Era cuestión de tiempo. La caída de
Óscar Parra Aispuro, presunto líder de la principal agrupación dedicada al
tráfico de totoaba, había encendido las alarmas para autoridades estatales y
federales, quienes desde el año pasado intentaron capturarlo sin éxito. La
preocupación creció cuando ultimó a un elemento del Ejército Mexicano,
institución que lo señaló como principal sospechoso. La caída de “El Parra” es
el golpe más importante de una organización comprendida de por lo menos 80
miembros identificados
Dos escoltas, dos vehículos,
siete armas de fuego, cientos de cartuchos, radios de frecuencia y equipo
táctico, no fueron suficientes para impedir la detención de Óscar Parra Aispuro
“El Tekolín”, identificado por autoridades de inteligencia militar y el Grupo
Coordinación como principal operador del tráfico de totoaba en el puerto de San
Felipe.
Su caída era inminente. La
Policía Estatal Preventiva (PEP) y el Ejército Mexicano habían ido por él en
reiteradas ocasiones, pero logró escapar en cada una de ellas, incluso con
apoyo de policías municipales que le brindaban protección.
Pese a su presunta actividad
principal era la pesca y venta de “buche” de totoaba, sólo cuenta con una orden
de aprehensión vigente por el delito de homicidio calificado en agravio del
soldado Emmanuel Esaú Saldaña Ramos, al que presuntamente acribilló en el
malecón de San Felipe, debido a que obstruía el flujo vehicular al pedir apoyo
para reparar el automóvil en que viajaba.
La organización de por lo
menos 80 miembros identificados, quedó sin cabeza con esta detención, por lo que se desconoce qué
repercusiones podría tener y si alguno de sus principales operadores tomará el
lugar del “Tekolín”, como su hermano Gastón Eduardo, Arnoldo Castañeda Romero
“El Nono”, sus hombres principales o bien su socio, José Luis García Ruiz “La Yegua”, a quien grupos de Inteligencia lo
han identificado como enlace con el Cártel de Sinaloa.
La magnitud de la detención
se confirmó la tarde del jueves 13 de septiembre, cuando elementos de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada
(SEIDO) llegaron a las oficinas de la subdelegación de la Procuraduría General
de la República (PGR) en Mexicali, para trasladar al detenido a Ciudad de
México, donde será juzgado por delitos relacionados con delincuencia
organizada.
LA CAPTURA
Elementos de la PEP sabían
que el operativo debía ser discreto, fugaz y de madrugada, ya que en los
últimos intentos por capturarlo, Parra logró escapar gracias al apoyo de
elementos policíacos coludidos o de los propios residentes de la comunidad.
La madrugada del 13 de
septiembre, cuando todo el puerto dormía, elementos de la Estatal Preventiva
implementaron un operativo que tenían planeado desde días atrás, pero del que
no dieron aviso a ninguna institución; el trabajo lo realizarían solos.
Los cuerpos de seguridad se
movilizaron a diversos puntos hasta que dieron con los dos vehículos en que
Óscar Parra se desplazaba sobre la carretera San Felipe-Mexicali, a la altura
de la entrada del “Dorado Ranch”.
Según el Informe Policial
Homologado (IPH) de la corporación estatal, eran las 7:00 am cuando los agentes
estatales se toparon con ambos automóviles, una Toyota Tacoma color blanco de
reciente modelo, placas de circulación 863-YZG de Ciudad de México; tenía el
cofre abierto y frente a éste otro automóvil, un Honda Civic gris, también de
reciente modelo, matrícula AJX486A de Baja California.
Los oficiales se orillaron y
de inmediato identificaron a “El Tekolín”, cuyo rostro era una imagen grabada
para los agentes que tenían varios meses tras la pista, por lo que fue
intervenido junto a sus dos acompañantes. Con el apoyo de la central de
emergencias, se confirmó la orden de aprehensión hacia Parra Aispuro, por lo
que fue asegurado de manera inmediata.
Revisando las pertenencias al
interior de ambas unidades se descubrió un arsenal conformado por tres fusiles
AR-15 calibre .223, un fusil AK-47, dos armas cortas 9 milímetros y una calibre
45 mm; el arma personal del presunto capo estaba bañada en oro y personalizada
con su apellido.
También se localizó un
chaleco antibalas, cuatro radios móviles -que tenían la frecuencia de la
Policía Municipal-; un radio fijo; dos pecheras con portacargadores; 160
cartuchos .223; 157 cartuchos AK-47; 65 cartuchos 9 mm; 59 cartuchos 45 mm; dos
cargadores .223; cinco cargadores AK-47 y 50 gramos de la droga sintética
conocida como “ice”.
Sus dos acompañantes fueron
identificados como Carlos Eduardo Bastidas Moreno, de 25 años de edad, originario de Culiacán,
Sinaloa; y Edgar Alejandro Bastidas
González, de Costa Rica, Sinaloa, de 23, que fungían como sus escoltas, pero
podrían recobrar pronto su libertad, al no contar con mandamientos judiciales
pendientes.
Tras la captura fueron
trasladados urgentemente a las instalaciones de la PEP en Mexicali, ante la
posibilidad de una reacción por parte de operadores criminales allegados.
ENTRE HOMICIDIO Y OTROS CRÍMENES
Aunque fue presentado ante la
PGR por posesión de armas de uso exclusivo del Ejército y drogas, Parra Aispuro
será procesado por homicidio apenas sea liberado de las primeras acusaciones.
El presunto criminal
originario de Hermosillo, Sonora, pero con residencia en San Felipe, es acusado
de asesinar a Emmanuel Esaú Saldaña Ramos, un militar que pedía apoyo a los
paseantes en busca de cables de corriente para poner en marcha su vehículo.
Emmanuel nunca se imaginó que
su necesidad molestaría a Parra Aispuro, quien viajaba junto con su pareja
sentimental y tenía prisa por salir del malecón. Al momento de toparse, “El
Parra” le reclama por afectar el flujo vehicular, pero el militar responde sin
miedo alguno.
Se arma un conflicto verbal
que termina cuando el hoy imputado abre la puerta de su vehículo, ubica un
AK-47 en la parte superior de la cabina del carro y abre fuego
indiscriminadamente contra el castrense, ante la mirada de varias personas.
Esto fue captado por una
cámara de vigilancia en uno de los negocios de la zona.
Como respuesta, la Secretaría
de la Defensa Nacional (Sedena) emprendió un intenso operativo que duró varios
días, en los que se catearon casas y se patrulló de forma incesante. Con apoyo
de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se logró recuperar
otro video en una de sus viviendas, donde se capta el momento en que ingresa la
unidad de Parra Aispuro y éste desciende con un arma calibre AK-47 en su poder.
Los videos fueron
robustecidos con testigos del acompañante, quienes identificaron perfectamente
al presunto homicida cuando cometió el crimen y se retiró del lugar.
Aunque no cuenta con órdenes
de aprehensión, es el principal sospechoso de dos atentados contra ex jefes
policíacos en Mexicali, el primero de ellos es Fabricio Ruiz Valenzuela, ex
subdirector de la PEP; el otro es Adán Uribe Herrera, ex Comandante de la
Policía Ministerial del Estado, cuyos hijos sufrieron por la confusión de los
matones.
Ambos hicieron mancuerna
contra Parra Aispuro en San Felipe, a raíz de observar cómo se fortalecían. De
esconderse para pescar y trasladar los “buches” de totoaba, ahora eran vistos a
bordo de vehículos lujosos y blindados, con armas de alto poder y resguardados
por un gran número de matones a su mando.
Para finales del año, ambos
jefes policíacos fueron retirados de sus encargos; Fabricio regresó como tropa
y posteriormente fue invitado a trabajar en Baja California Sur, al ser
considerado una persona de confianza del procurador Daniel de la Rosa Anaya.
Mientras tanto, Adán fue
devuelto a Mexicali, según algunas fuentes, tras una negociación entre el
asesor de la PGJE, José Alberto Castellanos González, a cambio de una fuerte
suma de dinero. Esta información no pudo ser confirmada
Ya sin diligencias policíacas
en San Felipe, en junio de este año a Ruiz Valenzuela lo atacó un grupo de
sicarios que lo dejaron mal herido cuando circulaba a bordo de su vehículo
compacto, sobre la calle Mar de Japón; la investigación no es por homicidio en
grado de tentativa, sino por lesiones calificadas. En el lugar del ataque se
recuperaron más de 40 casquillos.
Dos meses después, los hijos
de Adán Uribe fueron sorprendidos por sicarios que les dispararon desde una
camioneta tipo Cherokee roja con rines
negros, cuando salían de su casa a bordo de un vehículo Chevrolet Aveo de
reciente modelo, propiedad de su padre.
Tanto Adán como Fabricio
habían recibido amenazas de muerte a través de la red social WhatsApp y con
fotografías de sus familiares, por la persecución que emprendían contra la
agrupación delictiva.
UNA AMENAZA MENOS PARA LA SOCIEDAD: GARCÍA RINCÓN
El nombre de Óscar Parra
Aispuro era conocido por todos, pero nadie hablaba de él. El día que fue
detenido por autoridades estatales, militares, funcionarios y hasta el mismo
gobernador, Francisco Vega de Lamadrid, anunciaron formalmente la captura del peligroso
capo.
El Comandante de la II Región
Militar, Gabriel García Rincón, comentó que la captura de “El Parra” representa
un fuerte golpe para la estructura criminal de San Felipe y una amenaza menos
para la sociedad bajacaliforniana.
Por su parte, el gobernador
expuso que “El Tekolín” era una persona buscada desde hace tiempo, la cual está
involucrada en delitos importantes, pero no precisó mayores detalles sobre los
crímenes.
Mientras que la procuradora
de Justicia, Perla del Socorro Ibarra, se limitó a confirmar la detención
realizada por elementos de la PEP en San Felipe, pero omitió información sobre
la relación de Parra con el tráfico de totoaba, pues en la dependencia sólo es
investigado por el homicidio contra el castrense.
“Para nosotros es importante
porque había una orden de aprehensión, estos hechos ocurrieron hace unos meses,
donde había su involucramiento y su presunta responsabilidad como autor del
homicidio, autor material”, destacó la funcionaria.
Cabe recordar que según un
organigrama en poder de ZETA, la estructura criminal de Parra Aispuro cuenta
con por lo menos 80 miembros, entre pescadores, sicarios, operadores
financieros y hasta administradores de redes sociales para exhibir a cuerpos
policíacos.
Entre ellos se encuentran
funcionarios, ex funcionarios, agentes municipales y ministeriales adscritos a
aquella zona. La red criminal se estableció a raíz de detenciones de varios
integrantes de la agrupación.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ INVESTIGACIONES
ZETA/ LUNES, 17 SEPTIEMBRE, 2018 01:00 PM)
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