viernes, 14 de septiembre de 2018

EL FANTASMA DE SAN QUINTÍN RECORRE EL VALLE DE EMPALME Y GUAYMAS


Desde 2015  a los agricultores del valle de Guaymas y Empalme se les encendieron las luces rojas de alarma, cuando  70 mil jornaleros agrícolas del valle de San Quintín, Baja California paralizaron los campos agrícolas en demanda de mejor salario y prestaciones de ley, como la inscripción al Seguro Social.

En aquellos días, el temor y  la incertidumbre hicieron presa a los dueños de las empresas agrícolas  del valle de Guaymas y Empalme  de que pudiera desatarse un movimiento social explosivo similar a lo ocurrido en San Quintín.

Y como medida preventiva comenzaron a mejorar los salarios y paulatinamente las condiciones de trabajo en los campos agrícolas y la seguridad social,  pero el hacinamiento en los galerones y las condiciones insalubres, continuaron.

Hoy a más de tres años de aquel 17 de marzo de 2015, cuando se dio el levantamiento masivo de jornaleros agrícolas del valle de San Quintín,  recientemente  amanecimos con la noticia de que alrededor de 300  trabajadores agrícolas del valle de Guaymas y Empalme, específicamente del campo Guadalupe, propiedad del agricultor Marco Antonio Llano Zaragoza bloquearon la entrada del empaque “Guadalupe”  y la carretera estatal 85, a la altura de la curva de camino que conduce a La Misa, en protesta por la reducción de salarios.

FEBRERO 2018

Recordamos que en febrero de 2018, se desató un conflicto entre empresarios agrícolas  de  Guaymas-Empalme con los de la Costa de Hermosillo,  por el “pirateo” de trabajadores a través de “mejor salario”, creándose una confrontación que rompió “la tregua silenciosa” y  de “buena armonía” que prevalecía entre los agricultores locales con los foráneos.

El salario pactado entre empresarios agrícolas locales y foráneos para un jornalero  agrícola en el valle de Guaymas y Empalme, era de $180.00 pesos, pero ante la elevación de la producción y escasa mano de obra migrante y locales, algunos agricultores foráneos elevaron a $200.00 pesos el salario diario, provocando la inconformidad  de un agricultor local, quien les reclamó que esto no era lo acordado, pero lejos de cambiar su actitud, le dijeron que la “fuga de trabajadores” era su problema, no de ellos.  

Ante esta respuesta, decidió unilateralmente  modificar el salario  de $180.00 a $240.00 pesos diarios  con seguridad social y $280.00 pesos sin ella.

Si bien es cierto, esta acción benefició a los jornaleros agrícolas, por otra parte rompió el mercado de salarios en  el valle de Guaymas y Empalme, provocando una “guerra de salarios”  entre los empresarios agrícolas.

La mayor parte de los trabajadores agrícolas migrantes, optaron por el salario de $280.00 pesos diarios sin seguridad social, porque representaba un ingreso mayor semanal para ellos.

SEPTIEMBRE 2018

Ahora que regresaron los jornaleros agrícolas migrantes  en septiembre de 2018, venían con el acuerdo de $240.00 pesos diarios, pero se encontraron con la novedad de  que se les había reducido a $180.00 pesos a los de “diario”, sueldo que  anteriormente se les bajó unilateralmente a $150.00  y luego de tres semanas de inconformidad se les  aumentó a $180.00 pesos por el horario de verano, porque según la jornada de ellos, era muy corta,  ya que empieza a la 6 de la mañana y concluye a las 12 de mediodía,  pero unilateralmente  la empresa  agrícola decide ampliar la jornada 4 horas más, pero con el salario reducido.

Esta acción fue lo que generó la inconformidad de los trabajadores agrícolas  recién llegados y que realizan  labores de “diario”, situación que  los llevó a manifestarse a  la entrada del empaque del campo Guadalupe y la carretera estatal 85 a la altura de la curva del camino a La Misa.

A horas de haberse iniciado el conflicto,  la empresa agrícola regresa al pago de los $240.00 pesos al “diario” y “tarea”,  y los trabajadores agrícolas migrantes y locales aceptaron la jornada ampliada, de 6 de la mañana a 4 de la tarde.

Cabe aclarar que la decisión de reducir salarios  también afectó a los trabajadores de “tarea”, porque se les bajo a $180.00 pesos, pero a causa del conflicto se les paga otra vez  la cantidad de  $240.00 pesos por cada una de ellas.

DIVISIÓN ENTRE AGRICULTORES

Lo grave de todo esto, es que la "guerra de salarios" está comenzando a tener consecuencias, por un lado la exigencia de los  jornaleros agrícolas  que de manera espontánea se organizaron  para exigir un salario acordado con los “enganchadores”, vía agricultores, que muchas de las veces los atraen con  mentiras y que al llegar al valle de Guaymas-Empalme, les cambian los salarios y las condiciones de la  jornada de trabajo, como el caso que hoy nos ocupa.

Y por el otro lado, la división de los agricultores locales y foráneos por acaparar la mano de obra a través del “pirateo” práctica que a mediano y largo plazo tendrá sus consecuencias.

Recuerden que el ejemplo cunde rápidamente y, no sería nada extraño, que en la primera o segunda etapa de la temporada actual o la venidera, haya exigencias no solamente de homologación de salarios sino de prestaciones sociales, entre ellas el registro al Seguro Social como lo establece la Ley Federal del Trabajo.

Actualmente, muchos agricultores en lugar de registrar a los jornaleros agrícolas ante el IMSS, lo hacen ilegalmente ante  el Seguro Popular para no pagar ni siquiera el mínimo  por ellos en el Seguro Social.

Las inspecciones del IMSS como las de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STyPS) y la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) se han convertido en una verdadera fuente de corrupción, que soslaya e impide que las condiciones de trabajo, salud y entorno de los jornaleros agrícolas del valle de Guaymas y Empalme, se mejore sustancialmente y se acerque al enunciado del Trabajo Digno como lo establece la Organización Internacional del Trabajo.

El incumplimiento sistemático de la Ley Federal del Trabajo es el caldo de cultivo, para que el “Fantasma de San Quintín” se aparezca en el valle de Guaymas y Empalme.

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