No creí vivir para verlo:
Últimamente es más fácil detener policías perversos y muy difícil arrestar
capos malosos. Ya está todo alrevesado. Antes, aunque los agentes estuvieran
capeados de culpas y pecados no entraban a prisión ni de visita. En cambio, los
mafiosos abultaron el registro de huéspedes en “La Palma” y otras prisiones.
Durante el último año brotaron tantas sorpresas como descuajaringues en el PAN.
La Procuraduría General de la República desapareció la FEADS, pútrida fiscalía
especial. Sus impúdicos policías estaban enmarañados con el narcotráfico y
organizaban secuestros. Contrariamente la PGR no ha destejido ni al más
desnutrido de los cárteles donde… también están sus agentes.
En el pasado ejecutaban a los
comandantes y sub-delegados de la Procuraduría General de la República. No les
perdonaron la vida. Unos, a la puerta de su casa o en la calle. A otros les iba
mejor cuando los sorprendían en tan asquerosa faena. Nada más eran cesados sin
castigarlos según la ley. Entonces agarraban sus cositas y se iban a otra
institución o ciudad. Sin problemas causaban alta. Nadie se fijaba si tenían
malos antecedentes. Bastaba su palabra o la recomendación de cierto mafioso o
político y punto.
En el 97 hubo una racha de la
milicia incrustada en la PGR. Detuvo a los policías secuaces de los capos y a
los hombres claves de la mafia. Fue de menos a más. Sorprendió la detención en
Tijuana de un general entretejido con los mafiosos. Siguieron con Everardo “El
Kitty” Páez y Amado Cruz. Luego el divisionario Gutiérrez Rebollo fue noticia
de impacto y tema peliculesco. Continuó el asombró con la soldadesca arrestada
en Guamuchilito y el enjaulamiento de dos generales. Eso aparte de atrapar a
“El Beto” Quintero en Veracruz.
Hombre clave del Cártel del
Golfo. Y a sus compinches “El Metro” Alcides en Quintana Roo, su jefe y ex
gobernador Mario Villanueva, “El June” en Tamaulipas. Aparte a Ismael Higuera
“El Mayel” en Ensenada. Jesús Labra “Don Chuy” y para no seguirle, Enrique
Harari Garduño en Tijuana. Todos en la escala primaria del narcotráfico.
Mientras tal sucedía los
policías se mataban entre ellos. Unos al servicio del narcotráfico y
traicionando a sus compañeros. Fue dramático cómo asesinaron a don José Patiño,
honesto Agente del Ministerio Público. Perseguía a los Arellano. Por eso
hombres de la PGR lo secuestraron, torturaron, mataron y tiraron al fondo de un
barranco.
Después otros agentes
operaron por su cuenta. Entraron al secuestro. Se echaron millonadas a la bolsa
convirtiéndose en delincuentes y autoridad. Siguieron con el soborno a mafiosos
utilizando oficinas federales. Asaltaron desamparados. Quién sabe cuántos
infelices ejecutaron.
También bloqueaban
investigaciones sobre la mafia. Informaban de todos los planes oficiales a los
capos y malinformaban a la prensa. Cubriéndoles así frente, flancos y
retaguardia. Ahora, el Ejército los descubrió y detuvo. La PGR arraigó, luego
consignó y terminaron encarcelados. Por lo menos una docena están por completar
ese tránsito. Viven en las famosas “casas de seguridad”. En esta nómina hay
federales, estatales y municipales.
La captura más importante fue
hace casi un año: Benjamín Arellano Félix. Desde entonces nada de gran
jerarquía. Joaquín Guzmán Loera va para dos años de su fuga. A los Carrillo
Fuentes no les encuentran. “El Mayo” Zambada es invisible. Osiel Cárdenas
Guillén, que se suponía sería el más fácil de apañarlo, sigue siendo el rey en
el Golfo y desde Nuevo Laredo. Decían de los Arellano “…fácil caerán” luego de
morir Ramón y encarcelado Benjamín. Pero ya van dos veces que se les escapó
Francisco Javier “El Tigrillo”. Eduardo, Enedina y demás son intocables en
Estados Unidos.
En este alrevesado mapa
polimafioso nace lo nunca visto: Los policías no tuvieron perdón de la justicia
ni abogado que consiguiera su libertad. Antes debían por ley detenerlos, pero
sin necesidad de un defensor ni siquiera llegaban a la entrada de la cárcel.
Sus delitos eran enormes. Asesinatos probados. Torturas también. Robos no se
diga.
Ahora los mafiosos han ganado
en un año más juicios que en los últimos veinte años. A Jesús Héctor “El Güero”
Palma fue preciso inventarle otro delito para no dejarlo salir del penal. Es
que echó abajo todas las acusaciones y legalmente debía quedar libre. Ismael
“El Mayel” Higuera está en “La Palma”. Pero fue favorecido por la justicia
federal. Eduardo Arellano logró en los tribunales y sus hermanos también, la
devolución de muchas residencias. La PGR se las incautó y hasta ocupadas estaban
por vía del comodato.
El martes 25 Reforma y El
Universal publicaron lo increíble. El primero: “Un juez federal en Baja
California dictó ayer auto de formal prisión en contra de Italo Américo Ciani
Carvajal, ex subdelegado de la Fiscalía Especial de Atención a Delitos contra la
Salud (FEADS) de la Procuraduría General de República”, con asiento en la
Ciudad de Tijuana. El Universal: “Con el auto de libertad que dictó el 5 de
febrero pasado el Poder Judicial Federal en favor de Benjamín Arellano Félix,
queda cerrada la posibilidad de citar a declarar a ex funcionarios del pasado
gobierno panista de Baja California, que de acuerdo con la causa 29/2002, de la
que fue exonerado el presunto capo, son señalados como responsables de brindar
protección y seguridad, incluso personal, al máximo jefe del cártel de
Tijuana”.
Lo impresionante de tales
noticias: El ex de la FEADS no tiene para cuándo salir del nuevo penal
bajacaliforniano “El Hongo”. Y a Benjamín le borraron un cargo más. Cero y
lleva cuatro juicios ganados al hilo. Nunca un acusado de narcotráfico ganó
tantos amparos y procesos en menos de un año. Los hubo esperando eternidades
para recibir sentencia. Sus abogados no podían apelar. Menos defender.
Cualquier juez les taponeaba todas las salidas. Claro: Hubo otros mafiosos de menor
escala que retornaron a la libertad. El soborno fue evidente. Pero hombres como
Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca o “El Güero”
Palma, nada más no saldrán ni en brazos de un magistrado.
En el último auto de libertad
concedido a Benjamín hay una sorpresa. Se salva legalmente el ex Procurador
General de Justicia en el Estado, Licenciado José Luis Anaya. Resulta que el
joven tijuanense Enrique Hodoyán Palacios declaró oficialmente cuando lo
detuvieron: Antes de asumir el cargo en el Gobierno del Licenciado Héctor Terán
Terán, Anaya pactó con los Arellano. Todas las facilidades al cártel. Con una
sola condición “…no cometer homicidios ni secuestros para no ‘calentar’ la
plaza”.
Los defensores de Benjamín
resaltaron que “los testigos de oídas” no pueden ser considerados definitivos
para iniciarle otro proceso, “…con lo cual se esfumó por cierto su figura como
jefe de una amplia y bien estructurada red delictiva, de acuerdo con lo
argumentado por sus abogados”.
Pero según El Universal
Francisco Fiol Santana, Sergio Sandoval y Encinas Filatoff, “que formaban parte
de la guardia personal del entonces Gobernador Ernesto Ruffo Appel”, prestaban
sus servicios a los hermanos Arellano Félix. Todos ellos fueron citados por el
Mayor Juan José Sánchez Gutiérrez, ex Director de la Policía Judicial del
Estado, Juan Francisco Román Carrillo, Rafael López Cruz y Salvador Barba.
El auto de libertad concedido
a Benjamín provoca varios escenarios muy de tomarse en cuenta: Uno.- Los jueces
dictaminaron a su favor por temor a ser ejecutados como pasó con los
magistrados en Sinaloa. Dos.- La Procuraduría General de la República presentó
las acusaciones plagadas de errores. Tres.- Los abogados de Benjamín Arellano
son muy capaces. No necesitan de soborno ni influencia. Solamente la fama de su
cliente. Cuatro.- La política desvió el camino judicial. Para el joven Hodoyán
sí fueron válidas sus declaraciones y lo sentenciaron. Pero resultaron
inválidas en el caso de Benjamín. La carambola tuvo su efecto. En este sexenio
foxista absolvieron fácilmente los grandes pecados de ex funcionarios panistas.
Y cinco.- Sutilmente el Gobierno mexicano estaría retirando a propósito todos
los cargos a Benjamín. Así se facilitará la extradición a Estados Unidos. Y
allá no lo salva ni George Bush.
Así está ahora este
alrevesado panorama. La limpia policíaca no alcanza la suciedad del gran
narcotráfico. Dirigió la estrategia para capturar a los agentes de la Fiscalía
Especial de Atención a Delitos contra la Salud (FEADS), motivo por el cual fue
desaparecida tal dependencia.
Promovió una intensa labor
social a través de los conscriptos del Servicio Militar para mejoría de la
ciudadanía. También fue clave en la recolección de armas.
Escrito tomado de la colección
“Dobleplana” de Jesús Blancornelas”, publicado por última vez en noviembre de
2008.
(SEMANARIO ZETA/ DOBLEPLANA/ JESÚS BLANCORNELAS/ LUNES, 7 MAYO, 2018 12:00
PM)
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