La información es escueta y
contradictoria, porque esconde la verdad. Por un lado, el comisionado nacional
de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, dice que el enfrentamiento del viernes
pasado en el rancho El Sol, en Tanhuato, Michoacán, se derivó de una denuncia
por un predio que presuntamente había sido invadido por miembros de un cártel.
Por el otro, el comisionado
general de la Policía Federal, Enrique Galindo, afirma que se dio durante una
operación de inteligencia. Las dos explicaciones del choque con fuerzas
federales, que dejó un saldo de 43 presuntos delincuentes muertos y un policía
federal asesinado, son distintas en su origen y excluyentes, pero son la
historia oficial del operativo porque la secreta es que se trató de una acción
para atrapar a Nemesio Oseguera Cervantes, apodado “El Mencho”, el jefe del
Cártel Jalisco Nueva Generación.
Fuentes federales aseguran
que no hubo ninguna denuncia de invasión del predio y que iban tras Oseguera
Cervantes, como parte de un operativo diseñado después de ver fotografías
aéreas que mostraban una concentración de vehículos en el rancho “El Sol”, que
confirmaban, según sus reportes de inteligencia, que se escondía en ese lugar.
Las fotografías forman parte
de una investigación de la PGR que se inicia el 1 de mayo, luego de que una
unidad de élite del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Alto Mando del Ejército,
fue derrotado por comandos del narcotráfico en Villa Purificación, durante un
operativo fallido para capturar a “El Mencho”.
Oficialmente no se confirma nada
del objetivo central de ese operativo. Lo más que se admite, de acuerdo con el
comisionado Galindo, es que el grupo que fue abatido en el rancho El Sol estaba
“conectado” con la célula que repelió la operación contra “El Mencho” hace casi
un mes en el sur de Jalisco, y causó la muerte de ocho militares y una policía
federal.
Hay hermetismo en el Gobierno
federal sobre esta operación a la que llegaron, aparentemente, cuando “El
Mencho” ya no estaba en el lugar.
La operación, de acuerdo con
todas las reconstrucciones de los hechos el viernes pasado, iba a ser
sorpresiva. Comenzó poco después de las 8:30 de la mañana, cuando un convoy de
ocho unidades con 41 policías federales pasó por Tinaja de Vargas, una
comunidad de menos de 700 pobladores contigua al rancho El Sol, donde la
mayoría de sus residentes pertenecen a familias de sicarios, y por donde es
imposible cruzar sin tener problemas.
Ese rancho figura en los
anales de la lucha contra el crimen organizado desde 2005, cuando fuerzas
federales desmantelaron una base de operaciones que tenían Los Zetas en
Michoacán, que en ese entonces disputaban la plaza con el Cártel del Milenio,
de los hermanos Valencia, que evolucionó en el Cártel Jalisco Nueva Generación.
En Tinaja de Vargas, de
acuerdo con la reconstrucción, se toparon con una camioneta Toyota –no se
especificó el modelo–, que llamó la atención de los policías federales porque
llevaban armas largas. La persecución comenzó en ese instante, aunque por el
peso de cuatro de las unidades federales, que estaban blindadas, no pudieron
alcanzar una velocidad superior a los 80 kilómetros por hora.
La Toyota huyó hacia el
rancho, a unos tres minutos, y ese encuentro eliminó el factor sorpresa. No se
sabe aún si en esos momentos “El Mencho” se encontraba en el rancho, aunque la
probabilidad de que se hubiera ido es alta.
Cuando entraron los policías
federales al rancho encontraron resistencia. En los primeros minutos de la
balacera que comenzó en la zona boscosa de la propiedad –la distancia entre la
puerta y las casas y la bodega es de aproximadamente 800 metros–, cayó muerto
un policía, al que le perforó el chaleco antibalas un AK–47. El primer
enfrentamiento duró aproximadamente una hora, mientras esperaban la llegada de
refuerzos. Los combates se sucedieron en distintos puntos del rancho,
aparentemente con los presuntos delincuentes desperdigados, que fueron cayendo
progresivamente.
No hay evidencia alguna de
que presentaran un contraataque organizado, como resultado de la sorpresa, ni
hay todavía una explicación del porqué quienes huyeron en la Toyota no
informaron por radio que los habían descubierto y estaban siendo perseguidos,
ni tampoco se han mostrado fotografías de ese vehículo.
Algunos de los abatidos no
tenían armas cerca del lugar donde murieron, aunque de acuerdo con Rubido, los
42 que ahí perecieron dieron positivo las pruebas de radizonato y sodio y
Walker, que mostró pólvora en sus manos. Tampoco está claro cuánto duraron los
enfrentamientos, porque hubo unidades de la Policía Federal que se desplazaron
desde Morelia, a unas dos horas y media de Tanhuato.
Entre los refuerzos llegó un
helicóptero artillado BlackHawk de la Policía Federal, de una de las bases en
el vecino Jalisco. Según Galindo, desde la bodega junto a la casa principal del
rancho le comenzaron a disparar con un fusil de alta potencia, el Barrett M82.
Un lanzagranadas que tenían entre su armamento, similar al que utilizó la
guardia de “El Mencho” para derribar el helicóptero militar en Villa
Purificación, nunca pudo ser armado para poder utilizarse.
El operativo para capturar a
“El Mencho” falló porque llegó tarde, porque pese a perder el factor sorpresa,
tomó a todos en el rancho desprevenidos. La conclusión es que la inteligencia
que recopiló la PGR resultó obsoleta, y “El Mencho” sigue a salto de mata.
(ZOCALO/ COLUMNA
ESTRICTAMENTE PERSONAL DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 27 DE MAYO 2015)
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