Una semana después de su arresto hay
todavía pocos indicios que expliquen lo que pasó. El abogado del presunto
asesino, Joey Téllez, explicó en un comunicado que investiga por su propia
cuenta y que no comentaría sobre el caso por ahora.
Texas, EU/Ciudad de México,
21 de septiembre (AP).— Juan David Ortiz parecía llevar una vida típica de
suburbio en un barrio de casas nuevas junto al desierto.
Sirvió en la Armada, de la
que se fue hace nueve años, para incorporarse a la Patrulla de Fronteras, igual
que hacen tantos otros en esta ciudad del sur de Texas. Con su esposa criaban
dos hijos. Los vecinos lo veían ir y venir e intercambiaban saludos.
Nadie en Laredo se hubiera
imaginado que Ortiz podía ser presentado algún día como un asesino múltiple.
Este agente de 35 años ha sido acusado de matar a cuatro mujeres que los
fiscales describen como trabajadoras sexuales. Las cuatro recibieron un tiro en
la cabeza y fueron dejadas al costado de rutas de Texas.
Ortiz está preso y la fianza
se fijó en 2.5 millones de dólares. Está bajo un régimen de prevención de
suicidio.
El caso estremeció a las
comunidades de la frontera con México y desconcertó a las autoridades, que se
empeñan en devolver la confianza en los agentes de la Patrulla de Fronteras y
en otras dependencias policiales.
“Queremos saber la verdad y
hacer justicia con las víctimas”, declaró el procurador del condado de Webb
Isidro Alanís. “Si bien el motivo no es un elemento en un asesinato, queremos
saber lo que le pasaba por la cabeza a este individuo acusado, por qué lo
hizo”.
Un portavoz del Departamento
de Seguridad Pública de Texas dijo que las autoridades siguen investigando y
que por ahora no hay indicios de que haya más víctimas.
La mayoría de los residentes
de Laredo tienen un familiar o un amigo en la Patrulla de Fronteras,
responsable de vigilar el río Bravo que separa a Estados Unidos y México, y
bordea Laredo. Incluso quienes se oponen a la construcción de un muro
fronterizo y a las políticas más duras hacia la inmigración ilegal que promueve
el Gobierno de Donald Trump a menudo hablan bien de los agentes que conocen.
“No lo podía creer”, declaró
a la Associated Press Colette Mireles, hermana de Claudine Luera, una de las
víctimas. “Pensamos que sería otro, no un agente. Pero no podemos
responsabilizar a la Patrulla de Fronteras. Este fue un acto horrendo que hizo
por cuenta propia”.
Ortiz se crió en Texas y se
enroló en la Armada el 5 de julio del 2001, un mes después de cumplir 18 años.
Se especializó en primeros auxilios para heridos en combate y sirvió en la
Armada unos ocho años. Cuando se fue de la Armada fue empleado de inmediato por
la Patrulla de Fronteras. Se postuló también para otros puestos en organismos
policiales y el Departamento de Policía de San Antonio le ofreció empleo, de
acuerdo con el canal televisivo KSAT de San Antonio. Pero Ortiz desechó ese
ofrecimiento.
“Decidí iniciar una carrera
con el Departamento de Seguridad Nacional por recomendación de familiares y
amigos”, escribió Ortiz en una carta.
Indicó que le habían ofrecido
dos incentivos: Un sueldo más elevado que el de un principiante y la
posibilidad de contabilizar los ocho años servidos en la Armada para completar
los 20 años de trabajo requeridos para retirarse con beneficios que incluían
una pensión de por vida.
El Servicio de Protección de
Aduanas y Fronteras, del que depende la Patrulla de Fronteras, no comentó la
carta de Ortiz ni las promeses que se le hicieron. La jefa de la Patrulla Carla
Provost nombró esta semana un nuevo jefe para el sector de Laredo, dos de cuyos
agentes fueron acusados de asesinato este año.
Ortiz se incorporó a la
Patrulla en agosto del 2009, basado primero en la pequeña población de Cotulla
y luego en Laredo. Llegó a supervisar gente mientras sacaba una maestría en la
St. Mary’s University de San Antonio en el 2013.
Una semana después de su
arresto hay todavía pocos indicios que expliquen lo que pasó. Su abogado Joey
Téllez emitió un comunicado diciendo que llevaba a cabo su propia investigación
y que no comentaría el caso por ahora.
Ortiz y su esposa compraron
una casa hace un año. Varios vecinos dicen que saben poco del hombre acusado de
los asesinatos. Un agente de la Patrulla de Fronteras que vive cerca de la casa
de Ortiz no quiso hablar del tema cuando un periodista se le acercó.
Los fiscales difundieron una
entrada en Facebook en la que, poco antes de entregarse, Ortiz escribió, “el
doctor Ortiz se va. Hasta luego”. Más adelante dijo: “A mi esposa e hijos, los
quiero”.
(SIN EMBARGO/ AP/ 21 DE SEPTIEMBRE 2018)
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