Cosalá,
Sinalo.- Ayón Mendoza recuerda que preparaba tortillas cuando empezó la lluvia
de balas. Asustada, fue corriendo a buscar a su bebé, pero dos supuestos
helicópteros de la Marina mexicana siguieron disparando "con más
fuerza" contra la comunidad de Comedero Colorado (Durango, norte) sin que
ella entendiera por qué.
Desplazada
ahora junto a decenas de vecinos atemorizados en Cosalá (Sinaloa), esta ama de
casa de 24 años explica a la AFP el terror que vivió su comunidad la mañana del
pasado 6 de octubre coincidiendo con un operativo de fuerzas de seguridad para
cercar al poderoso narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, que se fugó de
prisión en julio dando un duro golpe al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Como
resultado de una intensa caza, de la que el gobierno dijo que el capo logró
huir malherido y en la que negó que hubiera ataques a pobladores, la casa de
Ayón quedó con decenas de impactos de bala y su carro calcinado, según denunció
ante la fiscalía su marido, Gonzalo Elías Peña. Como pudo, escabulléndose entre
matorrales y zanjones, la pareja huyó despavorida del pueblo y caminó cuatro
días seguidos con su hija de dos años por la Sierra Madre Occidental, refugio
natural del líder del cártel de Sinaloa.
"Sin
comer y sin tomar agua", el matrimonio llegó finalmente a la pintoresca
Cosalá, donde en los últimos días han llegado buscando refugio unas 600
personas de empobrecidas comunidades serranas del municipio de Tamazula
(Durango) que denuncian haber sufrido episodios similares.
"Caminábamos
a oscuras porque donde veían luz, luego empezaban a tirar. Era una tracatera
por todos lados", recuerda Ayón, mientras espera pacientemente junto a
otras familias desplazadas a que las autoridades le den una bolsa con alimentos
y ropa.
Pero
su esposo replica exaltado: "Salió en el periódico que supuestamente le
andaban buscando (a El Chapo), pero ahí conmigo no estaba y casi nos matan esos
güeyes".
Fuentes
del gobierno de Peña Nieto confirmaron que fuerzas especiales persiguieron a
Guzmán en una zona entre Durango y Sinaloa la semana pasada, y que el capo
resultó herido en el rostro y la pierna en una caída mientras huía de un
operativo.
"LLUVIA DE BALAS"
La
historia de Ayón y Gonzalo se parece mucho a la de Marta Marbella, vecina de la
comunidad de El Verano (también en Tamazula), que muestra aún incrédula en su
celular fotografías de los balazos que quedaron en su casa fruto de una
supuesta balacera de la Marina la tarde de ese 6 de octubre, posterior a la de
Comedero Colorado y El Limón.
En
las imágenes se ven al menos una docena de agujeros en el techo, otros tantos
en las paredes, en la puerta y también en el baño exterior donde Marta trató de
resguardarse con su bebé.
"Sí,
alcanzaba a ver como el helicóptero se paraba y disparaba directamente a la
casa. Tenía miedo, gritaba, lloraba, pero yo sabía que era inútil",
recuerda esta ama de casa de 32 años, cuyo marido estaba trabajando en el campo
a esa hora.
Francisca
Quintero Sánchez, de 40 años, también se apresuró a esconderse con sus tres
hijos debajo de la cama cuando se desató "la lluvia de balas" durante
alrededor de una hora.
"Fue
un rato de miedo, de terror a que nos fueran a matar sin ninguna culpa",
expresa esta agricultora que, firme, asegura: "Los uniformes de ellos
decían Marina. Los demás creen que somos tontos porque somos de rancho, pero sí
sabemos leer y escribir".
¿UN ENFRENTAMIENTO?
Al
día siguiente, Marta, Francisca y otras vecinas de El Verano decidieron ir a
hablar con miembros de la Marina, que les dijeron que estaban buscando "a
una persona que venía con mucha gente" y aparentemente reconocieron que
dispararon porque estaban siendo atacados, algo que ellas niegan.
"Que
la Armada disparó sobre casas de la población civil es falso (...) (pero)
obviamente cuando se encuentran con gente que dispara, van a repeler la
agresión", dijo al respecto a la AFP una fuente del gobierno federal que
pidió el anonimato.
Hasta
el momento no se han reportado muertos o heridos por el caso, pero la diputada
local por Cosalá, Lucero Sánchez López denunció esta semana que habría al menos
ocho desaparecidos.
Desde
la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos de Sinaloa, su representante
Oscar Loza no cuenta con reportes de desaparecidos pero subraya la preocupación
de esta ONG sobre un supuesto intento de las autoridades "de quitar
evidencias".
(ZOCALO/
La Jornada/ 18/10/2015 - 06:36 PM)
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