Los tambores de guerra entre México y EU resuenan en
el campo de batalla por la reanudación de una investigación antidumping a los
tomates mexicanos, hecho que pone en vilo de nueva cuenta la relación entre
ambos socios
“El tomate mexicano atrae una importante
cantidad de divisas y genera empleos en ambos países”
- Carlos Alberto Bautista
Académico de la Universidad La Salle
El comercio se ha convertido
en un muro invisible entre México y Estados Unidos. Previo a su llegada a la
Casa Blanca, Donald Trump prometió que no daría tregua a su socio al otro lado
de la frontera sur y mucho menos al tratarse de la balanza entre exportaciones
e importaciones.
Las disputas que
anteriormente se negociaban entre los gobiernos en el campo de batalla con un
bajo perfil, hoy se encuentran ante la mirada internacional.
El cañonazo más reciente de
la administración del presidente Trump tiene que ver con la reanudación de una
investigación antidumping a los tomates (jitomates) mexicanos y su intención de
retirarse del Acuerdo de Suspensión de Tomate con México, en vigor desde 2013,
el cual ha sido criticado por los estadounidenses.
Todo comenzó hace unos días
cuando los cultivadores de tomate de Florida y un grupo de legisladores
encabezados por el senador republicano Marco Rubio y Ted Yoho, miembro de la
Cámara de Representantes de Estados Unidos, acusaron a México de efectuar
prácticas comerciales desleales al argumentar que el acuerdo logrado hace casi
seis años no estaba funcionando como debiera.
El tomate es el tercer
producto de exportación en el sector agrícola de México hacia el mercado
estadounidense, de acuerdo con datos del Departamento de Agricultura de los
Estados Unidos.
Las exportaciones mexicanas
de tomate al territorio del Tío Sam alcanzaron mil 842 millones de dólares en
2017, cifra 12.5 por ciento mayor que en 2013, año en que se firmó el actual
acuerdo de suspensión.
13.3 por ciento crecieron las exportaciones de tomate
mexicano durante 2018
Jose Ignacio Moreno, director
general de Grupo Agros, explica que Estados Unidos pretende imponer una cuota
compensatoria de aproximadamente 17 por ciento al tomate mexicano, medida que
obligaría a los productores nacionales a incrementar su precio al consumidor
estadounidense.
Sin embargo, advierte que
esta alza puede funcionar como mecanismo de defensa sólo si los jugadores del
sector están dispuestos a consumidores estadounidenses”, manifiesta Moreno.
“Los productores mexicanos encontrarán
el mecanismo para que los precios se estabilicen y sus tomates vuelvan a ser
atractivos”
- Jose Ignacio Moreno
Director general de Grupo Agros
El tomate es sólo la punta
del iceberg en el largo historial de disputas entre México y Estados Unidos. En
la lista destacan otros productos que en su momento pusieron en riesgo décadas
de cooperación comercial: acero, atún, azúcar y maíz.
¿MÉXICO DEBILITADO?
Especialistas coinciden en
que las conversaciones que realicen los productores o cualquier representante
del sector comercial en Estados Unidos, con el fin de negociar las condiciones
actuales de exportaciones como el tomate u otros productos, podrían encontrarse
con un sector productivo mexicano debilitado a causa de los recientes conflictos
internos.
En caso de no llegar a un
acuerdo, la terminación surtirá efecto en 90 días a partir del 6 de febrero de
2019.
“El Gobierno de México ha
apoyado de manera decidida el actual acuerdo, dedicando recursos para preparar
informes periódicos al Departamento de Comercio de los Estados Unidos sobre su
correcta implementación”, informa la Secretaría de Economía (SE) en un
posicionamiento oficial enviado a Reporte Índigo.
En 1996 y en 2012 los
productores de tomate estadounidenses de Florida, agrupados en la Florida
Tomato Exchange, acusaron a los productores y exportadores mexicanos de
comerciar con tomate a precios inferiores, una práctica conocida como dumping,
calificada como ilegal, ya que daña el mercado en donde se lleva a cabo.
Esto derivó en el inicio de
una investigación que tuvo tres suspensiones, la última en 2013, con lo que se
acordó no frenar el comercio.
Pero los productores de
Estados Unidos siguen sin estar de acuerdo con los precios, con los que el
tomate mexicano conquista a los estadounidenses, y recordaron que este 8 de
mayo se vencerá el Acuerdo de Suspensión de investigación por dumping.
Sin embargo, Arlene Ramírez Uresti,
internacionalista del Tec de Monterrey, campus Toluca, considera que la
posibilidad de una nueva suspensión esta vez es más complicada para los
productores mexicanos y en general para los negociantes que representen a este
sector en Washington, debido a la desestabilidad creada por la política
exterior del presidente republicano y por los cambios políticos que vive el
país.
“La situación política en
Estados Unidos influye, pero México también atraviesa por un momento de
coyuntura que ha sido bastante complicado, sobre todo, para la iniciativa
privada”.
“El hecho de que en este momento no
tengamos una conexión entre el sector público y privado nos pone en desventaja
porque no se darán las condiciones para poder exportar”
- Arlene Ramírez-Uresti
Internacionalista del Tec de Monterrey,
campus Toluca
ESCUDO ANTITRUMP
Los embates del presidente Donald
Trump respecto al tomate mexicano pueden tener una luz en el horizonte. Carlos
Alberto Bautista, académico de la carrera de Negocios de la Universidad La
Salle, asegura que algunos integrantes del gobierno de México pueden viajar a
Estados Unidos a contratar los servicios de un despacho especializado para que
defienda a los productores, el problema es que esto podría resultar muy
costoso.
“Si los representantes de la
administración actual no negocian y defienden la permanencia de este producto
en Estados Unidos habrá muchos problemas porque el tomate no sólo atrae una
importante cantidad de divisas, también genera empleos en ambos países”, expone
el especialista en comercio internacional.
Históricamente, los
productores de tomate de Florida han competido directamente con los mexicanos
en el invierno, ya que es la época del año en que los consumidores solicitan
más este producto.
Durante la administración de
Barack Obama los participantes estadounidenses presionaron a la Oficina Oval
para que se concluyera el acuerdo con México utilizando el argumento de que no
se les protegía de la venta de vegetales mexicanos por debajo de los costos de
producción en suelo estadounidense.
México puede recurrir a la
contratación de servicios de un despacho especializado en Estados Unidos para
que defienda a los productores nacionales, sin embargo, se enfrentaría a
diversos retos, sin dejar de lado que no es el único problema al que se
enfrenta
EL AGUACATE EN LA MIRA
Las presiones generadas por
la presidencia de Donald Trump están reanimando conflictos comerciales y
generando discrepancias políticas y comerciales que tienen como objetivo
obtener los fondos para financiar el muro fronterizo.
En el mediano plazo, la suma
de todos estos factores puede provocar que el aguacate se coloque en una
posición vulnerable en el campo de batalla por la importancia que tiene en el
consumo de los estadounidenses.
“Este fruto podría ver se
afectado y escalar a un conflicto como ocurrió con el atún. Este problema fue
bastante severo por cuestiones de normatividad en la preservación de los
ecosistemas, incluso los atuneros mexicanos recibieron una sanción”, expone
Arlene Ramírez-Uresti.
Las exportaciones de aguacate
a Estados Unidos superaron las 120 mil toneladas en las tres primeras semanas
de febrero de 2019, cifra que marcó un récord al aumentar 20 por ciento
respecto al mismo mes de 2018.
Una de las alternativas que
tiene México para salir de este tipo de conflictos es la diversificación hacia
otros mercados y el aprovechamiento de otros tratados en el que Estados Unidos
no participa como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (mejor
conocido como TPP-11)
Las presiones de la Casa
Blanca no son los únicos problemas por los que el gobierno mexicano debe
preocuparse. El bloqueo de las líneas ferroviarias en Michoacán realizado
durante casi un mes provocó un retraso en el flujo de materias primas de
exportación que van hacia Estados Unidos.
En este sentido, Carlos
Alberto Bautista advierte del riesgo por las posibles secuelas que esto
provocaría al comercio del país.
“Puede ser que no sólo los
productos agrícolas se vean afectados, también las manufacturas, en
consecuencia, es posible que México esté bajo la lupa de los inversionistas
internacionales y socios clave”.
(REPORTE INDIGO/
NAYELI MEZA Y CAROLINA RUIZ/ FEB 13, 2019)
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