Toulouse .- Con un fuerte tiroteo, de menos
de 10 minutos, en torno a la casa donde se atrinchera desde el miércoles el
yihadista Mohamed Merah ha concluido el asalto. Las autoridades no han logrado
capturarlo vivo, como pretendían, para que fuera juzgado. Merah ha muerto tras
oponer resistencia, según ha confirmado la Presidencia francesa. Poco antes, se
han oído tres detonaciones y han llegado al lugar una ambulancia y un vehículo
de bomberos. La operación ha dejado al menos tres policías heridos, incluido uno
grave.
Durante la noche, la policía recurrió a una estrategia de
desgaste para intentar capturar al yihadista, presunto autor de las muertes de
siete personas en esta ciudad y la vecina Montauban (suroeste del país), con
vida. Según fuentes del Ministerio del Interior, la estrategia elegida ha sido
“la del menor riesgo”. “No queremos un hombre muerto”, señalaron al diario Le
Monde.
La policía no ha tenido contacto con el sospechoso desde el
miércoles por la noche, lo que ha generado dudas sobre si está vivo o no. "No ha
habido movimientos durante la noche. Esperamos que siga vivo", ha declarado el
ministro del Interior, Claude Guéant, en una entrevista matutina. "Pese a
nuestros intentos persistentes para restablecer contacto a voces o por radio, no
ha aparecido", según Guéant. El último contacto con él fue a las 22.45 del
miércoles, cuando en principio había anunciado que se entregaría, cosa que no
hizo. Pero en ese momento, según el ministro, "entró en otra lógica: ha
declarado que quería morir con las armas en las manos".
El ministro de
Exteriores, Alain Juppé, ha asegurado esta mañana que el pequeño número de
yihadistas franceses "está controlado" y que, de hecho, el sospechoso "había
sido interrogado recientemente por las fuerzas de seguridad", informa France
Presse. Juppé ha asegurado que entiende que "uno se pregunte si ha habido
errores por parte de los servicios secretos", ha añadido que desconoce si los ha
habido pero que en todo caso el asunto será investigado. Toma de un vídeo que,
según France 2, muestra a Mohamed Merah. / FRANCE 2 TELEVISION (EFE)
Tres violentas explosiones han sacudido durante la noche del miércoles al jueves
el edificio de Toulouse donde se encuentra atrincherado. Una estrategia para
derrumbar psicológicamente al asesino. El edificio donde reside Merah fue
sitiado por la RAID, una unidad de élite de las fuerzas de seguridad francesas,
en la madrugada del miércoles. Poco después de oírse las explosiones, fuentes
del Ministerio del Interior han asegurado que las bombas tenían como objetivo
"intimidar" al joven. La primera de ellas reventó la puerta de acceso a la
vivienda, según la agencia France Presse.
El presidente francés,
Nicolas Sarkozy, aseguró que el francés de origen argelino Mohamed Merah, de 24
años, "se disponía a matar" en la mañana del miércoles. La Fiscalía ha asegurado
que los objetivos eran un militar y dos policías. El presidente, durante el
funeral en el cuartel de Montauban por los tres soldados asesinados los días 11
y 15, ha afirmado: "Esta no es la muerte para la que [los militares muertos]
estaban preparados, no es una muerte en el campo de batalla, es una ejecución
terrorista".
La policía detuvo a varios miembros de la familia del
sospechoso, incluidos sus dos hermanos. En el coche de uno de ellos, se ha
descubierto material explosivo.
El fiscal Molins aseguró el miércoles
en París que, después de investigar siete millones de datos telefónicos, 700
conexiones de Internet y las respuestas al anuncio de venta de una moto,
identificaron el barrio donde se encontraba el sospechoso. La alarma saltó al
detectarse el nombre de una mujer, madre de dos sospechosos conocidos por los
servicios de seguridad, Adbelkader Merah, quien ha introducido yihadistas en
Irak y su hermano Mohamed, condenado en 15 ocasiones por el tribunal de menores
de Toulouse y a quien los servicios antiterroristas franceses asignan un "perfil
de autorradicalización salafista atípico". Al menos en dos ocasiones viajó a
Afganistán. La segunda vez tuvo que regresar enfermo.
Desde el martes,
al día siguiente del asesinato de tres niños y un profesor en una escuela judía
de Toulouse, todas las pistas conducían ya directamente a Mohamed. La policía
identificó al joven franco-argelino a través de la dirección IP del ordenador
(un número de identificación específico de cada computadora) de su hermano. Con
ese ordenador contactó, para la compra de una moto, con el primero de los
militares asesinados.
Entre los elementos clave de la
investigación, el diario francés Le Figaro destaca la scooter utilizada en las
agresiones. Los investigadores lograron localizar un concesionario Yamaha en el
que el sospechoso había preguntado a un empleado cómo desconectar el dispositivo
electrónico instalado para localizar el vehículo en caso de robo.
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