El pleno del Senado pidió al INAH un
informe sobre las medidas legales que ha emprendido por la destrucción de 52%
de una zona arqueológica en BCS.
Senado exige al INAH rendir cuentas
sobre daño a zona arqueológica de la Isla Espíritu Santo
El pleno del Senado de la
República solicitó al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) que
presente al Poder Legislativo un informe oficial sobre las medidas legales que
ha emprendido por la destrucción de 52% de la zona arqueológica conocida como
Ensenada El Gallo, ubicada en la Isla Espíritu Santo, Baja California Sur, una
reserva natural catalogada como patrimonio de la humanidad por la Organización
de las Naciones Unidas.
Tal como informó Animal
Político en octubre pasado, la Ensenada El Gallo abarca un área de más de 7 mil
metros cuadrados en la que se preservaban vestigios de actividad humana con 5
mil años de antigüedad, y poco más de la mitad de esta zona arqueológica
resultó alterada de forma “irreversible” por los integrantes de una asociación
civil denominada Grupo Ecología y Conservación de Islas que, a finales del año
2016, removieron el suelo y los vestigios del área para instalar ahí un
campamento.
Los daños ocasionados a la
Ensenada el Gallo fueron documentados en 2017 por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia, pero nunca se emprendieron acciones de rescate y
preservación del área, ni tampoco acciones legales contra los responsables del
daño, tal como reconoció el mismo INAH en octubre pasado.
En la Ensenada El Gallo,
detalla el punto de acuerdo aprobado este martes 4 de diciembre por el Senado
de la República, existe “registro de presencia humana entre los años 3000 aC y
1700 dC, en donde se reunían para recolección de conchas de mar y preparación
de alimentos (…) La superficie y el subsuelo presentaban vestigios de fogones y
piedras labradas con miles de años de conservación”, y fue aquí, añade, donde
“los miembros del Grupo Ecología y Conservación de Islas presuntamente
removieron ‘sedimentos y materiales arqueológicos, con el fin de nivelar
áreas’, así como para crear veredas por las cuales transitar, tal como consta
en los reportes de daños arqueológicos causados en este sitio, elaborados por
el INAH”.
Si bien la presencia de esta
asociación civil en la isla había sido autorizada por el gobierno federal, con
la misión de retirar fauna nociva, los reportes oficiales aclaran que el
personal del Grupo Ecología y Conservación de Islas fue instalado por el INAH
en un punto en el que no existían vestigios arqueológicos. Luego, sin embargo,
los integrantes de esta asociación civil mudaron su campamento a la Ensenada El
Gallo, por decisión propia y sin consultarlo con los expertos del Instituto
Nacional de Antropología e Historia.
Tal como establece la Ley
Federal sobre Monumentos Arqueológicos, Artísticos e Históricos, el INAH está
obligado a proceder legalmente en contra de los responsables de dañar zonas
arqueológicas, y el castigo establecido en dicha ley por estos actos es de 3 a
10 años de cárcel, además de multa equivalente al valor del daño causado.
Sin embargo, luego de ser
consultado por Animal Político en octubre pasado, el INAH reconoció que, a más
de dos años de los hechos, no había iniciado ninguna acción legal por los daños
ocasionados en en la Ensenada El Gallo.
En vez de eso, el INAH
informó que propuso al Grupo Ecología y Conservación de Islas AC financiar
voluntariamente un programa de rescate arqueológico, propuesta que fue
rechazada por la asociación civil (según informó ésta misma a través de una misiva
enviada a Animal Político).
Tal como se estableció en el
punto de acuerdo senatorial aprobado ayer, promovido por la senadora Verónica
Delgadillo y aprobado primero por la Comisión de Cultura y luego por el pleno,
hasta la fecha “no se conocen las razones por las cuales no se ha llevado a
cabo la denuncia por daño al sitio arqueológico, ni tampoco las razones por las
que se cuenta con un plan de salvamento que, eventualmente, podría eximir de la
responsabilidad legal a los integrantes de la asociación (civil) Grupo Ecología
y Conservación de Islas AC, por lo que se considera de interés público conocer
las razones y estado de avance del asunto en análisis”.
Por esa razón, el Senado
exhortó al INAH a “informar sobre la procedencia de la denuncia a los
integrantes de la asociación civil Grupo de Ecología y Conservación de Islas
AC, por los daños irreversibles ocasionados a la zona arqueológica Ensenada El
Gallo, identificada como J66 El Gallo II-3, localizada en la isla Espíritu
Santo, Baja California Sur”.
(ANIMAL POLITICO/ PARIS MARTÍNEZ (@PARIS_MARTINEZ) #@PARIS_MARTINEZ/
DICIEMBRE 4 2018 19:54)
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