Vidulfo
Rosales, representante legal de los padres de los 43 normalistas desaparecidos
afirmó que en el encuentro que sostuvieron el jueves pasado con el presidente
Enrique Peña Nieto, se perdió una oportunidad para reestructurar las
investigaciones.
En
la reunión hubo un diálogo cruzado en el que no se llegó a acuerdos de ninguna
de la partes y que incluso, al final, la reunión se tornó ríspida, dijo en
entrevista con Grupo Imagen.
Todo
empezó cuando el presidente daba respuesta a las ocho peticiones planteadas por
los padres y no percibieron respuesta en dos puntos medulares para ellos: la
investigación y la búsqueda de sus hijos.
“Hay
responsabilidades de otros niveles, de los cuerpos policíacos, del Ejército
Mexicano que tuvo una participación”, apuntó Rosales y por ello pidieron que se
intensifique la investigación y la búsqueda de los jóvenes a través de una
unidad especializada para el caso ya que lo que se les ofreció fue buscarlos a
través de la Fiscalía Especializada para Personas Desaparecidas.
“Al
ver que no había compromisos en estos dos rubros de investigación y de búsqueda
los abogados tuvieron que interrumpir y solicitar al presidente una respuesta
más concreta”, dijo el abogado. Ahí fue cuando inició la rispidez pues algunos
de los padres, abundó Rosales, hicieron pronunciamientos mucho más fuertes y ya
no fue posible llegara un acuerdo.
Vidulfo
Rosales destacó que el trato que recibieron del presidente no fue como la
primera vez.
“Hubo
una mala lectura (de los padres) que se pensó que el trato iba a ser el mismo
que se les dio el año pasado cuando fue muy simbólico que el presidente y los
funcionarios se quitaran la corbata en señal de respeto y esta vez no fue así,
incluso hacia el final se hizo un poco más ríspida la reunión”, detalló.
Después
de que los padres lanzaron cuestionamientos al presidente se suscitó un jaloneo
con los guardias presidenciales que fue probablemente imperceptible para los
funcionarios pero muy sentido para los familiares de las víctimas.
Lo
que sucedió, dijo, fue que cuando ya había concluido la reunión realizada el
Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el mandatario y
sus funcionarios se quedaron saludándose en las escalinatas que dan a la salida
del recinto y cuando los padres, que estaban al fondo, se enfilaron para salir,
los guardias presidenciales formaron dos vallas laterales impidiéndoles la
salida hasta que se marchara Peña Nieto.
“Ellos
(los padres) ya no querían estar ahí, querían irse a los autobuses y eso generó
jaloneo”, comentó Rosales.
Y
debido a que el final de la reunión fue atropellado ya no se formalizó un
próximo encuentro con el presidente para dar seguimiento al caso. Sin embargo,
Rosales dijo que los padres de los normalistas desaparecidos están abiertos a
sentarse nuevamente con el presidente y los órganos de impartición de justicia.
En
entrevista con Radio Fórmula, el abogado afirmó que pese a que no hubo una
respuesta satisfactoria a sus peticiones las protestas que realizarán este
sábado, día que se cumple un año de la desaparición de los normalistas, no
serán enardecidas.
“Las
protestas van a continuar en el mismo sentido, por lo menos de parte de los
padres de familia no tiene por qué enardecerse; creo que el dolor y este
sentimiento de que no ha habido justicia, esta claridad de que no hay verdad a
estas alturas, se mantienen en el mismo nivel, en el mismo tono (pero) vamos a
continuar igual, no hay ningún cambio en las acciones”, señaló.
(RIODOCE/
Proceso / 25 septiembre, 2015)
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