Con prácticas de
competencia desleal y hasta gansteriles, además de incumplir con las leyes que
los regulan, unos 130 centros cambiarios que operan en la ciudad con 431
sucursales se disputan el mercado de las divisas calculado en millones de
pesos.
De acuerdo con
testimonios de cambistas y apoderados legales bajo la condición de anonimato,
varios de estos centros manipulan el tipo de cambio, colocan publicidad
engañosa para atraer clientes, “siembran” billetes falsos y hasta llegan a
emplear amenazas, atentados armados e incluso incendios en sucursales rivales.
Si bien esta
situación golpea de manera directa a estas empresas, hasta hace unos años
llamadas casas de cambio, los clientes tampoco son ajenos a sus impactos por la
manipulación y especulación del tipo de cambio, principalmente en temporadas
altas como la navideña, cuando disparan la cotización del dólar.
Además, advierten
consultores especializados en el mercado cambiario, facilita la comisión de
actividades ilícitas como el ‘lavado’ de dinero.
Esto, explican,
porque hasta siete de cada 10 centros cambiarios podrían operar en la
informalidad o ilegalidad a pesar de las enérgicas disposiciones y sanciones
que hace dos años les impusieron, pero que incumplen porque son escasamente
vigilados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), de la
Secretaría de Hacienda que se encarga de su regulación y supervisión.
“En la ciudad hay
tres categorías de centros cambiarios: los que están registrados y cumplen con
todas las disposiciones; los que están registrados, pero no cumplen; y los que
no están registrados y menos cumplen con las disposiciones”, expone el abogado
José Luis Reyes Castorena, socio director de Key Consulting Firm.
A partir de esta
descripción, realizada por uno de los pocos expertos de la ciudad en esta
materia, se sabe que algunos centros cumplen con las regulaciones,
principalmente aquella que los obliga a tener controles de identificación de
los clientes a partir de que cambian 500 dólares, así como entregar
comprobantes con la información fiscal completa de la empresa y dedicarse
exclusivamente al mercado de la divisa y no de otras mercancías.
Mientras que otros
simplemente se rehúsan a cumplir con las disposiciones para tener más ganancias
y además de divisas venden seguros para autos, billetes de lotería y recargas
de tiempo aire para celulares, aunque por estas irregularidades se expongan a
sanciones económicas que pueden alcanzar hasta los 4 millones de pesos, 15 años
de cárcel y la clausura de sus negocios.
BAJO AMENAZAS
De acuerdo con
cambistas y apoderados legales bajo anonimato, otros centros han optado por la
competencia desleal, que consiste en manipular el tipo de cambio durante el
día, fijar cotizaciones distintas para atraer clientes, “sembrar” billetes
falsos en otras sucursales y hasta emplear violentas tácticas como las
amenazas, atentados armados e incendios a negocios rivales.
“Con todas estas
acciones lo que han buscado es someternos para que mantengamos un margen mínimo
de 20 centavos en el tipo de cambio, que la mayoría de los casacambistas
aprueban utilizar; no quieren que nos bajemos porque dicen que no los dejamos
captar divisas y ponemos en riesgo sus negocios”, dicen.
Además, aseguran que
los clientes se resisten a identificarse, como lo establece la ley cuando hacen
operaciones superiores a los 500 dólares, porque argumentan que en el centro
cambiario “de enfrente” no les piden nada para cambiarles esas cantidades y
hasta otras más elevadas.
El presidente de los
centros cambiarios adheridos a la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) local,
José Luis García Arenas, dice que no descarta que algunos incumplan con las
disposiciones legales, pero rechaza que se presenten prácticas de competencia
desleal y, aun más, ataques violentos.
“De que existe la
posibilidad de que algunos no cumplen, sí existe”, afirma, pero de manera
tajante desecha que en el mercado cambiario local se recurra a otras prácticas
agresivas y violentas para competir.
“No creo que lleguen
a ese extremo”, dice.
Sin embargo, de
acuerdo con una serie fotográfica exhibida a El Diario se evidencia que algunos
negocios manipulan el tipo de cambio que colocan en las carteleras para engañar
a la competencia y a los clientes, además de que ofertan otros productos que no
están permitidos, como los seguros vehiculares.
También existe la
denuncia 17689/12 en la Unidad de Investigación y Combate al Delito de
Extorsión por atentados en contra del Centro Cambiario Paso del Norte SA de CV,
donde desde el año pasado a la fecha, en algunas de las sucursales han recibido
amenazas, billetes falsos, disparos, detonaron una bomba molotov que incendió
sus instalaciones, intentos de asalto y dañaron a pedradas las pantallas
electrónicas en las que anuncian el tipo de cambio.
NEGOCIO BOYANTE
Aunque las
operaciones que se realizan en el mercado local de las divisas no están
calculadas con rigor, se sabe que los centros cambiarios son negocios rentables
porque han subsistido a los peores embates de inseguridad y regulaciones,
aunque en los hechos son poco vigilados.
Además, de las 431
sucursales que cuentan con licencia de funcionamiento en la ciudad, tan sólo
este año se reporta la apertura de 56 nuevos espacios, según indican datos
oficiales de la Dirección de Desarrollo Urbano del Gobierno Municipal.
Esta situación ha
detonado nuevos corredores comerciales, como la avenida Plutarco Elías Calles,
y la proliferación de más sucursales en otras zonas ya consolidadas, como las
avenidas Juárez, Américas, Lincoln, López Mateos, Tecnológico, Gómez Morín,
Jilotepec y Waterfill.
Ante la CNBV hay
registradas 136 sociedades mercantiles de este tipo, de las cuales en el país
hay mil 710.
García Arenas indica
que a nivel local hay unos 150, dice no tener la cifra exacta, sólo sabe que de
estos unos 130 están adheridos a la Canaco y el resto operan de manera
independiente.
El también cambista,
con 28 años de antigüedad en el mercado, expone que, a su juicio, estos centros
no pasan por su mejor época, ya que en los últimos cinco años podrían haber
cerrado hasta 50, pero ninguno a consecuencia de las regulaciones, sino por la
caída en las ganancias como consecuencia de la inseguridad.
Asegura que hace
unos años tenía movimientos de hasta 30 o 40 mil dólares diarios, mientras que
ahora son de 6 a 7 mil y en ocasiones ni siquiera alcanza los 5 mil, no sólo
por los bajos intercambios, sino también porque las nuevas disposiciones les
impusieron como tope cambiar hasta 10 mil dólares por cliente al día, no más.
Dice que
actualmente, de acuerdo con datos del Banco de México, la compra y venta de
divisas en el país es de 22 mil millones de dólares anuales, de los cuales al
menos la mitad se deben mover en la frontera norte del país y en su mayoría son
operaciones que realizan los centros cambiarios, ya que los bancos han limitado
mucho este tipo de transacciones.
–¿Entonces es un
buen negocio, es rentable?
–En sus tiempos lo
fue, cuando éramos menos, ahora que somos más, no tanto, por eso les pido a los
compañeros que seamos listos y la forma es que veamos lo que está alrededor: si
los bancos manejan un peso de banda, de diferencia entre la compra y la venta,
por qué nosotros nomás unos centavos, pero no quieren.
Asegura que, en su
caso, se mantiene en este giro por “amor propio” y porque “tiene fe” que le
volverá a generar ganancias como antes.
FALTA DE REVISIÓN
Un panorama distinto
del negocio tiene Alondra de la Garza Erives, asesora en prevención de lavado
de dinero y experta en el tema de las casas de cambio, quien asegura que el
mercado de las divisas es rentable en Juárez.
Aunque advierte que
se ha tornado difícil por la competencia desleal que se presenta debido a que
más del 70 por ciento de estas empresas no cumplen con las disposiciones
legales por falta de vigilancia.
“Cuando surgieron
las nuevas regulaciones hace un par de años, la idea generalizada de muchos
cambistas es que el mercado se iba a acotar un poco, que no habría tanta
competencia y las condiciones iban a mejorar para los que hay, pero como la
Comisión no ha actuado mucho, no ha tenido acciones duras que pongan el ejemplo
de que deben cumplir a la perfección, lejos de ser menos hay más competidores”,
dice.
Expone que es
evidente que en el mercado hay cada vez más negocios de este tipo en la
informalidad, porque en los establecimientos no sólo compran y venden dólares,
también seguros vehiculares, billetes de lotería y crédito para teléfono.
Con esta tendencia,
asegura que los negocios formales tienden a extinguirse, porque tienen pocas
facilidades por rigurosas reglas, además de que batallan mucho porque se
enfrentan a la discriminación de la banca que se niega a abrirles cuentas
porque de acuerdo con sus políticas son considerados clientes de alto riesgo
para el lavado de dinero y prefieren evitarlos.
“Algunos clientes
han estado muy desanimados y en ocasiones quieren tirar la toalla, pero todo
esto se debe a que la Comisión no viene a revisarlos, el gobierno no actúa y
así poco se puede hacer”, agrega Reyes Castorena.
Mencionan que tan
sólo este año vinieron de la CNBV en una ocasión a revisar a los centros
cambiarios, pero sólo a los registrados, de los cuales clausuraron dos
aparentemente por incumplimiento en las auditorías externas que deben realizar
para reportar el monto de operaciones y clientes registrados.
No fue posible
obtener mayor información de los operativos de vigilancia que realiza la CNBV y
datos oficiales del mercado, porque se pidió hacer la solicitud por escrito y
hasta el momento no han respondido. Sólo se accedió a los datos estadísticos
publicados en el portal de Internet, donde difunden el padrón de centros
cambiarios registrados con su domicilio fiscal.
En las oficinas
locales del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se informó que los
centros cambiarios ahora son empresas morales que tributan de manera regular,
pero que son vigiladas exclusivamente por la Comisión Nacional Bancaria, a la
que anualmente deben pagar una licencia que este año costó 32 mil pesos para
inspección y vigilancia que no realizan.
FALTA DE CONTROLES
DETONA VIOLENCIA, ASEGURAN
A esa falta de
inspección y vigilancia de parte de las autoridades competentes, se atribuyen
los conflictos que se presentan a nivel local en el mercado cambiario, donde
operan en la informalidad, incumplen con la ley, se recurre a la competencia
desleal y hay acusaciones de agresiones.
“El gran problema
ahora que se presenta en la ciudad es gracias a la omisión de la autoridad que
no viene a revisar y cuando lo hace viene nomás con las empresas registradas,
todo este fenómeno de incumplimientos y competencia desleal es gracias a la
autoridad que no ha venido a hacer su trabajo correctamente”, considera José
Luis Reyes Castorena.
Así, uno de los
casos más emblemáticos de los presuntos excesos cometidos a estos negocios, son
varios atentados violentos en contra del Centro Cambiario Paso del Norte.
El apoderado legal
de la empresa, quien pide la reserva de su identidad y de la dueña, explica que
desde 2011 su cliente y las sucursales han enfrentado una serie de atentados
que atribuye a sus competidores por la disputa por el mercado de las divisas.
El primero de ellos
ocurrió en noviembre de 2011, cuando a través de una llamada telefónica una
persona les advirtió que dijeran a la encargada de la sucursal ubicada en la
avenida de las Américas, porque le indicaron que “si volvía a mover el tipo de
cambio, se la iba a cargar la chingada, al cabo que ya la tenemos ubicada”.
De las amenazas
pasaron a los hechos y al siguiente año, el 22 de junio de 2012, en la misma
sucursal se registró un atentado a balazos que quedó grabado en el sistema de
circuito cerrado, donde se ve que un hombre ingresa al local, pide al empleado
se retire de la ventanilla y dispara en cinco ocasiones al vidrio blindado al
que causa daños materiales.
Cuatro días después,
el 26 de julio de ese año, ocurre el tercer evento que protagonizan dos hombres
que ingresan a la sucursal y detonan una bomba molotov que causó daños
materiales en el lugar que obligaron al cierre del establecimiento.
Ante los ataques, la
empresa denunció los hechos en la Fiscalía General del Estado, sin embargo, el
13 de julio, una persona acude a otra de las sucursales propiedad de la misma
empresa y le dice a la cajera que le diga a la encargada que ya no abra la
sucursal de las Américas o matarían a toda la gente.
Ante esta situación
pidieron apoyo al ex secretario de Seguridad Pública Municipal, Julián Leyzaola
Pérez, quien ordenó colocar vigilancia de manera permanente en la sucursal de
las Américas luego de su reapertura en octubre del año pasado.
En respuesta, la otra
sucursal que no contaba con seguridad pública fue atacada a balazos, lo que
obligó a implementar otras estrategias de seguridad como realizar operativos
especiales en la zona y con ello, aseguran, se desata la guerra comercial por
el tipo de cambio.
En medio de ese
escenario, García Arenas acude al establecimiento de las Américas acompañado de
varios casacambistas de la zona que buscaban hablar con la propietaria, a quien
no localizaron, pero con quien después habló por teléfono para pedirle que no pusiera
un tipo de cambio distinto que los demás, porque ponía en peligro la operación
de los otros centros, lo que fue rechazado.
“La señora acusó a
todos los que estaban alrededor de ella de estar en su contra, en especial a
uno de los compañeros, le dije que si tiene pruebas que presentara la denuncia,
que lo hiciera porque no por el hecho de que una persona sea mi amigo,
significa que lo defiendo, yo tengo que hablar como líder y no toleraré que
algo así sucediera en mi grupo, pero puede llegar a existir”, dice.
El dirigente de los
centros cambiarios de la Canaco considera que este caso, más que una acción de
competencia desleal, puede ser por rencillas personales de la dueña, quien no
es socia de la agrupación, ya que los agremiados no han sufrido ataques de ese
tipo y ni siquiera han sido víctimas de extorsión.
Los ataques al
centro cambiario continuaron los siguientes meses, donde intentaron asaltar la
misma sucursal, causaron daños al equipo donde anuncian el tipo de cambio y
recibieron varios billetes falsos y después hasta reclamos de supuestos
clientes que los habían recibido.
“Todo esto está muy
oscuro porque todas las amenazas están relacionadas con el negocio, con el tipo
de cambio que manejamos, y hasta el expediente se ha perdido por meses en la
misma Fiscalía, así que ya no tenemos confianza en nadie, vamos a ver cómo
procedemos”, advierten.
(Gabriela Minjáres/El Diario)
(EL DIARIO /GABRIELA
MINJÁRES/ 2013-12-14 | 23:41)
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