miércoles, 12 de septiembre de 2018

DERROTAN GUAYMENSES A CONCESIONARIOS DE TRANSPORTE


La soberbia, la prepotencia y el autoritarismo de los concesionarios del servicio de transporte urbano de Guaymas, tuvo una respuesta silenciosa pero efectiva de los guaymenses y las autoridades estatales, al no aceptar ninguna de las dos partes la tarifa de 12 pesos.

La apuesta de la familia González-Gaxiola y asociados para imponer una nueva tarifa de pasaje a través de un paro ilegal de camiones urbanos, se derrumbó estrepitosamente, al no generar las expectativas que ellos esperaban.

Los miles de usuarios guaymenses ante el impacto de la medida de los concesionarios, no de los trabajadores, hoy  no cayeron en el pánico ni la desesperación ni la exigencia ante las autoridades de transporte para que resolviera el problema a como diera lugar, como ocurría en el pasado.

Ahora, miles de usuarios se informaron del paro de concesionarios del transporte urbano de Guaymas a través de las redes sociales, por lo que silenciosamente, tomaron sus medidas, para evitar llegar tarde a su trabajo o la escuela.

Las medidas emergentes del Gobierno del Estado a través de la Dirección General de Transporte en el Estado  de autorizar a 300 taxis operar  como taxis colectivos, cobrando 10 pesos por pasajero sí funcionó. Aunque cabe señalarlo, sí hubo taxistas que no cumplieron con lo acordado.

Y algo que es digno de mencionarse dentro de este conflicto, fue la solidaridad y apoyo que se dio entre amigos y vecinos de los diferentes fraccionamientos del sector de Guaymas Norte, para llevar o acercar a muchos usuarios a sus centros de trabajo o escuelas.

La presión que pretendían ejercer los concesionarios del transporte urbano para “manotear” una nueva tarifa, en el caso de Guaymas, no resultó como lo esperaban los transportistas.

Si bien es cierto, que las empresas de transporte urbano son necesarias para la prestación de este servicio, más no indispensables, porque a ellos, se les olvida que son concesionarios, más no propietarios de las rutas urbanas. En este caso, el Gobierno del Estado es quien las otorga, las niega o cancela las concesiones.

Ahora que si revisamos de quién o quiénes son las concesiones, podremos darnos cuenta que una sola familia tiene una concentración de  alrededor de 90 concesiones, con diferentes  nombres, pero de los mismos apellidos, que prácticamente  avasalla a los transportistas minoritarios, que por cierto, en esta ocasión, no se unieron a los González-Gaxiola en su paro de camiones urbanos, rompiendo el círculo de control tradicional con el que actuaban en el pasado

El regreso paulatino y  silencioso de los camiones urbanos sin la pretendida nueva tarifa de 12 pesos, refleja el tamaño de la derrota de los concesionarios de transporte local, léase Familia González-Gaxiola y asociados, al no reconocer que la correlación de fuerzas ha cambiado mucho, que lo que se hacía en el pasado, en el presente no se acepta ni tolera, mucho menos agrediendo y vulnerando la economía familiar de miles de trabajadores guaymenses.

Y para colmo de los concesionarios del transporte urbano local, el paro de camiones, “descubrió” ante los ojos de los miles de usuarios de los camiones urbanos, que  la modalidad de los “taxis colectivos” de bajo costo, fueron  que impidieron en una gran proporción la paralización de la producción en los centros de trabajo y las actividades cotidianas de una comunidad de trabajadores como lo es Guaymas.

Si en el pasado se  obtenían tarifas con amenazas de paro de camiones urbanos y sub urbanos, ahora  se encuentran ceñidos estrictamente al cumplimiento de la Ley 149 de Transporte en el Estado de Sonora, donde se establecen claramente  los términos legales para solicitar o modificar las tarifas urbanas, no a través del compadrazgo, compromisos de campaña,  la complicidad, la presión o el chantaje político como sucedía en el sexenio anterior, que por cierto, la Familia González-Gaxiola fueron ampliamente recompensados por su “lealtad” al  gobierno de Guillermo Padrés.

Es por ello, que a casi tres años del Gobierno de Claudia Pavlovich las maniobras para torcerle el brazo a la gobernadora sonorense, han fracasado, por una parte debido a las acciones previas gubernamentales y  segundo, a la respuesta de los usuarios guaymenses, que lejos de quejarse en los medios de comunicación, cada familia afectada implementó su Plan “B” para llegar a tiempo al trabajo y a la escuela.

Esta acción debe de tener consecuencias,   y para ello se requiere de  una respuesta clara y contundente de la DGT, como  la cancelación de las concesiones de transporte de todas las rutas involucradas en el paro de camiones, y colateralmente lanzando una convocatoria de necesidades para la sustitución de cada una de las concesiones, por operadores  de los camiones urbanos de mayor antigüedad y/o organizados  como lo establece la Ley 149 de Transporte en el Estado y empresas transportistas interesados en cubrir esta necesidad de servicio.

Y colateralmente,  abrir una convocatoria de necesidades para taxis colectivos, donde los taxistas locales, sean los primeros en derecho, para establecer un contrapeso en el  transporte colectivo  de Guaymas.

O retomar la añeja demanda de la municipalización del transporte urbano local, para erradicar la concentración y el monopolio  ejercido por una sola persona, familia o grupo, como actualmente sucede en el puerto.

En una próxima colaboración, hablaremos sobre el tema de la municipalización del transporte en Guaymas







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