Fotos: Enrique Botello
Vinicultores nacionales no podrán
denominar vino mexicano aquel que tenga caldo extranjero, una práctica
recurrente entre algunos de los grandes productores, lo que para Jaime Palafox
es “el elefante debajo de la mesa”
Lo que hace ocho años productores
y el entonces diputado federal, Francisco Vega de Lamadrid, redactaron como
borrador en la mesa de una café, en la Ruiz y 10, el 26 de abril de 2018 se
convirtió en la Ley de Fomento a la Industria Vitivinícola, aprobada en el
Congreso de la Unión, un paso considerado como “histórico” que dará mayor
impulso a la ya pujante actividad, de la cual Ensenada y Baja California son
punta de lanza en el país.
El documento, aprobado por el
pleno de la Cámara de Diputados, consta de 35 artículos, solo falta publicarlo
en el Diario Oficial de la Federación para que entre en vigor, lo cual podría
suceder en cualquier momento, aunque los productores están presionando al
gobernador para que le pida hacerlo al Presidente de la República, Enrique Peña
Nieto.
A finales de marzo, Fernando
Pérez Castro, presidente de la asociación Provino, declaró a ZETA que, tras
haberse aprobado la Ley en el Senado y una vez devuelta a la Cámara de
Diputados, hoy como nunca existen entidades gubernamentales que están
comenzando a voltear hacia este punto del país y se están dando cuenta de la
importancia de proteger al sector.
“Cualquier iniciativa con
esta línea será bienvenida, a título personal me parece bueno todo lo enfocado
a proteger el vino mexicano”, dijo el presidente del organismo promotor del
vino nacional.
Para el reconocido productor
Hugo D’Acosta, “es bienvenido lo que sucede, pero siguen siendo un poco tibio
los eventos”.
Uno de los más fervientes
promotores de la iniciativa y redactor del primer borrador, Jaime Palafox
Granados, presidente del Consejo Estatal de Productores de Vid de Baja
California, resaltó tres puntos básicos de la Ley: la definición de vino
mexicano; interacción directa con dependencias del Gobierno Federal mediante
reuniones periódicas con todos los estados productores; además de las sanciones
administrativas, lo que implica mayor eficacia y rapidez.
En la elaboración de esta Ley
participaron Andrés Tapia, secretario técnico del gobernador de Baja
California, Francisco Vega de Lamadrid;
Jaime Palafox, el propio “Kiko” Vega, Ricardo Hussong, Miguel Fuentes
Fernando Favela, Alberta Ceja y Julio Félix, entre otros.
VINO
MEXICANO CON UVA 100% NACIONAL
El Artículo 3, numeral XIII,
define al vino como “bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación
únicamente de los mostos de uva fresca con o sin orujo, o mezcla de mostos
concentrados de uva y agua, su contenido de alcohol es de 8% a 16%”. Sigue sin
definirse el concepto de vino de mesa, con lo que se buscaría reducir el
Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS).
En la fracción XV se
establece que el vino mexicano “es el Vino producido con el 100% de uvas de
origen mexicano y que además su contenido total es fermentado y envasado en
territorio nacional”, mientras que en la fracción XIV se lee que el vino de
importación es “todo aquel Vino elaborado fuera del territorio mexicano, que
ingresa legalmente a nuestro país ya envasado en diversas presentaciones por
empresas distribuidoras o en forma líquida a granel y que podrá terminar los
procesos de fermentación, clarificación, filtrado, añejamiento y envasado, por
empresas legalmente establecidas con domicilio fiscal en nuestro país”.
Como ejemplo, Palafox relató
que en Chile se puede hacer vino chileno con apenas 30 por ciento de uva
producida en ese país, pero lo que hacen es comprar caldo argentino, lo
ingresan como chileno y exportan. En el caso local, los productores que
presuman de hacer vino mexicano deberán marcarlo en sus botellas y comprobar
que se hizo con uva 100% del país, eso eventualmente derivará en un programa de
normatividad y reglamentación.
Explicado de otra manera, una
vez publicada la Ley, los productores nacionales no podrán denominar como vino
mexicano aquel que tenga caldo extranjero, una práctica recurrente. “Mucho de
lo que la Ley va a permitir es mayor regulación y habrá productores que se
dedican a importar caldos que no querrán eso. El gran productor, el elefante
debajo de la mesa importa caldos, ese ha sido el problema de siempre”, enfatizó
Palafox.
REUNIONES ENTRE SECRETARIO Y ESTADOS PRODUCTORES
Con esta Ley, los titulares
de las secretarías federales relacionadas con el sector están obligados a
reunirse tres veces al año con los representantes de cada uno de los estados
productores para ver tema muy específicos.
Cada una de las entidades
productoras tiene necesidades diferentes, por ejemplo, a Coahuila le duelen
cosas que a Baja California no, a Chihuahua, otras que a Zacatecas no, indicó
Palafox.
Según el dictamen de la Ley,
elaborado por la Comisión de Agricultura y Sistemas de Riego, las principales
zonas productoras de uva son Baja California, seguida, principalmente, de
Coahuila y Querétaro. De acuerdo al Consejo Mexicano Vitivinícola, BC concentra
cerca del 75% de la producción de vino, le siguen Coahuila, Querétaro,
Chihuahua, Guanajuato, Aguascalientes, Zacatecas. San Luis Potosí, Puebla,
Sonora y Nuevo León.
En conjunto, se destinan 5
mil hectáreas al cultivo de uva para producir vino, de las cuales más del 50%
hectáreas corresponden a los valles bajacalifornianos.
En total, once estados
producen uva, siendo las principales variedades:
Vinos tintos: Barbera, Cabernet Franc, Cabernet
Sauvignon, Claret, Grenache, Merlot, Misión, Nebbiolo, Petite Sirah, Ruby
Cabernet, Tempranillo y Zinfandel.
Vinos blancos: Chardonnay, Chenin Blanc, Fumé Blanc,
French Colombard, Sauvignon Blanc y Semillion.
Entre las once entidades
federativas productoras de vinos mexicanos, destacan:
Baja California: Zona
conocida como la Franja del Vino (a nivel local, Ruta del Vino). Su clima
favorece las cosechas por los inviernos húmedos, y veranos secos y templados.
Coahuila: Clima
extremadamente caluroso durante el largo verano, con cambios bruscos de
temperatura durante la corta temporada de invierno.
Querétaro: Zona de tierra
fértil con características climáticas óptimas para la vid, ubicada a 2 mil
metros sobre el nivel del mar y condiciones extremas que oscilan entre 25
grados durante el día y 0 grados en las noches.
Aguascalientes; Las zonas de
cosecha se encuentran en un amplio valle entre dos cadenas montañosas, teniendo
un clima templado con lluvias en verano y un suelo con gran cantidad de sales
solubles
Zacatecas: Sus condiciones
climáticas favorecen la producción de variedades finas de uva, ricas en azúcar
y de rápida maduración.
REVISIONES Y SANCIONES
Mientras el diputado
Wenceslao Martínez, productor de vino en Ensenada, quería que las sanciones se
establecieran por la vía judicial y las faltas fueran delitos, el grupo
impulsor de la Ley propuso la vía administrativa.
En el dictamen aprobado se
estableció que “en coordinación con la Cámara de Senadores consideramos
acertada la necesidad de eliminar la parte correspondiente a las infracciones
que se establecieron en la Minuta que se devolvió al Senado, en virtud de que resulta
contradictorio que un instrumento jurídico el cual promociona y fomenta el
apoyo del sector gubernamental y empresarial a una actividad como la
vitivinícola establecer sanciones como las que se hablan establecido toda vez
que las mismas desalientan cualquier actividad agroindustrial”.
INDUSTRIA CRECIENTE EN MÉXICO
México es considerado el
productor más antiguo de vino en Latinoamérica. De acuerdo al Consejo Mexicano
Vitivinícola, la industria aporta cerca
de siete mil empleos directos e indirectos, emplea un poco más de 500 mil
jornales y genera una facturación de poco más de 550 millones de dólares
anuales.
El mercado del vino en México
va en incremento, con un valor aproximado de 27 mil 500 millones de pesos. La
producción nacional representa cerca del 30% del vino que se consume
anualmente, por lo que el incremento de la demanda se satisface con la
importación que, en 2015, superó los 220 millones de dólares.
Sin embargo, la producción de
vinos de calidad en el país es aún de un volumen pequeño, aunado a que la
industria vitivinícola nacional enfrenta una fuerte competencia internacional
en el mercado interno mexicano, en particular por parte de Chile, Argentina,
España, Francia e Italia.
Mediante un comunicado, el
Consejo Mexicano Vitivinícola difundió que las ventas crecen a razón anual un
promedio de entre 8 y 10%, con un valor de la producción y comercialización de
4 mil 650 millones de pesos. Al cierre de la campaña de 2017 con datos del
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ante
la Organización Internacional de la Viña el Vino (OIV), México se sitúa en el
lugar 45 a nivel mundial, con una capacidad de producir 2 millones 144 mil 725
cajas, lo cual representó el 29.3% del consumo de vino en México frente a la
importación de vino que cuenta con una participación del 70.6% del mercado
interno, con 5 millones 159 mil 550 cajas vendidas anualmente, procedentes
principalmente de Chile, Argentina, España, Francia, Italia y Estados Unidos.
Además, hay un nuevo
incremento logrado en el consumo per cápita de 960 mililitros en comparación
con datos de 2013 y 2014, de un consumo per cápita de 750 mililitros, lo cual
representa toda una oportunidad de su desarrollo y expansión en México si se
compara el nivel que alcanza de consumo per cápita a nivel mundial, del cual
destacan países en Europa como Portugal (51.4 litros), Francia (51.2), Italia
(43.6) y España (25.3 litros). En América, con Argentina (28.7 litros), Chile
(17.1), Canadá y Estados Unidos (16.5 litros), además de Brasil (1.9 litros).
Según el Consejo, con la
aplicación de incentivos y apoyos, en un lapso entre 10 y 15 años habrá
posibilidades de duplicar el número de hectáreas cultivadas de vid, con
estimaciones de poder incrementar anualmente 433 hectáreas de viñedos en
promedio para producir vinos mexicanos; actualmente están cultivadas 6 mil 474 hectáreas, con las cuales en solo
cuatro entidades federativas concentran el 72% de la producción nacional,
ocupando el primer lugar Baja California ( 57%), seguida de Coahuila (8.5%),
Querétaro (4%) y Guanajuato (2.3%).
De igual forma, el Consejo
Mexicano Vitivinícola determinó que se permitirá construir una plataforma de
políticas públicas en los tres niveles de gobierno para fomentar las
capacidades de producción y crecimiento de infraestructura, a un ritmo
acelerado de crecimiento anual del 7%, a fin de poner a disposición, a partir
del año 2022, una cantidad adicional de 300 mil litros de vino mexicano para el
mercado interno, para así aumentar la participación de un 29.3 a un 45% aproximado de participación en el mercado
interno, y la participación de hasta un 10 a 15% de la producción nacional para
satisfacer la demanda por el vino mexicano de los mercados internacionales
hacia los EU, Europa y Asia.
Actualmente hay 200 bodegas
vinícolas y empresas que elaboran y comercializan el vino mexicano. En los
últimos nueve años, los vinos mexicanos ha ganado más de mil 200 medallas en
concursos internacionales.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ MARCO A. FLORES /LUNES, 7 MAYO, 2018 12:00
PM)
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