Impresionante lo que en un
primer vistazo se encontró el equipo de recepción de parte de sus pares
encargados de entregar la información del estado que guarda la administración
pública estatal en el área de Salud que tuvo a bien dirigir (al abismo)
Bernardo Campillo García.
Una parte de ese desastre se
documentó en este mismo espacio, en despachos anteriores de la saga “El asalto
a la nómina”, subrayando que fue sólo una parte, porque el análisis de ese
monumental atraco clientelar-electorero no incluyó lo que sucede con los
multimillonarios recursos federales del programa Seguro Popular,
discrecionalmente manejados por Campillo.
Se confirmó en esta reunión,
celebrada ayer, que casi el 50 por ciento de los recursos públicos federales se
destinaron a la contratación de personal administrativo (donde por supuesto se
incluye un ejército de empleados de confianza con doble y hasta triple nómina,
y un verdadero escuadrón de fuerza aérea integrado por bastantes aviadores que
aterrizan sólo los días de quincena).
En cambio, sólo un 15 por
ciento de esos recursos se destinaron a la contratación de personal médico y de
enfermería, lo que explica la pésima atención a los pacientes en clínicas y
hospitales.
Esa es una parte a la que ni
siquiera el equipo de recepción de Claudia Pavlovich le ha echado un ojo, y
seguramente se encontrarán con sorpresas que los harán irse de espaldas.
Lo que sí encontraron fue un
sobre ejercicio de 4 mil millones de pesos en el presupuesto, e indicadores que
muestran a Sonora reprobado en materia de Salud, algo que el propio gobierno
federal tiene documentado desde hace tiempo en sus mediciones anuales, donde
aparece que Sonora perdió todo lo que había ganado en años anteriores y se fue
hasta los últimos lugares a nivel nacional en prevención y combate de
enfermedades y hasta en rubros tan importantes como el de mortalidad materna.
En el tema de vacunación, por
ejemplo, Sonora ocupó durante cuatro años los últimos lugares a nivel nacional,
a pesar de que se incrementó el presupuesto federal, la deuda a corto plazo y
las cuotas de recuperación.
Del 2009 al 2014, explicó el
doctor Gilberto Ungson, comandante en jefe del equipo de recepción para este
rubro, bajaron los indicadores de salud y CAMEXCEL, las re afiliaciones al
Seguro Popular y el abasto de medicamentos; se perdieron las certificaciones de
los hospitales y disminuyó el número de camas hospitalarias.
A la inversa, los indicadores
marcan que han ido a la baja en eficiencia en el servicio: más pacientes con
tuberculosis, más pacientes con dengue, con VIH y que se perdió la
certificación de los hospitales por parte del Consejo General de Salubridad.
En nota aparte, se detalla lo
que el equipo del gobierno entrante encontró en la Secretaría del Trabajo,
donde de entrada hay un rezago de cerca de 30 mil demandas laborales.
Es de escándalo lo que se
están encontrando, pero será peor una vez que asuman el gobierno y se
encuentren con la cruda realidad.
Por lo pronto siguen
aflorando las secuelas de la desastrosa administración por todos lados. Ayer,
la Comisión del Deporte del Estado de Sonora sufrió el corte del suministro
eléctrico por parte de la Comisión Federal de Electricidad, como sucede con
cualquier usuario moroso.
Todas las instalaciones del
CUM se quedaron a oscuras, pero también otros complejos como el Ana Gabriela
Guevara y estadios donde se tuvieron que suspender competencias de liga fueron
dejados sin luz.
El frustrado boxeador,
aprendiz de todo y experto sólo en atracos presupuestales a cargo de Codeson,
Vicente Sagrestano, rápidamente acusó al tesorero estatal Mario Cuen, de no
haber entregado los recursos correspondientes desde hace tres meses, lo cual no
se duda que sea cierto, pues el tesorero es hoy por hoy, junto con Campillo y
Roberto Romero, las tres figuras más notables del saqueo y las trácalas del
nuevo sonora, sin descartar a otros, por supuesto.
Lo cierto es que el corte de
energía eléctrica a Codeson es una de las últimas cerezas en el pastel del
cochinero que ha provocado Sagrestano en el deporte sonorense. Por cierto,
bastante ridículo se vio ayer cuando salió por piernas de una audiencia para
desahogar pruebas en un litigio laboral, por la demanda que en su contra
interpuso Héctor Bienvenido, quien fuera director de alto rendimiento,
despedido por Sagrestano y sus arranques hormonales.
El video de dicha audiencia
circuló ayer en redes sociales y allí se aprecia al abogado del Kawahgi región
IV, cubriéndose el rostro con un fólder, y a ambos saliendo a las carreras, sin
declarar sobre el asunto.
Y en más de sorpresas
panistas de último momento en este sexenio que si no fuera tan dramático fuera
bien cómico, trascendió ayer por la noche que Luis Fernando Rodríguez fue
cesado fulminantemente de su cargo como representante del gobierno de Sonora en
el DF.
A Luis Fernando, siempre tan
acomedido, se le ocurrió que era una muy buena idea grabar y difundir un video
en el que aparece otorgándole todo su apoyo al dirigente nacional electo,
Ricardo Anaya y explicando que la derrota electoral del pasado junio tuvo su
origen en la corrupción y los malos gobiernos del PAN, que fueron reprobados
por la ciudadanía.
Al ‘Sardinitas’, como también
se le conoce por aquella lanzada que tuvo cuando fue diputado federal, de
regalar latas de sardinas entre los pobres para promoverse a través de una
asociación civil que lleva su nombre, al parecer no le perdonaron esta nueva
ocurrencia y todo parece indicar que causó baja del padrecismo, donde por lo
visto no era del todo bien visto.
De hecho, cuando apareció el
video de marras, algunos amigos panistas (que los tengo, no se crean que no),
se comunicaron a este espacio para despotricar por el oportunismo del muchacho,
a quien reclaman que su partido le ha dado todo, pero cuando ve que el barco
hace agua, no duda en saltar para colgarse de una nueva liana que le permita
seguir medrando del presupuesto, gozando de buenos cargos sin trabajar.
De confirmarse la especie de
su cese, estamos sin duda en esa etapa de ajustes de cuentas entre los
padrecistas, que frente al inesperado (por ellos) desenlace de la elección de
junio, se están dando con todo y más duro se darán en los días que vienen.
Porque hay muchos que
necesitan una cachetada para que hablen, pero como mil para que se callen.
Y como diría Cantinflas: ahí
está el detalle.
(DOSSIER POLITICO/ ARTURO SOTO MUNGUÍA/
2015-08-20)
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