MÉXICO,
D.F. (apro).- La violencia que se registra en Michoacán fue denunciada y
detallada desde mayo. Sin embargo, la labor de las autoridades ha sido
ineficaz, aseguró monseñor Javier Navarro, obispo de Zamora.
Navarro
aseguró que desde el pasado 18 de mayo entregaron en mano una carta a
Jesús Reyna, quien era el gobernador interino de Michoacán, pero hasta
que Miguel Patiño, obispo de Apatzingán, denunció la situación de
violencia, las autoridades reforzaron la seguridad con elementos del
Ejército y policías federales.
“Los obispos de Michoacán el 18 de
mayo habíamos emitido un documento que firmamos todos, los nueve, en el
que de alguna forma se está señalado aquello en lo que monseñor Patiño,
de Apatzingán, es más explícito”, afirmó.
“Estamos realizando el
trabajo evangelizador en un contexto quizá de más violencia que otros
estados y monseñor Miguel tal vez está en la zona más conflictiva y
candente”.
El religioso señaló que al igual que monseñor Patiño, percibe en Michoacán un estado fallido.
Afirmó
que en la carta que entregaron a Jesús Reyna denunciaron que hay
autoridades de distintos niveles que, ya sea por presión o por
complicidad, están involucradas con grupos de la delincuencia
organizada.
Comentó que en la carta que entregaron a Reyna
denunciaron la ineficacia de las autoridades, sin embargo, éste no
estuvo de acuerdo con ello.
Navarro denunció que el 27 de diciembre desapareció un sacerdote de su diócesis y hasta la fecha no conocen su paradero.
Sin
embargo, aseguró que los obispos no están amenazados por ningún grupo
criminal y que no tienen por qué pactar con el crimen organizado.
Indicó
que el próximo jueves, durante la 96 Asamblea Plenaria de la CEM, los
obispos de Michoacán y Guerrero tendrán un panel sobre cómo evangelizar
en un contexto de violencia.
Comentó que en mayo del 2014 sostendrán una reunión con el Papa Francisco y le expondrán la situación de violencia.
/11 de noviembre de 2013)
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