Los
agentes estadunidenses que operan en México tenían las coordenadas precisas
para cercar a Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y recapturarlo. Lo habían
rastreado durante semanas y dieron los datos a la Marina para que desplegara
desde principios de mes a sus hombres en la sierra de Durango, donde
presuntamente se encontraba el capo sinaloense… Pero los marinos llegaron tarde
y éste simplemente desapareció.
WASHINGTON
(Proceso).- Desde que se fugó del penal del Altiplano, el 11 de julio pasado,
las agencias de inteligencia de Estados Unidos, encabezadas por la Drug
Enforcement Administration (DEA), han utilizado la tecnología de rastreo y de
interceptación de comunicaciones más avanzada para ubicar a Joaquín El Chapo
Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa, a quien detectaron en un rancho en
la sierra de Durango hace dos semanas.
“Recibimos
información de inteligencia por medio de la interceptación de varias llamadas
telefónicas (satelitales y de celulares) que nos indicó que El Chapo podría
estar escondido en un rancho en la sierra de Durango, en los límites con
Sinaloa. La información se la dimos al gobierno de México”, explica a Proceso
un agente de inteligencia estadunidense, quien pide omitir su filiación.
Y
añade: “La información que conseguimos por medio de la tecnología la cotejamos
con otra que habían conseguido en México nuestras agencias por medio de
(informantes). Y cuando determinamos que podría ser El Chapo quien se ocultaba
en el rancho, se la dimos a las autoridades mexicanas.
“Al
parecer la Marina mexicana llegó tarde al punto donde presuntamente lo habíamos
ubicado. Hubo un retraso de varias horas desde que dimos la información hasta
el momento del operativo… El lugar donde se encuentra el rancho está en un
punto de difícil acceso. Esa fue la explicación que nos dieron”.
Según
el resumen de las agencias de inteligencia de Estados Unidos que han
participado en la recaptura del capo sinaloense, a menos de 24 horas de su fuga
los reportes lo ubicaron en la zona del Triángulo Dorado de la Sierra Madre
Occidental, entre Chihuahua, Durango y Sinaloa, territorio controlado por el
cártel que lidera El Chapo.
Su
fuga unió a las agencias de inteligencia de Estados Unidos con presencia en
México, dice el entrevistado, vía telefónica.
Y
expone: “Pusieron a trabajar a sus activos (informantes) para recapturar a
Guzmán Loera. La información obtenida se ha intercambiado y cotejado con la que
obtiene por su parte el gobierno de México. La cooperación es muy buena, pero
estamos conscientes de que es una tarea muy complicada”.
Con
el permiso para espiar en México que les dio el Felipe Calderón cuando estuvo
en Los Pinos bajo el marco de la Iniciativa Mérida, las agencias de
inteligencia estadunidenses pusieron a trabajar a sus operadores las 24 horas
del día en la Oficina Binacional de Inteligencia desde julio pasado.
“Aunque
estamos recibiendo mucho apoyo y muy importante de parte del Centro de
Inteligencia de El Paso (EPIC, por sus siglas en ingles) y de otros sistemas
(de espionaje) que tenemos cerca de la frontera con México, el intercambio de
información bajo la Iniciativa Mérida está comenzando a dar resultados
notables”, insiste el agente entrevistado.
Según
él, la estrategia de inteligencia estadunidense para recapturar al Chapo,
coordinada por la DEA, ha dado “resultados notables”.
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 2033, ya en circulación)
(PROCESO/
JESÚS ESQUIVEL Y PATRICIA DÁVILA/ 17 DE OCTUBRE DE 2015)
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