viernes, 31 de julio de 2015

OPERATIVIDAD Y REDES ALREDEDOR DE LOS TÚNELES


Una vez que la droga cruza la frontera a través de los narcotúneles, los cárteles utilizan un sistema de personas y negocios para distribuir los enervantes en la Unión Americana. Las redes están conformadas por empresas en Oregón que prestan sus camiones de carga, negocios usados como fachada para ocultar bodegas con droga, y personas contratadas como arrendatarios, choferes y escoltas

Agentes federales dedicados a la investigación de narcotúneles, han distinguido un par de prácticas de los cárteles de la droga desde Estados Unidos para ocultar los puntos de salida y distribución de la droga enviada vía subterránea de México.

“Rentan bodegas en Estados Unidos, meses antes o durante la primera etapa de construcción de los narcotúneles en México. Intentan esconder lo que hay al interior de las bodegas. Tienen personas dentro y fuera (de los inmuebles) para que parezca que hay actividad legal y así reducir las sospechas que podrían despertar en negocios cercanos”, detalló un agente especial del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en relación al hallazgo de dos narcotúneles en abril de 2014.

Como resultado de este operativo, fueron arrestados Glennys Rodríguez y Gilberto Quezada Madrid. Ambos contratados por narcotraficantes para manejar las operaciones del túnel del lado norteamericano.

En el caso, desde octubre de 2013, agentes estadounidenses obtuvieron información de “actividad sospechosa” en la bodega ubicada en el número 10145 de la calle Vía de la Amistad en San Diego, California, a unos metros de la frontera con Tijuana.

En la bodega había dos espacios, correspondientes a los locales 4 y 14, rentados en mayo de 2013 a nombre de Ignacio Ituarte, pareja de Glennys Rodríguez, una mujer de 73 años residente de Chula Vista, California y propietaria de “G&R Services”, una compañía dedicada a servicios migratorios.

Rodríguez había sido contactada por un cliente en Tijuana para que rentara esta bodega en específico. Una vez en la Corte, acusada de conspiración por lavado de dinero, la mujer admitió saber que el lugar era utilizado para fines ilícitos y recibir mil 719 dólares en efectivo al mes para pagar la renta del inmueble.

Sin embargo, en el contrato de arrendamiento, Rodríguez colocó el nombre de Ignacio Ituarte, su novio, quien estaba en vías de abrir un negocio. La mujer incluso le entregó 10 mil dólares a efectivo y le ofreció la bodega para que ahí se estableciera hasta que en marzo de 2014, le pidió las llaves del local y le informó que retiraría su nombre de los contratos.

Conforme los agentes avanzaron en sus investigaciones, entrevistaron al velador de la bodega, quien había sido contratado en enero de 2014 y les explicó “le pagaban por cuidar la bodega y hacer parecer que había un negocio legítimo en ella”.

Aunque no fue hallada droga en el inmueble, los oficiales encontraron la entrada a un sofisticado túnel con sistema de ventilación, iluminación y sistema de rieles de más de 500 metros de largo.

Del lado mexicano, el narcotúnel iniciaba en el inmueble Mini Bodegas de la Frontera en la avenida López Portillo Oriente y Poniente, a unos metros de la garita de Otay en Tijuana.

En una primera audiencia, realizada en abril de 2014, Rodríguez negó estar involucrada en el trasiego de droga y quedó en libertad bajo fianza de 75 mil dólares. Sin embargo, el 11 de diciembre de 2014, la mujer se declaró culpable del delito de conspiración para lavado de dinero y fue sentenciada a cinco años de libertad condicional, además se le fijó una multa de mil 500 dólares.

Mientras que Gilberto Quezada Madrid, también arrestado en conexión a este narcotúnel, se declaró culpable del cargo de uso de un túnel transfronterizo, el 10 de septiembre de 2014. El joven de 27 años, admitió haber sido contratado para fingir administrar una empresa dedicada a la exportación de mercancía como juguetes y televisiones que sirviera para encubrir el uso del pasadizo subterráneo.

El 27 de mayo de 2015 fue sentenciado a 413 días de prisión, tiempo que había permanecido recluido desde su arresto, por lo que fue puesto en libertad.

EN CONVOY TRASLADABAN DROGA DEL CÁRTEL DE SINALOA

El 30 de octubre de 2013, autoridades estadounidenses localizaron un túnel del Cártel de Sinaloa que iniciaba en un inmueble en las inmediaciones del aeropuerto de Tijuana hasta llegar a la zona industrial de San Diego.

Seis hombres involucrados en la construcción y supervisión del pasadizo, así como en las tareas de logística y de traslado de droga, fueron arrestados de lado estadounidense.

José Gabriel Orendain, de 56 años de edad, fue identificado como el jefe del grupo. Como supervisor del túnel en San Diego, estaba encargado de construir el punto de salida del pasadizo subterráneo en el piso de una bodega ubicada en el número 9136 de la avenida Siempre Viva en San Diego, California.

Autoridades federales documentaron cómo entre agosto y septiembre de 2013, Orendain compró diversos artículos como cuatro roto-martillos para la construcción del túnel.

El hombre cruzó la frontera de Tijuana a San Diego a bordo de su camioneta GMC, en compañía de otro hombre identificado como Julián Velázquez, en los días previos al hallazgo del narcotúnel y se encontraba en las inmediaciones de la bodega para supervisar que la droga fuese colocada en camiones de carga y llevada a un segundo domicilio en San Diego.

Entre el 25 y 29 de octubre de 2013, la actividad en la bodega de lado estadounidense comenzó a incrementar. Cajas de cartón envueltas en plástico eran trasladadas en montacargas desde la bodega hasta dos camiones de carga, los cuales eran conducidos hasta una segunda ubicación en la calle Brandywine en Chula Vista, California, escoltados por otros vehículos.

Uno de estos camiones de carga fue detenido por la policía de Chula Vista, el 26 de octubre, debido a que el chófer cometió una falta de tránsito. En el interior del vehículo, fueron encontradas casi tres toneladas de mariguana.

Dos días después, el 28 de octubre, un automóvil Nissan Sentra fue visto frente a la bodega. Ese mismo día, llegó un camión de carga perteneciente a la empresa “AEM Transporte” a continuar con los traslados de cargamento.

La compañía ubicada en Aurora, Oregón está dedicada al arrendamiento de camiones de carga y su presidente es Eduardo Hernández, quien de acuerdo a registros de la autoridad estadounidense, cruzó la frontera de Tijuana-San Diego en compañía de Julián Velázquez, cómplice de Orendain en el vehículo de este último.

El 29 de octubre de 2013, agentes observaron nuevamente el vehículo Nissan Sentra en las cercanías de la bodega. Ese día en lugar de cajas de mercancía, maletas eran sacadas de la bodega y colocadas en el camión de carga.

José Arturo Mendoza se encargó de conducir el camión, seguido de Peña Osuna a bordo del automóvil Nissan Sentra blanco. Minutos después, Mendoza fue detenido por la policía en el área de Otay Mesa y al interior del vehículo, localizaron seis maletas con aproximadamente 150 kilos de cocaína.

Al día siguiente, el 30 de octubre de 2013, los agentes federales continuaron las tareas de vigilancia en la bodega ubicada en la calle Siempre Viva y observaron un tercer camión que estaba siendo cargado y llevado a la bodega ubicada en la calle Brandywine, la misma ruta de los vehículos hallados con droga en los días anteriores.

Román Ramos Romero, el conductor de este último camión de carga, fue detenido cuando se hallaron 2.8 toneladas de mariguana en el vehículo.

Como resultado, los agentes federales catearon las dos bodegas. En la ubicada en la calle Siempre Viva, el punto de salida del narcotúnel, fueron encontrados 997 kilogramos de mariguana, mientras que en el inmueble de la calle Brandywine, utilizada como punto de distribución, fueron incautadas 1.2 toneladas de mariguana.

Los cuatro hombres enfrentaron procesos judiciales en la Corte Federal de San Diego, California.

Mientras Orendain salió libre el 9 de julio de 2015 tras cumplir su sentencia, sus tres cómplices siguen en prisión.

José Arturo Mendoza y Román Ramos Romero cumplen una condena de 36 meses de prisión y José Peña Osuna fue sentenciado a 70 meses de prisión, tras declararse culpables de los delitos de conspiración para distribuir cocaína y mariguana, posesión de cocaína y mariguana.

Por el mismo caso, continúan abiertos los procesos de Steve Sigala y Christopher Velázquez, quienes actuaron como escoltas de la droga transportada en los camiones de carga.

Sigala se dio a la fuga cuando fue detenido el primer camión con droga por la policía en San Diego, el 26 de octubre de 2013. Formado en el convoy de carros para escoltar el cargamento, se alejó de área cuando notó que la policía detuvo a su compañero.

Al cruzar la garita el 24 de febrero de 2014, Sigala fue cuestionado por agentes federales de Estados Unidos y admitió no solamente haber conducido el vehículo, sino haber asistido en las tareas de carga y descarga de paquetes que identificó como “mota”.

Su conexión con la red era Juan Peña Osuna “Shaguin”. El proceso contra Sigala continúa abierto en Estados Unidos y ha recibido dos permisos para cruzar a México. El primero el 10 de julio de 2014 para asistir a una boda familiar y acudir a citas médicas y dentales.

El 13 de marzo de 2015, la Corte federal le permitió vivir en México durante el tiempo que continué el proceso.

Mientras que Christopher Velázquez, detenido por conducir el camión de carga con casi tres toneladas de mariguana decomisadas el 26 de octubre, explicó que un amigo identificado como “Julio”, a quien conoció en Tijuana, le ofreció 200 dólares por manejar el vehículo.

Velázquez permitió que la policía revisara el camión de carga, donde fueron hallados 223 paquetes de mariguana con un peso total de 2.7 toneladas.
Detrás de la organización de esta red de distribución de mariguana y cocaína, la Fiscalía Federal del Sur de California, identificó al Cártel de Sinaloa.

(SEMANARIO ZETA/  REPORTAJEZ/Inés García Ramos /   27 de Julio del 2015 a las 12:00:15)


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