MÉXICO,
D.F. (Proceso).- La demostración de fuerza de Andrés Manuel López
Obrador y el poco convencimiento de los legisladores priistas hicieron
que Enrique Peña Nieto diera marcha atrás en su intención de gravar
alimentos y medicinas con el antipopular Impuesto al Valor Agregado
(IVA) de 16 %, previsto en su iniciativa de reforma hacendaria.
El
documento estaba preparado más de dos semanas antes de que se entregara
la versión final a la Cámara de Diputados. El gobierno pretendía
obtener, mediante el IVA, ingresos adicionales por aproximadamente 500
mil millones de pesos, es decir, 3% del Producto Interno Bruto (PIB). En
lugar de ello, su ambiciosa propuesta acabó en una posible recaudación
de 239.7 mil millones de pesos, 1.4% del PIB, relata a Proceso una
fuente que tuvo acceso a la versión inicial de la iniciativa.
Lo
que sucedió para que Peña Nieto y su secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, dieran marcha atrás a sus pretensiones de obtener mayores
recursos mediante el IVA, en estos momentos de “minicrisis”, fue que su
principal oponente en la pasada elección presidencial tomó la bandera
del rechazo al gravamen a esos artículos básicos para convocar a miles
de manifestantes contra el gobierno peñista.
Incluso, dice, el
gobierno federal esperó a que terminara el mitin de López Obrador la
mañana del 8 de septiembre a fin de medir la magnitud de su convocatoria
y, con ello, el malestar de la ciudadanía. En efecto, el tabasqueño
logró congregar a 37 mil personas, en cifras oficiales, y a 44 mil,
según sus propios números, en torno al rechazo del IVA y la
privatización de Pemex. Esto, pese a que no pudo realizar su mitin en el
Zócalo y a que exaliados, como el PRD, Cuauhtémoc Cárdenas y la CNTE,
no se sumaron al acto del excandidato presidencial.
Una semana
antes del 1 de septiembre, día del informe de Peña Nieto, autoridades
hacendarias y la Presidencia de la República convocaron a legisladores
federales y les presentaron los principales puntos de la reforma
hacendaria que entregarían el domingo 8 en San Lázaro.
A nadie se
le dio copia del documento, únicamente se les explicó en qué consistía
la iniciativa y que la cereza del pastel era gravar con IVA de 16%
alimentos y medicinas. “Con ello se recaudaba 3% del PIB”, puntualiza la
fuente.
Sin embargo, los legisladores que habían asistido al
encuentro se sorprendieron, pues ese domingo, después de concluir el
mitin de López Obrador, ya no figuraba entre los nuevos impuestos el
controvertido IVA en alimentos y medicinas. Esa tarde Videgaray entregó
el documento a la Cámara de Diputados y minutos más tarde Peña Nieto
difundió su mensaje en cadena nacional.
El PRI y sus principios
Según
el documento detallado a los legisladores, de los casi 500 mil millones
de pesos adicionales que se pretendía obtener con el IVA en alimentos y
medicinas, la propuesta que se presentó redujo las expectativas
gubernamentales a 239.7 mil millones de pesos, de los cuales 54 mil
millones corresponden a impuestos.
En esta iniciativa no se toca
la tasa cero de alimentos y medicinas, pero en contraparte se eliminan
algunos regímenes especiales, como la exención de IVA en colegiaturas,
cine, venta de mascotas y de alimento para éstas, transporte terrestre
foráneo, venta y renta de casas, así como sus intereses pagados por
hipoteca, explicó el propio Videgaray el miércoles 11 ante diputados
federales.
La reforma hacendaria que ya estaba lista desde el 25
de agosto preveía no sólo gravar con 16% alimentos y medicinas, sino
también eliminar los regímenes especiales, como la “consolidación
fiscal”, que permite a grandes empresas pagar sólo 10 pesos de cada 100
que deben en un año, y el resto aportarlo de manera paulatina en años
subsiguientes.
El pasado 4 de marzo, fecha en que el PRI cumplió
84 años, modificó sus documentos básicos, particularmente la Declaración
de principios, Estrategias y programas, Estatutos y Programas de
acción.
En su XXI Asamblea Nacional, el partido eliminó de su
Programa de Acción toda referencia a los artículos 25, 27 y 28 de la
Constitución para dar paso a la privatización del sector energético,
pero además borró toda referencia al IVA.
Apenas en su XIX
Asamblea el PRI había festinado ampliamente como parte de su programa el
rechazo al IVA en alimentos y medicinas, que le sirvió para oponerse
durante 12 años a dos gobiernos panistas.
Entonces, el punto 299
de su Programa de Acción establecía que “el PRI se pronuncia por
mantener la rectoría del Estado (en materia de energía) conforme a los
artículos 25, 27 y 28 de la Constitución”. Hoy dice que “se impulsará
una reforma energética que convierta a ese sector en el motor del
crecimiento, que genere y atraiga la inversión”.
El 3 de marzo
pasado, con la presencia de Enrique Peña Nieto, los asambleístas
concentrados en el Centro Banamex parecían otros, distintos a los que en
Puebla aplaudieron rabiosamente la rectoría del Estado sobre el
petróleo.
En el caso del IVA, el punto 154 del Programa de Acción
proclamaba: “El PRI defiende la economía popular y no aceptará la
aplicación del IVA en alimentos y medicinas”, pero el 299 del texto
actual dice: “El PRI reconoce la necesidad de impulsar una reforma
hacendaria que abarque lo relativo al patrimonio público, ingreso, deuda
y gasto de los tres ámbitos de gobierno”.
–Si no pretendiera
gravar alimentos y medicinas, el PRI no hubiera modificado sus
principios –se le comenta a quien estuvo cerca de la presentación de la
primera iniciativa de reforma hacendaria a los legisladores de ese
partido.
–Está en lo correcto.
–¿Qué pasó entonces, qué los hizo retroceder?
–No
había acuerdo dentro de la bancada del PRI, y también era el principal
argumento de la convocatoria de Andrés Manuel López Obrador.
–¿Y quién tomó la decisión? ¿Peña Nieto, Videgaray, Carstens o Aurelio Nuño?
–El propio Enrique Peña Nieto.
Al
encuentro entre priistas para presentarles la primera versión de la
iniciativa que preveía aplicar el IVA a alimentos y medicinas asistieron
el presidente nacional del partido, César Camacho Quiroz; el
coordinador de los diputados, Manlio Fabio Beltrones Rivera, y el de los
senadores, Emilio Gamboa Patrón, así como Videgaray y el subsecretario
de Ingresos de Hacienda, Miguel Messmacher Linarta.
El resto de
los diputados federales y senadores no fueron invitados a la
presentación y confirmaron que Videgaray no se reunió con ellos para
explicarles la aplicación del IVA en alimentos y medicinas.
Salvador
Romero Valencia, diputado priista por Michoacán, agradece que se haya
excluido el mencionado gravamen, “porque en el grupo parlamentario no
hay una sola voz que esté a favor del IVA en alimentos y medicinas;
sabemos que lastima a los que menos tienen”.
–Si no se propuso el IVA en esos productos, ¿para qué modificaron sus principios?
–Esa es una buena pregunta que debe responder la gente del Comité Ejecutivo Nacional de mi partido.
Peña
Nieto dio marcha atrás al IVA. Por el momento, pues los documentos del
PRI ya permiten que sus legisladores voten por gravar de todas formas
alimentos y medicinas.
Lo cierto es que no cumplieron más puntos
de sus nuevos textos partidistas. Por ejemplo, en el 303 se dice que “el
partido considera fundamental hacer eficiente y transparente el sistema
de recaudación fiscal, que considera complejo e injusto, puesto que
enfatiza la tributación de los causantes cautivos”. Sin embargo, de
aprobarse esta iniciativa, como en cada reforma hacendaria la carga
impositiva les pegará más precisamente a esos “causantes cautivos".
/17 de septiembre de 2013)
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