“Haga
lo que quieran, protesten, pero por favor se los suplico, no se vayan a
amotinar”. Esas son las palabras con las que Jaime Fernández López, director
del penal de máxima seguridad Cefereso No. 1, mejor conocido como El Altiplano,
en Almoloya, Estado de México, ha pedido a los internos que no revienten el
penal. Y es que desde el viernes 18 de septiembre de 2015, tras las alambradas
y muros se vive una revuelta.
Aunque
la Comisión Nacional de Seguridad, encabezada por Renato Sales, ha intentado
ocultar la situación que se vive en la cárcel de máxima seguridad de la que el
11 de julio pasado escapó Joaquín Guzmán Loera, lo cierto es que el director
que todos los días ha lidiado con eso ya está desesperado. Tiene a los
narcotraficantes más poderosos de México ahí y está a punto de perder el
control, sin que el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, ni
nadie de su equipo, tome medidas al respecto.
Todo
comenzó el 18 de septiembre pasado, cuando a las 5:00 horas se llevó a cabo un
operativo encabezado por policías federales en el que irrumpieron en las celdas
de los más de mil prisioneros de todos los módulos y quitaron a todos los
reclusos televisiones y relojes, que en cada caso fueron autorizados por el
Consejo Técnico Interdisciplinario del Cefereso, que depende del Órgano
Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (Oadprs).
Desde
ese día iniciaron protestas de los internos. Fuentes de información internas
del penal señalan que la situación empeoró ese mismo día, cuando fueron
internados en El Altiplano el ex director Valentín Cárdenas y 11 funcionarios
más acusados de la fuga de Guzmán Loera. Solo a alguien con muy poco sentido
común o mucha perversidad dentro de la administración de Peña Nieto hubiera
podido mezclar en un día semejante coctel.
Ese
mismo viernes, internos del módulo uno, a donde fueron transferidos los
‘huéspedes’ del área de Tratamientos Especiales, iniciaron una huelga de hambre
la cual, al menos hasta el miércoles 23 de septiembre, mantenían. Entre los
internos de ese módulo están los capos
de mayor poder en México: Héctor Beltrán Leyva, del Cártel de los Beltrán
Leyva; Servando Gómez Martínez alias La
Tuta, líder de los Caballeros Templarios;
Edgar Valdés Villarreal alias La Barbie; Mario Cárdenas Guillén, del
Cártel del Golfo; Arturo Martínez Herrera, también del Cártel del Golfo; José Bernabé Brizuela Meraz alias La Vaca,
operador del Cártel de Juárez, y Omar Treviño Morales alias Z42, líder de Los
Zetas.
Tras
la fuga de Guzmán Loera está en remodelación el módulo de Tratamientos
Especiales que se supone era el más seguro y del cual salió Guzmán Loera por un
túnel o por la puerta principal. Y mientras terminan los trabajos trasladaron a
los presos a otro edificio dentro del complejo penitenciario.
Familiares
de internos de El Altiplano refieren que la situación es muy tensa. En las
llamadas telefónicas reglamentarias que los internos tuvieron derecho a hacer
durante la semana, familiares señalan haber escuchado gritos y golpes de metal,
como si los internos golpearan contra las rejas. Las llamadas los internos las
hacen bajo la supervisión de los custodios,
desde teléfonos fijos colocados en cada módulo, así que es fácil
escuchar el ambiente que ahí se vive.
Desde
el viernes 18 la huelga de hambre se fue esparciendo por todo el penal y hay al
menos 600 presos no solo hambrientos, sino también furiosos porque les quitaron
arbitrariamente los aparatos a los que por ley tenían derecho. De acuerdo con
la información recabada, al menos el 80 por ciento de los reclusos tenía los
beneficios de reloj y televisor.
Los
relojes de pulso a los que se supone tienen derecho los internos deben ser
negros, de plástico y sin ninguna pieza de metal en su exterior. Al igual que
los televisores, son adquiridos por los familiares y entregados en el área de
resguardo del penal de donde luego son repartidos, según la autorización de los
directivos.
La
televisión autorizada por el Consejo Técnico Interdisciplinario debe ser de 7 pulgadas,
pantalla plana, sin bocinas y los internos sólo pueden ver la televisión con
audífonos. No hay horarios de restricción, así que los presos pueden verla a
todas horas. La del Chapo, según el
expediente de la fuga al que se tuvo acceso, tenía bocinas y antes de marcharse
tranquilamente de su celda tuvo la gracia de dejar la tele prendida con alto
volumen.
El
titular de la CNS visitó el penal el sábado 19 de septiembre, y aunque en un
boletín de prensa se manejó el recorrido como un tour, en realidad las cosas no
estuvieron nada tranquilas. Se asegura que con el pretexto de su recorrido,
elementos de la Policía Federal cometieron abusos e infirieron amenazas contra
los internos.
Fernández
López, director de El Altiplano, quien tiene fama de ser mano dura, ha
intentado calmar la revuelta. Ha dicho a los huelguistas que no fue su idea
quitar relojes y televisores sino del nuevo titular de la CNS, y para ganar
tiempo y que el penal no estalle, ha dicho que en cuanto un juez ordene la devolución de los beneficios
a un interno, él los regresará a todos.
Señalan
que está muy desesperado. Sabe que si revienta El Altiplano sería el colmo en
la serie de escándalos que rodea la administración de Peña Nieto y significaría
no sólo la posibilidad de heridos o muertos, sino de una fuga masiva.
El
lunes 21 de septiembre en entrevista radiofónica, Renato Sales negó que
existiera la revuelta dada a conocer por esta periodista en el portal de
noticias de la revista Proceso. Y dijo que solo había habido el viernes algunos
internos que no habían querido comer pero que ya todo está solucionado.
No
es la primera vez que la administración de Peña Nieto encubre sobre la crisis
interna en El Altiplano. Antes de la fuga de Guzmán Loera hubo eventos al
interior del penal como huelgas de hambre masivas organizadas por el Chapo,
protestas convocadas por él en conjunto con otros capos, que mostraba su poder
y capacidad para controlar y minar la seguridad del penal. Al final Guzmán
Loera terminó saliendo de la cárcel pese a las alertas previas. No vaya siendo
que por tratar de ocultar e ignorar la
crisis interna en El Altiplano, no en mucho tiempo Sales termine preso
como Celina Oceguera, ex coordinadora de los Centros Federales de Readaptación
Social, y el ex director del Cefereso No. 1, Valentín Cárdenas.
(RIODOCE/
Anabel Hernández/ 27 septiembre, 2015)
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