Si el Presidente Enrique Peña
Nieto no cambió de opinión en el último minuto o tuvo un momento de
introspección, como ha sucedido en otros momentos y cambió de parecer, el
General de Brigada Alejandro Ramos Flores, será nombrado jefe de la
Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada,
conocida por sus siglas SEIDO. Será una señal clara para el último tercio de su
administración.
Militar cercano a quien fue
Procurador General y Procurador de Justicia Militar, Rafael Macedo de la
Concha, pasará a completar y cerrar, se espera, los múltiples asuntos que han
provocado una hemorragia imparable al Gobierno federal. El nombramiento de
confirmarse, causará levantones de cejas entre organizaciones de derechos
humanos en México y Estados Unidos, que expresarán probablemente sus reservas
porque sea un militar en funciones quien esté a cargo de la investigación de
casos sensibles donde se encuentran involucrados soldados.
Se desconoce cómo surgió el
nombre del General Ramos Flores para encabezar la SEIDO, pero no es ajeno a la
PGR. Fue Subprocurador Jurídico y de Asuntos Internacionales durante la gestión
del General retirado Rafael Macedo de la Concha en el Gobierno de Vicente Fox,
a quien acompañó hasta su salida de la PGR en 2005, tras lo cual trabajó en el
área de procuración de justicia en grupos de trabajo con el Gobierno de Estados
Unidos y como vicepresidente de la Comisión Interamericana para el Control del
Abuso de las Drogas de la OEA. En 2011 regresó al mismo cargo en la PGR, por
petición de la entonces Procuradora General Marisela Morales, con quien trabajó
varios de los casos de presunta corrupción y vinculación con el narcotráfico de
gobernadores priistas.
El regreso del General no ha
sido oficializado aún, aunque ya comenzó a interiorizarse en la nueva
administración del Procurador Raúl Cervantes. El anuncio se programó para
hacerlo una vez que pasara el domingo 20 de noviembre la ceremonia de
imposición de condecoraciones y ascensos a miembros de las Fuerzas Armadas, pero
tampoco se sabe cuáles son las razones de la demora, en donde fue ascendido a
General de Brigada de Servicio, equivalente a contralmirante en la Marina, y en
el escalón previo a General de División. Según funcionarios de la PGR, no se
han recibido presiones de ninguna organización o grupo de interés por la
intención presidencial de nombrarlo como jefe de la SEIDO, aunque en parte
obedece a lo hermético con el que se ha manejado su designación.
De mantenerse lo planeado,
Ramos Flores, quien hasta el viernes 18 de noviembre era General Brigadier de
Justicia Militar y Licenciado, sustituirá a Gustavo Salas, quien llegó al cargo
en septiembre de 2015 en relevo del controvertido Felipe Muñoz, con quien nunca
quiso trabajar la entonces Procuradora Arely Gómez. Muñoz regresó a la PGR bajo
la conducción de Cervantes como Subprocurador Especializado en Investigación de
Dellitos Federales, en una reivindicación pública tras haber sido identificado
por la anterior administración en esa dependencia como uno de los principales
filtradores de información confidencial que afectó algunos casos sensibles.
El relevo de Salas quedó
marcado desde las primeras horas de Cervantes en el despacho de Procurador. De
acuerdo con funcionarios de la nueva administración en la PGR, Cervantes no
quedó a gusto tras su primera reunión con Salas, quien fue de los primeros
subprocuradores en hablar con él por lo delicado de los asuntos que lleva. “No
fue muy claro en algunas preguntas directas que se le hicieron, y en algunas
fue evasivo”, dijo un funcionario. “Desde ese momento quedó claro que sería uno
de quienes serían relevados del cargo”.
La probable llegada del
General Ramos Flores sería a un cargo donde han recaído la mayoría de los más
de 200 casos de abusos militares en el ejercicio de tareas de seguridad
pública, algunos altamente controversiales como el caso de Tlatlaya, donde
soldados se vieron involucrados en una matanza de 22 personas, varias de ellas
ejecutadas extrajudicialmente. Aunque el caso está resuelto legalmente, se mantienen
lagunas y sospechas entre organismos de derechos humanos que se protegió al
Ejército, como lo es otro caso paradigmático, el del Batallón 27º de Infantería
en Iguala, al que se señala como parte responsable en la desaparición de los
normalistas de Ayotzinapa en Iguala hace dos años.
El General Ramos Flores es
jefe de la Asesoría Jurídica del Estado Mayor de la Defensa Nacional, y tiene
una posición clara sobre la aplicación de la justicia civil en casos que
involucren a militares. Al comentar el Proyecto de Dictamen en Materia de
Justicia Militar en el Senado en 2014, dijo que soslayaba la razón de ser de la
justicia militar, que es la preservación de la disciplina de las Fuerzas
Armadas, y que era conveniente buscar un dictamen más equilibrado entre la
protección de las víctimas civiles y la protección de las disciplina militar,
acotando lo estrictamente indispensable la jurisdicción militar. “Conforme se
va restringiendo esa jurisdicción, también se debilita la disciplina al
interior de las Fuerzas Armadas, que como dijera el Constituyente de 1917, es
su fuerza”, advirtió.
No parece ser el General
Ramos Flores la mejor persona para encargar la SEIDO en el momento actual. Un
militar confrontará una sociedad muy sensible y polarizada con la acción
militar en el tema de seguridad pública. Mientras no se haga oficial, aún se
puede cambiar el nombramiento. Dependerá de a quién escucha el Presidente y qué
quiere para el cierre de su Gobierno.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/ 30/11/2016 | 01:00 AM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario