Reforma
México, DF.- El consumo de drogas ilegales a nivel nacional casi se duplicó durante los gobiernos panistas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones 2011 y que fue difundida ayer, 1.5% de mexicanos usó algún narcótico en el último año.
Aunque en 2008 la proporción era de 1.4%, el dato contrasta con el 0.8% reportado en 2002.
Además, la edad promedio de inicio en el consumo de drogas disminuyó significativamente en este periodo: en hombres pasó de los 19.8 años de edad a los 18, y en mujeres de los 23.6 a los 20.1.
El aumento en el consumo de drogas ocurrió a pesar de que al inicio de la actual administración el presidente Felipe Calderón declaró un férreo combate contra los cárteles de las drogas.
“La mariguana sigue siendo la droga de mayor consumo y representa 80% del consumo total de drogas. La cocaína sigue apareciendo en segundo lugar con un usuario de cocaína por cada 2.4 usuarios de mariguana.
“Uno de cada cinco usuarios de cocaína la consume en forma de piedra o crack”, precisa el documento presentado ayer en Manzanillo ante Calderón.
Otro de los hallazgos de la encuesta refleja que la política de prevención contra las adicciones no funcionó por completo, particularmente por el aumento en el consumo de alcohol y tabaco.
Entre 2008 y 2011, el porcentaje de la población de 12 a 65 años que ha consumido alguna vez alcohol pasó de 67.9 a 71.3%, mientras que la prevalencia por tabaco aumentó de 20.8% a 21.7 por ciento.
En la población adolescente se encontró que 42.9% ha consumido alcohol alguna vez en la vida y 12.3% es fumador.
“Los adolescentes copian los modelos de consumo excesivo de los adultos. Se trata de una práctica con un inicio temprano.
“La mitad de los consumidores se inician antes de los 18 años, y las mujeres se incorporan a esta práctica.
“Este hallazgo ya observado en otras fuentes, nos indica la necesidad de redoblar esfuerzos para detener este problema con graves repercusiones en la salud y desarrollo económico del país”, dijo María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría “doctor Ramón de la Fuente Muñiz” al presentar la encuesta.
‘Adicciones son la gran amenaza’
El presidente Felipe Calderón aseguró ayer que las drogas se
convirtieron en una de las más grandes amenazas para la juventud
mexicana y por partida doble.
En el marco del Primer Encuentro Nacional de Centros Nueva Vida y la presentación de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011, el Mandatario relacionó el consumo de drogas ilícitas con la expansión de la violencia, por ser una fuente de ingreso para las organizaciones criminales.
“Las drogas se convirtieron en una de las más grandes amenazas para los jóvenes mexicanos por partida doble. Por un lado, fue un creciente problema de salud pública y afecta su salud. Y, por el otro, una creciente fuente de violencia, que se genera, precisamente, por la disputa que tienen entre sí los grupos criminales dedicados a vender droga, con tal de tener control de un mercado específico, es decir, de un territorio, de una ciudad o de una población”, dijo.
“Esa violencia, además, recluta a los jóvenes. La recluta a quienes se ven involucrados con los grupos criminales, en sus cadenas de narcomenudeo o en sus cadenas de información, hasta que finalmente son incorporados a sus grupos de violencia”.
Al salir en defensa de su estrategia anticrimen, aseguró que ha actuado con responsabilidad y con visión de largo plazo en la tarea de proteger la salud y la seguridad de los mexicanos.
“Hace seis años, el Gobierno de la República tomó la decisión de Estado de combatir frontalmente a la delincuencia, porque representa una de las más grandes amenazas para la integridad y para la seguridad de los ciudadanos, y para la vida misma de México.
“Nuestra Nación había dejado de ser exclusivamente ruta para el trasiego de drogas a Estados Unidos, lo sigue siendo, desde luego, pero, además, se estaba convirtiendo, también, en un atractivo mercado de consumo. Los niveles de adicción y de consumo a las drogas se venían incrementando, especialmente, entre los jóvenes. Entre otras cosas, a partir, precisamente, del incremento en el propio poder adquisitivo del país”, agregó.
Advierten desorden en planes sociales
En el marco del Primer Encuentro Nacional de Centros Nueva Vida y la presentación de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011, el Mandatario relacionó el consumo de drogas ilícitas con la expansión de la violencia, por ser una fuente de ingreso para las organizaciones criminales.
“Las drogas se convirtieron en una de las más grandes amenazas para los jóvenes mexicanos por partida doble. Por un lado, fue un creciente problema de salud pública y afecta su salud. Y, por el otro, una creciente fuente de violencia, que se genera, precisamente, por la disputa que tienen entre sí los grupos criminales dedicados a vender droga, con tal de tener control de un mercado específico, es decir, de un territorio, de una ciudad o de una población”, dijo.
“Esa violencia, además, recluta a los jóvenes. La recluta a quienes se ven involucrados con los grupos criminales, en sus cadenas de narcomenudeo o en sus cadenas de información, hasta que finalmente son incorporados a sus grupos de violencia”.
Al salir en defensa de su estrategia anticrimen, aseguró que ha actuado con responsabilidad y con visión de largo plazo en la tarea de proteger la salud y la seguridad de los mexicanos.
“Hace seis años, el Gobierno de la República tomó la decisión de Estado de combatir frontalmente a la delincuencia, porque representa una de las más grandes amenazas para la integridad y para la seguridad de los ciudadanos, y para la vida misma de México.
“Nuestra Nación había dejado de ser exclusivamente ruta para el trasiego de drogas a Estados Unidos, lo sigue siendo, desde luego, pero, además, se estaba convirtiendo, también, en un atractivo mercado de consumo. Los niveles de adicción y de consumo a las drogas se venían incrementando, especialmente, entre los jóvenes. Entre otras cosas, a partir, precisamente, del incremento en el propio poder adquisitivo del país”, agregó.
Advierten desorden en planes sociales
El Gobierno de Enrique Peña Nieto recibirá un aparato gubernamental que
opera 2 mil 644 programas sociales plagados de desorden, duplicidades,
ineficiencia, vaguedad en resultados, exclusión y hasta probable
derroche financiero de recursos.
Así lo indicó la presidenta de la Comisión de Desarrollo Social del Senado, la perredista Lorena Cuéllar, al presentar un diagnóstico sobre la situación que guarda la política de combate a la pobreza.
De acuerdo con la legisladora, el caos que prevalece en la aplicación de programas no sólo provoca ineficiencia en la atención de los beneficiarios, sino que es aprovechado por los gobiernos de todos los niveles y partidos para cometer abusos y utilizarlos como herramientas electorales.
“De acuerdo con el propio Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (Coneval), se confirma que el desorden, la ineficacia, la ausencia de transparencia y de rendición de cuentas, entre otras cosas, es el caldo de cultivo, el escenario perfecto para que se haga un indebido uso político y electoral de los programas sociales, aprovechando la necesidad e indefensión de los beneficiarios”, manifestó.
La senadora del PRD aseguró que es necesario impulsar una serie de reformas para construir una verdadera política social de Estado.
Recordó que entre los pendientes del Congreso se encuentra la Ley de Desarrollo Social, con la que se busca fortalecer los esquemas de fiscalización del gasto social para evitar el uso político de los programas, así como abrir espacios de control ciudadano.
La reforma, “congelada” en el Senado, establece la creación de la Base Nacional de Datos y del Padrón Nacional de Beneficiarios, además de la creación de indicadores como el “nivel de rezago demográfico”.
Cuéllar consideró que los programas sociales funcionan como paliativos que no resuelven de fondo los problemas de rezago social en el país.
Así lo indicó la presidenta de la Comisión de Desarrollo Social del Senado, la perredista Lorena Cuéllar, al presentar un diagnóstico sobre la situación que guarda la política de combate a la pobreza.
De acuerdo con la legisladora, el caos que prevalece en la aplicación de programas no sólo provoca ineficiencia en la atención de los beneficiarios, sino que es aprovechado por los gobiernos de todos los niveles y partidos para cometer abusos y utilizarlos como herramientas electorales.
“De acuerdo con el propio Consejo Nacional de Evaluación de Política Social (Coneval), se confirma que el desorden, la ineficacia, la ausencia de transparencia y de rendición de cuentas, entre otras cosas, es el caldo de cultivo, el escenario perfecto para que se haga un indebido uso político y electoral de los programas sociales, aprovechando la necesidad e indefensión de los beneficiarios”, manifestó.
La senadora del PRD aseguró que es necesario impulsar una serie de reformas para construir una verdadera política social de Estado.
Recordó que entre los pendientes del Congreso se encuentra la Ley de Desarrollo Social, con la que se busca fortalecer los esquemas de fiscalización del gasto social para evitar el uso político de los programas, así como abrir espacios de control ciudadano.
La reforma, “congelada” en el Senado, establece la creación de la Base Nacional de Datos y del Padrón Nacional de Beneficiarios, además de la creación de indicadores como el “nivel de rezago demográfico”.
Cuéllar consideró que los programas sociales funcionan como paliativos que no resuelven de fondo los problemas de rezago social en el país.
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