martes, 30 de octubre de 2012

CONTRATO QUE APESTA







Las aguas negras de Culiacán y el hedor del negocio millonario con TACSA

Lo que corre por el dren Cedritos que atraviesa el municipio de Navolato no solo es la podredumbre que desecha Culiacán sino los 9 millones 200 mil pesos mensuales —110 millones de pesos anuales y más de 900 millones de pesos pagados desde 2010— que la Junta de Agua Potable cubre a la empresa Tratamiento de Aguas de Culiacán, S.A. de C.V., que debiera sanear las aguas negras.


La hediondez de las aguas residuales descubre a la vez el tufo de un contrato que se cumple al pie de la letra desde hace diez años y que compromete a la Japac a pagar, hasta 2022, por algo que no se hace. O al menos no se realiza bien.

Testigos de lo maloliente de ese acuerdo, firmado en 1988 por el entonces alcalde Sadol Osorio Salcido, hay muchos. Son los habitantes de las comunidades Los Pochotes, Macario Gaxiola, 5 de Mayo, Guamuchilito, El Paraíso, La Palma, Campo Berlín, El 17 y La Platanera, que todos los días conviven con la contaminación que genera el dren.


Han luchado de todas las maneras posibles para que las aguas negras, supuestamente tratadas por TACSA, dejen de vertirse al dren Cedritos. El olor pútrido los ahoga, los enferma y los encorajina.


También el daño ecológico es evidente. Organizaciones ambientalistas han resuelto que la flora y la fauna prácticamente ha muerto a lo largo del canal que transporta los residuos del drenaje y que de acuerdo a la empresa TACSA son aguas tratadas.


“Urge una solución que pare el desastre en ecosistemas y el grave daño a la salud de los habitantes”, dice el biólogo Alberto Urtusuástegui quien documenta la catástrofe ambiental.


Advierte que restaurar la zona dañada en los más de 20 kilómetros por los que corren las aguas negras requerirá de otra inversión millonaria y será una tarea que tomará dos o tres décadas.


Pero nadie toca a TACSA. Con su planta tratadora ubicada por el kilómetro 7.5 de la carretera Culiacán-Culiacancito hace un negocio que une a los navolatenses en su contra. El fracaso de la vía pacífica para gestionar la intervención de las autoridades anticipa el uso de la presión como última arma.


Las quejas ante la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Culiacán, Comisión Nacional del Agua, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y los alcaldes en turno de Culiacán y Navolato no han rendido resultados. Ahora van a la toma de la planta tratadora y al cierre del dren Cedritos.


Letrina cara


La historia negra de la planta norte para el tratamiento de las aguas residuales de Culiacán empezó el 16 de noviembre de 1998 cuando el contrato, que se extingue hasta enero del 2022, se le otorgó a TACSA, firma que es parte de un grupo de negocios integrado también por las empresas Degremont, S.A., de origen francés, su filial Degremont de México y Triturados Basáltico y Derivados (Tribasa) S.A. de C.V.


La negociación habilitó a TACSA para construir, equipar y operar durante 20 años la planta con capacidad para sanear mil 700 litros por segundo de aguas residuales de Culiacán. La inversión fue de 253.4 millones de pesos, aportados de la siguiente manera: 87.4 millones por la Conagua a fondo perdido y los restantes 172.4 millones por la empresa TACSA con 73.6 millones en capital de riesgo y un crédito de Banobras por 98.8 millones de pesos.


La construcción de la planta inició el 15 de enero de 2000 y concluyó el 15 de septiembre de 2001. Del 16 de septiembre de 2001 al 15 de enero de 2002 fue sometida a un periodo de pruebas, pero antes, el 7 de diciembre de 2001, fue inaugurada y publicitada como la panacea en el cuidado del medio ambiente.


Luego de que entró en servicio, la Japac empezó a pagarle a TACSA. En enero de 2002 le entregaba 3.7 millones de pesos mensuales; en 2010 la cantidad ascendía a 8.2 millones de pesos mensuales y actualmente le cubre la suma de 9 millones 200 mil pesos al mes, de acuerdo con información solicitada por Ríodoce a la paramunicipal.


Según análisis de costos que el Gobierno de Culiacán hizo durante la administración que encabezó Jesús Vizcarra Calderón, el convenio con TACSA mantiene hipotecadas las finanzas de la Japac, debido a que la Junta de Agua tiene que hacer uso de recursos no recuperados para cumplir el contrato.


Desde que entró en operaciones la planta tratadora y hasta diciembre de 2010 la Japac le había pagado a TACSA un total de 726 millones de pesos y en el mismo periodo la paramunicipal había cobrado 542 millones de pesos por concepto de cuotas de saneamiento costeadas por los usuarios. La carga para la Japac fue por el orden de los 184 millones de pesos.


También se han hecho intentos por ponerle fin al contrato. Cuando Carlos David Ibarra fungía como alcalde intentó la reestructura del pasivo con TACSA. El plan era que la Japac recuperara la planta para operarla. El Ayuntamiento hizo una oferta a la empresa por 286 millones de pesos, pero esta le respondió con una contrapropuesta de 486 millones, lo cual tronó la negociación.


“La verdad es que la Japac se ha esclavizado a TACSA. Y lo peor es que las aguas negras siguen emanando como si no estuvieran tratadas. ¿Por qué no romper ese contrato abusivo? Si quieren lo pueden hacer por la vía jurídica”, dice un abogado que asesora a las familias dañadas por la contaminación.


Y da un dato para rescindir el convenio: con el fin de extender el negocio y violando lo estipulado, TACSA le vendió en 2007 el 50 por ciento más uno de los derechos de ese contrato a la empresa japonesa Sumitomo, lo cual es ilegal.


Albañal gigantesco


“Yo no me pude ir porque de aquí saco pa’comer, pero a mi familia sí la tuve que mandar a vivir a otro lado”, dice José López, un ladrillero que trabaja casi al borde del dren Cedritos. Ve correr durante todo el día las aguas oscurecidas y apestosas que lo infectan todo a su paso.


En campo Berlín han sufrido durante una década las consecuencias de un contrato de origen maloliente. Enfermedades en las vías respiratorias, en la piel e infecciones gastrointestinales son frecuentes e incluso por las noches tienen que dormir tapados de pies a cabeza para mitigar la fetidez que corrompe al aire.


Por eso a los navolatenses que viven a orillas o en las cercanías del dren Cedritos les importa poco cuánto le paga la Japac a TACSA. Lo que les interesa es que se le ponga un alto a la emisión de aguas negras que conforman el más grande foco de infección tal vez de todo Sinaloa.


La lucha contra lo que ellos definen como “un escusado gigantesco” la han librado desde 2002 cuando TACSA empezó a operar la planta tratadora de aguas negras del sector norte de Culiacán. Por cierto, no han ganado ni una batalla.


En 2011 los navolatenses le declararon la guerra al dren Cedritos. El 8 de septiembre se manifestaron frente al edificio del Ayuntamiento de Navolato exigiendo la intervención del alcalde Evelio Plata y cuatro días después regidores y funcionarios municipales hicieron un recorrido por la zona afectada, verificando la seriedad del problema.


Se tomó el acuerdo de crear una comisión entre los gobiernos de Culiacán, Navolato y el de Sinaloa para buscarle una solución al conflicto antes de que los afectados pusieran en práctica acciones como la toma de la planta de TACSA o el cierre del dren Cedritos.


Entonces se procedió a girarle oficios a la Conagua, Semarnat, Japac, direcciones de ecología municipales y el 25 de octubre autoridades estatales y municipales realizan una visita a la zona de descarga de la planta de TACSA.


Pero el problema y el conflicto siguen ahí. Lo certifican centenas de familias de Navolato y el dren que, como víbora putrefacta, serpentea dando testimonio de los millones que la Japac paga a cambio de nada.


Como si fuera dinero tirado al caño.



Pide Evelio Plata que intervenga Salud


Evelio Plata Inzunza, alcalde de Navolato, propone que intervenga la Secretaría de Salud del Gobierno del Estado para que elabore un diagnóstico sobre la situación de contaminación que afecta al dren Cedritos y al río Culiacán.


Sobre un estudio profundo del problema, considera, podrían tomarse acciones que involucren a los gobiernos estatal, de Culiacán y Navolato, para atender un asunto que adquiere sesgos alarmantes.


Plantea que se precise hasta dónde llega la responsabilidad de la planta tratadora de aguas negras que opera TACSA y cuál es la aportación que hacen al problema empresas asentadas en la zona, e incluso el poblado de Culiacancito que también aporta al daño ecológico y de salud.


“Es una historia que ya tiene muchos años pero que (se) ha recrudecido recientemente. Esto hace urgente la gestión, encabezada por el gobernador Mario López Valdez, para que conozcamos primero la magnitud del conflicto y luego nos coordinemos para atenderlo”, dice el edil navolatense.


Afirma que su gobierno está haciendo lo necesario para instalar plantas tratadoras de aguas residuales en comunidades como La Palma y Navolato, para evitar que los desechos se viertan al dren o al río. “Aún en la falta de recursos presupuestales, tenemos que aplicarnos todos en este asunto o pronto lamentaremos consecuencias muy fuertes”, advierte.


Por la contaminación del dren Cedritos, reconoce Plata, se han registrado enfermedades en los habitantes de las comunidades aledañas y deterioro ecológico, generando inconformidad y un ambiente inadecuado para vivir.


Dice que la Secretaría de Salud debe intervenir como autoridad rectora y en apego a un estudio del problema generar que intervengan no solamente los gobiernos municipales y el estatal sino también instancias de la Federación involucradas en estas cuestiones.


“Las aguas negras están ahí y no podemos seguir cruzados de brazos”, puntualiza.


Números a resaltar


— 253 millones de pesos costó la planta tratadora de aguas residuales.

— 172 millones fueron aportados por TACSA.
— 900 millones de pesos se le han pagado a TACSA desde 2002.
— 110 millones de pesos es el pago anual actual de la Japac a TACSA.
— 9.2 millones de pesos al mes le paga la Japac a TACSA.
— 20 años es la duración del contrato para sanear aguas negras.
— 10 años más le quedan de vigencia al contrato con TACSA.
— 9 comunidades de Navolato son afectadas por la contaminación.
 

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