Una de las
principales fuentes de riqueza de los empresarios que se acercan al poder es la
concesión de obra pública, estatal o federal. Si esos hombres de negocios están
emparentados con los políticos del más alto nivel, o pertenecen a su clan, sus
ganancias están aseguradas. Algunos de ellos se despachan a su gusto explotando
incluso el ahorro de los trabajadores mexicanos… Esto ocurre con los cuñados
del expresidente Carlos Salinas, enriquecidos hasta niveles alucinantes en el
gobierno de Enrique Peña Nieto.
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Con el gobierno de Enrique Peña Nieto, la familia política del
expresidente Carlos Salinas de Gortari está en Jauja: los hermanos de su
esposa, Ana Paula Gerard Rivero, están detrás de un complejo tinglado de
empresas nacionales y extranjeras beneficiarias de multimillonarios contratos
de obra, y ya están listos para obtener dividendos de los nuevos negocios de
exploración y producción en el sector petrolero.
Hipólito Gerard
Rivero, con su empresa Constructora y Edificadora GIA+A, tiene contratos de
obra y concesiones carreteras y hospitalarias; su hermano Jerónimo Marcos está
al frente de otra empresa que administra fideicomisos para fondear, entre otros
polémicos contratistas, al tamaulipeco Juan Armando Hinojosa Cantú, constructor
y financiero de la Casa Blanca, presunta propiedad de Angélica Rivera, esposa
de Peña Nieto.
Los recursos
obtenidos por Jerónimo Gerard y transferidos a empresas como la de Hinojosa
Cantú no son propios. Provienen de los fondos de ahorro para el retiro
(afores). Esto es: el gobierno les asigna negocios con ganancias seguras y sin
riesgo, que se realizan con dinero “prestado” del ahorro de los trabajadores
mexicanos.
La empresa dirigida
por Jerónimo Gerard se llama Infraestructura Institucional (I2 o ICuadrada). Es
una administradora de fideicomisos integrados con recursos obtenidos de Banamex
en calidad de fiduciario, utilizados para inyectar fondos a diferentes
proyectos de obra, entre los cuales destacan el Hospital Regional de Alta
Especialidad de Zumpango y la autopista Toluca-Naucalpan, ambos concesionados a
Hinojosa Cantú.
No sólo son
negocios. Los familiares del expresidente Salinas tienen presencia en el
gabinete: es el caso de su sobrina Claudia Ruiz Massieu Salinas, secretaria de
Turismo, o el de su concuño, José Antonio González Anaya (casado con Gabriela,
otra de las hermanas Gerard), director del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), entidad con la que Acciona, empresa donde tiene participación Jerónimo
Gerard, obtuvo un contrato por 623 millones de pesos (mdp).
Hipólito Gerard es
presidente y director general de Constructora y Edificadora GIA+A, empresa que
iría en asociación con Constructora Teya, propiedad de Hinojosa Cantú –quien
suma alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de obra pública este
sexenio (Proceso 2002)–, en la cancelada licitación para la construcción del
tren México-Querétaro.
Ambas empresas eran
integrantes del consorcio que pretendía licitar para obras en el nuevo
aeropuerto internacional de la Ciudad de México, aunque finalmente la
asociación se desintegró en enero pasado.
Con su constructora,
desde 2010 Hipólito Gerard suma ya cerca de 10 mil millones de pesos en
contratos. Entre estos destaca la concesión del Hospital Regional de Alta
Especialidad de Ixtapaluca, en el Estado de México que, junto con el ya
mencionado de Zumpango, concesionado a Hinojosa Cantú, son los dos principales
desarrollos hospitalarios en la entidad ejecutados este sexenio.
Ahora GIA+A tiene
asignada la concesión del Hospital Regional de Mazatlán (operación que está en
suspenso por la oposición legislativa local), así como la remodelación de un
parque temático en Culiacán, que le asignó el gobierno de Sinaloa (Proceso
1990).
(Fragmento
del reportaje que se publica en la revista Proceso 2014, ya en circulación)
(PROCESO/
REPORTAJE ESPECIAL/ ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA/ 6 DE JUNIO DE 2015)
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