situaciones ante las que han deseado dejar de existir, y 14.6 por ciento
dijo que sí cuando les preguntaron si han pensado que vale más morir
que vivir.
El subsecretario Tuirán aclaró que entre los 15 y 18 años, los
jóvenes enfrentan una edad compleja y por ello es necesario dimensionar
que en esa etapa con frecuencia se sienten incomprendidos.
Sin embargo, alertó que esas cifras revelan que es necesario diseñar
acciones activas para ayudarlos a que superen esos estados emocionales,
pues “desafortunadamente en el ámbito educativo se han hecho
parcialmente” y por lo tanto “es indispensable, impostergable y urgente
hacerlo”, aseveró el funcionario.
Y es necesario ayudarlos, porque lamentablemente, añadió, sólo 5 por
ciento de los estudiantes de bachillerato considera que la escuela sí es
una fuente de apoyo en su vida, mientras que el resto duda que en ella
puedan brindarle ayuda para conflictos familiares, de adicción o de
violencia en el noviazgo.
Debido a esa problemática de intolerancia a la diversidad y a que no
ven en la escuela una fuente de apoyo, el subsecretario concluyó que
para 2014 buscará extender el Programa Construye T a cinco mil 500
planteles federales y estatales, a fin de que reciban asesoría de
tutores, aprendan a convivir con personas diferentes y tengan confianza
en sí mismos.
(EXCELSIOR / Lilian Hernández /15/12/2013 09:24)
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