martes, 13 de marzo de 2012

SALDO ANTINARCO: DOLOR Y MUERTE



“Un error perseguir a sangre y fuego y gastar grandes presupuestos contra el narco cuando hay peores males”: Ronderos


Paúl Mercado 

Tras el fracaso de la lucha contra y entre el narcotráfico, evidente en el contrastante conteo de muertos —47 mil 500 según el Gobierno, 80 mil 700 aclara México Unido Contra la Delincuencia, mientras cifras periodísticas hablan de más de 60 mil—, cada vez son más los que sostienen que el narcotráfico no debe ser la prioridad del esfuerzo gubernamental. 


Una de esas voces es la periodista colombiana María Teresa Ronderos, Premio María Moors Cabot 2007, quien señala incluso que la experiencia advierte que no se debe invertir tanto dinero en esta lucha, menos cuando hay batallas más importantes que librar.


Entrevistada previo a la presentación en Culiacán del informe anual Ataques a la Prensa 2011, la periodista no soslaya el asunto del narcotráfico y la violencia como flagelos que han llevado a México y a Colombia por caminos similares, donde la colombianización ya se confunde con la mexicanización, de ahí que la integrante de la Junta Directiva del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) advierte que México, hoy más que nunca, debe atender la experiencia de su país.


La paz de los sepulcros
—El discurso oficial cambió; nos dicen que esto está mejorando. ¿Es lo que se ve desde afuera?

—Lo que se ve es que sí ha habido una mejoría en los números, han caído un poco, pero la percepción que yo tengo es que de todas maneras las noticias son muy preocupantes por el nivel de violencia que hay.



En el caso de Colombia, Ronderos asegura que a veces allá también bajaba la violencia pero no era síntoma de mejoría, sino que uno de los grupos armados estaba ganándole a otro: 


“Había zonas que se pacificaban, entre comillas, pero era la paz de los cementerios, no la verdadera paz”, precisa.


—Vistos México y Colombia como cunas del narcotráfico, ¿qué tan real es eso de que México está colombianizado?

—La gente rechaza el término colombianizado en el sentido de equiparar todo lo que es Colombia al problema del narcotráfico. 



Es distinto a decir: México se ha cartelizado o se ha narcotizado como Colombia; eso no tiene ningún problema. 


La parte que rechazan muchos colombianos es que digan: se colombianizó, como si Colombia fuera sinónimo de narco, como a ustedes no les gustaría que dijeran: se mexicanizó, como si fuera sinónimo de narco, pero sí, lo que ha pasado en México, donde los cárteles y los narcotraficantes están dominando regiones enteras y su negocio se extiende y ya están metidos en robos, en tratas, en otros tráficos que se convierten en grandes negocios del crimen, en ese sentido sí se parece a lo que ha pasado en Colombia y entonces es bueno para México verse en Colombia en el sentido de decir: bueno, esto me puede pasar.


—De hecho ya se empieza a decir que tal o cual lugar se está culiacanizando…

—Hay que tener cuidado con que los estigmaticen, porque una de las cosas que logran estos criminales es que definan todo un pueblo por lo que son ellos, que son lo peor de este pueblo. Cuando la gente tiene un estigma tiene el autoestima por el piso, y cuando tiene el autoestima por el piso pierde la esperanza, y cuando pierdes la esperanza te dejas dominar por los violentos.



—A propósito, ha sido reiterada la información internacional negativa hacia Culiacán: que es de las ciudades más violentas y boletinadas por Estados Unidos, ¿así se ve desde afuera?

—No sé, porque no conozco las estadísticas. Lo que yo pude comparar con ciudades colombianas e incluso con venezolanas, las tasas de homicidios de México, todas son muy bajitas, y también hay que tener cuidado con generalizar. Hace poco oí que se han investigado las cifras a profundidad y se demostraba cómo en algunas zonas las tasas de homicidios son bajísimas en varios estados de México, entonces, no se puede generalizar si México es violento.



Periodismo bajo riesgo
En medio de la violencia por el narcotráfico, Ronderos estima que ya es hora para que el Gobierno tenga un mecanismo de protección a periodistas que funcione y que hubiera también más organización y unión entre los mismos medios de comunicación.


—¿A qué obedece el desdén por la seguridad de los periodistas?

—Es como no entender la importancia que tiene el periodismo para la construcción de la institucionalidad y la democracia. Pienso que durante muchos años México tenía una prensa, no toda, metida en el esquema institucional del PRI, cooptada, como una especie de “colega alegre”, y ahora hablan en teoría de una prensa independiente, pero no hay experiencia de para qué sirve. Los buenos gobiernos agradecen una buena prensa independiente porque saben que gobiernan mejor, con mejor prensa, más libre, y el mal gobierno (solo) quiere tapar.



—Ahora ustedes se enfocan en periodistas independientes y en línea que antes no existían prácticamente, ¿ellos son más vulnerables?

—No, lo que pasa es que ahora es novedad que existan, no es que el CPJ esté más enfocado en ellos, sino que es una novedad y hay que atenderla porque algunos de estos periodistas en línea han jugado papeles fundamentales para derrocar dictaduras como en la Primavera Árabe, y en muchas otras partes del mundo están siendo fermento de cambio y de revolución en el buen sentido. 



Los periodistas en línea necesitan protección porque muchas veces son solitarios. ¿Cuál es la dificultad?, que muchas veces no son periodistas, son ciudadanos del común que les da por escribir en línea, y entonces nos dicen: 


“Bueno, ¿será que ellos también necesitan de la protección de un organismo como el CPJ?, yo creo que depende, si su labor es una labor no interesada, que cumple el mismo papel del periodismo, no importa si la persona tiene título de periodista o no, o trabaja en un medio o trabaja solo o tiene un blog.


El problema es si es un individuo interesado, si es un grupo que le está haciendo campaña a fulano o luchando contra mengano.


 ¿Y qué pasa si en estos blogs que ponen los narcos, te pongo un caso extremo, a uno de esos blogueros lo matan? ¿Entonces el CPJ va a salir a defenderlo?, ¡no!, pues porque él está metido en la guerra, es otra cosa.


—Y esta peligrosidad en que se ejerce el periodismo, ¿ha inhibido el interés por ejercerlo?

—Sí, seguramente que sí, pero también puede que atraiga mejores periodistas, periodistas que realmente quieran meterse a cambiar la sociedad… Puede ser hasta bueno.



Fracaso monumental
—Se va el sexenio que inició esta guerra contra el narco y se dice que ha fracasado. ¿Debe seguir?, ¿debe modificarse?

—Es muy difícil decir, y creo que eso es para los mexicanos: ¿qué vino primero, si la gallina o el huevo?, porque el Gobierno dice: 



“No, es que los cárteles ya estaban en guerra, ya había nuevos cárteles ocupando espacios de cárteles antiguos y eso ya estaba generando niveles de violencia en Michoacán, en otras partes, por eso intervine”, y otros dicen: 


“No señor, su intervención empeoró las cosas y usted no sabía a dónde lo iba a llevar eso”. 


Lo que sí podemos decir después de estos años es que las cifras son terribles y que sí se metieron en una estrategia sin pensarlo demasiado y el resultado es que no sabían cómo iban a salir de esa estrategia. 


Creo que uno lo puede decir con alguna certeza, aun aceptando que quizás la violencia ya venía desde antes y se hubiera disparado de cualquier forma, que la estrategia en que incurrió el Gobierno no ha dado los resultados esperados y ha habido demasiado dolor y muerte. 


Ahora, ¿debe seguir o no?, yo pienso que las cosas que no funcionan hay que repensarlas y reflexionarlas y eso no es solo tarea del Gobierno, sino también de la sociedad.


María Teresa Ronderos fue más allá: 


“Creo que en América Latina la política de perseguir a sangre y fuego y gastarse todos los presupuestos nacionales en pelear contra el narco, como si no tuviéramos problemas más urgentes, es una política errada, es un fracaso monumental. 


Hace 20 años tú tenías dos, tres o cuatro países con algún problema de narcotráfico y hoy tienes 24 o 25 países metidos en el problema, y te lo dice una colombiana que su país ya completó 30 años de lucha contra el narcotráfico con niveles de violencia absurdos. 


Hemos perdido lo mejor de nuestros periodistas, de nuestros líderes políticos, sociales, y hemos perdido miles de millones de dólares de esfuerzo colectivo de impuestos en luchar contra el narcotráfico, ¿y donde estamos?, tú miras en Colombia hoy tres organizaciones criminales enormes en el sur del país, tienen totalmente en ascuas a la población en una guerra terrible, o sea, tú dices: 


 “¡Momentico!, aquí la política es equivocada”, es una política que tenemos los latinoamericanos que replantearnos; yo no sé cuál es la solución, pero discutámoslo, ¿cómo va a ser que no tengamos más opción que gastarnos nuestros presupuestos en lugar de combatir la pobreza?


Informar libre, votar libre
Quien también obtuviera en 1997 el Premio de Periodismo Rey de España por sus reportajes sobre los vínculos entre el dinero del narcotráfico y las campañas presidenciales, opina sobre el año electoral en México, donde las urnas han convocado a elegir el 1 de julio al próximo presidente de la República, diputados federales y senadores: 


“Es muy difícil que esto no se vea afectado por el narcotráfico. La experiencia nuestra es que la gente no vota con libertad; si tú no puedes informar con libertad, la gente tampoco vota con libertad, vota con miedo, en algunos casos coartada por el poder de turno, en otros casos sin conocimientos, sin información, entonces vota creyendo que las cosas son de una manera porque realmente los medios no le está dando la información que es”.

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