Cuando el jueves pasado
Margarita Zavala anunció que al día siguiente establecería su posición sobre
las versiones periodísticas que anticipaban su renuncia al PAN, llevaba 24
horas que ya lo había decidido. El miércoles tuvo una reunión en su cuarto de
guerra donde evaluaron el resultado de un encuentro en la víspera, con el
presidente del partido, Ricardo Anaya, donde una vez más, le dijo que no habría
ningún proceso interno para definir la candidatura presidencial del PAN, sino
que se procesaría a través del método que establecieran dentro del Frente Ciudadano
por México, el bloque opositor compuesto por el PAN –o al menos sus
liderazgos-, el PRD y Movimiento Ciudadano. Con esa respuesta, de acuerdo con
personas que conocen el proceso de decisión que tomó Margarita Zavala, planteó
a su equipo más cercano, comenzar de cero.
La reunión entre Zavala y
Anaya había tenido como preámbulo la difusión de una carta el domingo por la
noche firmada por ella, el ex Gobernador de Puebla, el panista Rafael Moreno
Valle y el Gobernador de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles, en donde
pedían al Frente que el método de selección de candidato de esa eventual
coalición electoral se diera mediante una consulta abierta a la ciudadanía. El
trasfondo de esa demanda buscaba que se hiciera de lado la propuesta de tres
encuestas a sus militancias de donde quien resultara mejor evaluado fuera el
candidato de unidad para 2018, para evitar que las estructuras de los partidos,
en las cuales carecen de fuerza, los anularan.
Los líderes del Frente
rechazaron la propuesta. A Zavala se le acababa el tiempo. “Se acercaba la
fecha de vencimiento para registrar independientes y le dijeron que todavía no
había decisión sobre los mecanismo”, dijo una de las personas que mejor conocen
el proceso de su salida. “Lo hacían para que no se registrara y se quedara sin
nada”. Anaya nunca fue receptivo. Incluso, cuando días antes de dar a conocer
la carta buscaron Zavala, Moreno Valle y Aureoles que la firmara el Jefe de
Gobierno de la Ciudad de México, Anaya y el presidente de Movimiento Ciudadano,
Dante Delgado, le pidieron a Miguel Ángel Mancera que no lo hiciera. De
cualquier forma, no la iba a suscribir, pues de hacerlo habría mandado un
mensaje contradictorio a su declaración que por ahora, lo único en lo que
estaba concentrado era en la emergencia por el sismo del 19 de septiembre.
El diferendo entre Zavala y
Anaya no había comenzado por su participación en el Frente, sino a que estaba
construyendo su candidatura presidencial desde la presidencia del partido, lo
que consideraban sus críticos que era una competencia desigual, y a la forma
como fue tratada por los panistas cercanos al líder del partido durante meses.
Esto quedó de manifiesto en el mensaje que escribió la señora Zavala el viernes
a las 13:10 horas, una hora exacta antes de que Fernanda Caso, la coordinadoora
de su equipo de campaña, entregara la carta de renuncia en el PAN. “Llevo dos
años buscando diálogo”, escribió en respuesta a Anaya, que le pidió que no
renunciara. “La división del PAN es tu responsabilidad, eres el presidente del partido.
Ya hablaremos”.
La oferta era retórica. La
negativa de Anaya a abrir el proceso de selección de candidato la dejó con sólo
dos opciones: renunciar o someterse a un proceso que, de antemano, sabría que
perdería. Anaya tiene el control de todos los órganos del partido, que aprueban
o rechazaran las propuestas de su presidente. “Ella seguía arriba en las
encuestas”, dijo la persona que siguió el proceso. “Si hubiera ido abajo, por
supuesto que ni hubiese pensado en irse, pero se le hacía tremendamente injusto
lo que le hacían”.
El miércoles, Zavala se
reunió con su equipo más cercano para discutir las alternativas. Parecía
ocioso, pero aún así lo platicó con Jorge Camacho, su coordinador de campaña;
Fausto Barajas, secretario técnico del gabinete de Infraestructura del
Presidente Felipe Calderón y más adelante subsecretario de Comunicaciones y
Transportes, que dirige la Fundación Desarrollo Humano Sustentable que preside
el ex Mandatario; su vocero Fernando Morales y Caso, que es miembro de Casa
Sobre la Roca, la organización de corte cristiano dirigida por Rosi Orozco,
quien junto con su esposo ayudó a generarle apoyos en el sector evangélico a
Calderón durante su campaña presidencial.
Zavala, quien todo el tiempo
mantuvo la discusión y reflexión con su esposo el ex Presidente, y su hermano
Juan Ignacio, también habló con el grupo de ex gobernadores que la han
respaldado desde que hizo formal su intención de buscar la candidatura, entre
los que se encuentran Fernando Canales Clariond de Nuevo León, Alberto Cárdenas
de Jalisco, Marcelo de los Santos de San Luis Potosí, Alejandro González
Alcocer y José Guadalupe Osuna de Baja California. Era el epílogo de un proceso
de semanas, donde según una de sus más cercanos, “le cerraban las puertas” por
todos lados. En Guanajuato, por ejemplo, el Gobernador Miguel Márquez, que
había mostrado afinidad por ella, prohibió a los diputados locales ir a un
evento de ella, En otros estados panistas le cancelaron visitas
intempestivamente.
La última plática con Anaya
el martes, de acuerdo con uno de los que conocieron todas las tribulaciones,
“le dio la certeza de irse”. “Preferible perder sola, que ser victima de una
mofa y de una canallada. Y se fue”. Margarita Zavala presentó su renuncia.
Buscará una candidatura independiente y a comenzar de cero.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/ 09/10/2017 | 02:00 AM)
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