Después de la
captura de Víctor Barraza Martínez “El Víctor” o “El Vidal”, y de Juan Antonio
Martínez Rosas “El Furby”, y el destierro de Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El
Grande”, el Grupo de Coordinación de Seguridad Pública del Estado tiene en la
mira a Raúl Castillo de la Rosa, responsable de la ola de asesinatos de 2015
Como todos los días,
el joven Fabián salió rumbo a la escuela -a eso de las siete de la mañana- el
martes 13 de enero de 2015, de su casa localizada en Callejón de Acceso entre
Manuel Torres Iglesias y Regidores, en la colonia Lázaro Cárdenas de La Paz.
El adolecente de 14
años caminaba por una calle de tierra, cuando al pasar a un costado de un viejo
pick-up, cargado de basura y ramas, observó a lo lejos una “bola” que estaba en
la parte trasera de la unidad, tirada sobre el piso y enfrente de una vivienda
de color café y franjas rojas.
“Era una cabeza
humana”, relató a su madre vía celular y, de inmediato, el menor salió
corriendo de la escena del crimen para pedir auxilio a una señora que se cruzó
en su camino, cerca de la Escuela Primaria “Emma Isabel Osuna Mancillas”.
La madre de Fabián
dio aviso a las autoridades, hasta donde llegaron oficiales de la Policía
Municipal de La Paz, Policía Ministerial del Estado, Policía Estatal Preventiva,
Ejército Mexicano, Secretaría de Marina y Gendarmería.
En el lugar, la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) encontró una cabeza humana
bañada en sangre y un cartel de color blanco con letra negra y dos
narcomensajes:
“Síganme mandando
madrinas hijos de su puta madre”, describía en la parte de enfrente, y en la
posterior: “Hay (sic) te lo regalo Saulito síguele con tus mamadas pues. Atte
C.D.S”, y la figura de un murciélago.
Pero ese sangriento
hallazgo fue el segundo de ese día. El primero ocurrió alrededor de las 3:30
am, cuando se reportaron disparos de arma de fuego en el cruce de las calles
Tuparam y Valentín Gómez Farías, en la colonia Los Cácaros de La Paz.
Los primeros en
llegar fueron agentes de la Policía Municipal de La Paz, quienes encontraron cinco cartuchos
percutidos por disparo de arma de fuego calibre 9 milímetros, y a un costado,
una hielera tapada de color blanco con la leyenda Oxxo y dos bolsas de basura
de color negro.
En el interior, y
según el parte de la Dirección de Servicios Periciales de la PGJE, apareció lo
siguiente:
- Dos manos, dos muñecas encintadas y dos antebrazos,
izquierdo y derecho en la hielera.
- Pierna derecha e izquierda desde las rodillas hasta
los pies, en una de las dos bolsas negras.
- Un pantalón de mezclilla, ropa, un rollo de cinta
canela y cajetillas de cigarros en el interior de la segunda bolsa.
Después del segundo
evento criminal, hubo un tercero, cuando alrededor de las 11:00 am, apareció la
última pieza del cuerpo encontrado en los anteriores hallazgos, consistente en
el tronco, desde el cuello hasta las rodillas y los brazos.
Los asesinos
colocaron los restos humanos en el interior de una cobija de color café
completamente encintada y envuelta, en una segunda capa, de unas cortinas o
sábanas de color amarillo con blanco, y en la parte frontal, un cartel de color
blanco con letras negras y la leyenda “Ahí te lo regalo Parra. Atte. C.D.S”, y
el dibujo de un murciélago.
Los restos humanos
fueron colocados en la caja de un pick-up Ford F-150 color rojo, cuatro
puertas, rines cromados, vidrios polarizados y placas de circulación CE-969-29,
estacionado fuera de un domicilio en la calle de Chichonal, entre San Martín y
San Miguel, en la populosa colonia Santa Fe de La Paz.
Después de recolectar
los restos del cuerpo, esparcidos en tres puntos de la ciudad de La Paz, el
dictamen de la necropsia arrojó que la víctima, de 35 años, fue asesinada con
un arma blanca, y posteriormente, destazada con un machete por sus victimarios.
En vida, llevaba por
nombre Juan Carlos Bareño Avilés “El Juanillo”, ampliamente conocido en el bajo
mundo por su historial delictivo en robos, asaltos y venta de droga, y resultó
ser hijo de la fallecida lideresa de colonias del Partido Revolucionario
Institucional, conocida popularmente como “Pancha Avilés”.
LAS INVESTIGACIONES
Los agentes de
investigación de la PGJE tienen como principal hipótesis que el caso del
descuartizado está vinculado al trabajo de inteligencia de la Unidad de
Investigación de la Policía Estatal Preventiva (PEP).
Y es que, según las
primeras investigaciones, la corporación pretendía ubicar y dar con el paradero
de Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”, en el marco del trabajo de inteligencia
y estrategias implementadas dentro del llamado Grupo de Coordinación de
Seguridad Pública de Baja California Sur.
Agentes de
investigación habrían enviado a “El Juanillo” a ubicar a “El Cochi”, quien
aparentemente fue descubierto, por eso, cuando lo mataron y lo destazaron,
parte de sus restos fueron colocados afuera de los domicilios particulares de
oficiales de la PEP, algunos de los cuales -según algunas investigaciones
federales y militares- tenían vínculos criminales con el cabecilla de las
Fuerzas Especiales de Dámaso, Édgar Amílcar Acosta Reyes “El Rayo”.
El tronco del cuerpo
de “El Juanillo” fue colocado en una camioneta propiedad del agente y ex
escolta del gobernador Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, Miguel Alberto
Ayala Peña “El Zorro”, uno de los recomendados del ex coordinador de Giras del
mandatario, Irineo Martínez Ordaz, cuyo
mensaje iba dirigido a otro oficial de la PEP, de nombre Luis Francisco Pérez
Parra, conocido como “El Parra”, alfil de Luis Alberto López López, otro de los
hombres de confianza de Irineo.
En el último mapa
delictivo elaborado por autoridades federales y militares, Raúl Castillo de la
Rosa “El Cochi”, de 35 años, aparece dentro de las Fuerzas Especiales de
Dámaso, como el nuevo responsable de logística en los últimos ataques armados
perpetrados en Los Cabos y La Paz, después de la captura de Juan Antonio
Martínez Rosas “El Furby”, ocurrida la noche del 22 de diciembre de 2014 en una
casa de seguridad de la calle Terranova Sur, Fraccionamiento Terranova, al sur
de la ciudad de La Paz.
Para los
investigadores federales y militares, “El Cochi”, es pieza clave dentro de la
estructura criminal comandada por el jefe de sicarios de “Los Dámaso” en Baja
California Sur, “El Rayo”, quien abrió, trazó y delimitó las rutas de
escape cuando dos narcomenudistas fueron atacados y ejecutados en Los Cabos, y
tres más en La Paz, a partir del 9 de enero de 2015 y hasta el cierre de esta
edición.
Según los
investigadores, el sicario es visto como un “desalmado” y es “extremadamente
violento”, por encima de Víctor Barraza Martínez “El Víctor” o “El Vidal”, Juan
Antonio Martínez Rosas “El Furby”, y Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El Grande”.
Los ataques
En la pelea por el
control de la plaza del narcomenudeo entre células de Dámaso López Núñez “El
Licenciado” e Ismael “El Mayo” Zambada, y según las primeras investigaciones de
la PGJE, los ataques armados fueron dirigidos por “El Cochi” e hicieron blanco
en las siguientes víctimas:
- La noche del 9 de enero fue ejecutado el
narcomenudista Fabricio Cota Rosas, en la calle Paseo de Cabo San Lucas y el
entronque con Carretera Transpeninsular, a la altura del Kilómetro 121 + 500
del tramo carretero de Cabo San Lucas a Todos Santos.
La víctima viajaba a bordo de una motocicleta Yamaha
de color azul cuando -en base a investigaciones de la PGJE- repentinamente fue
atacado a tiros, recibiendo 13 disparos de bala calibre 7.62 x 39 milímetros,
utilizados por rifles de asalto AK-47.
De acuerdo a los indicios encontrados en la escena del
crimen, los criminales dispararon en tres ocasiones contra la víctima, primero
seis veces, después cinco y, finalmente, tres más.
- La madrugada del 10 de enero fue asesinado el
narcomenudista Andrés Enrique Echeverría Franco, cuando circulaba por la calle
Hojazen esquina Avenida Los Cabos, Fraccionamiento Hojazen en Cabo San Lucas.
Viajaba a bordo de una motocicleta Yamaha color azul
con blanco, y recibió seis impactos de bala calibre 7.62 x 39 milímetros
disparadas por un rifle de asalto AK-47. Los agresores huyeron.
- La tarde del 10 de enero fue ejecutado el
narcomenudista Anacleto Sáenz Alarcón “El Cleto”, mientras circulaba acompañado
de su pareja sentimental María Neyeli Cota Serna sobre el Libramiento Daniel
Roldán Zimbrón, entre Avenida Las Garzas y Carretera al Norte, en la ciudad de
La Paz.
El occiso -con
antecedentes penales por el delito de posesión de enervantes en diciembre de 2008-
viajaba a bordo de una camioneta Nissan Pathfinder color verde sin placas de
circulación, cuando un automóvil le dio alcance y uno de los tripulantes sacó
una pistola 9 milímetros para dispararle, quedando muerto. Su pareja, de 29
años de edad, resultó herida en la mano derecha.
En la escena del
crimen, la PGJE levantó 8 cartuchos percutidos calibre 9 milímetros y 4
fragmentos de ojiva, dos balas y dos teléfonos celulares.
4.- La tarde del
pasado 13 de enero fue ejecutado el narcomenudista Jorge Sánchez Alarcón “El
Niño”, cuando se encontraba dentro de un domicilio particular en las calles de
República y Cabildo en la colonia Loma Linda de La Paz.
Los dos sicarios
–según testigos—se bajaron de un automóvil e ingresaron a una vivienda, y
quienes comenzaron a disparar en contra de la victima, y donde la pareja
sentimental de la victima trató de impedir el ataque y fue agredida a cachazos
en la cabeza, saliendo lesionada María Concepción Quintanilla Herrera.
La PGJE encontró un
cartucho útil 9 milímetros, un casquillo percutido, un teléfono celular y una
bolsa con marihuana.
- Al cierre de esta
edición, la tarde del miércoles 14 de enero, otro nuevo ataque armado sacudió
la ciudad de La Paz. Esta vez los sicarios atacaron a los tripulantes de un
automóvil Chevrolet Cobalt LS color rojo, dos puertas, placas de circulación
470-PMY-2, cuando estaban estacionados afuera del Casino Central que se
localiza entre los bulevares Luis Donaldo Colosio, Forjadores y La Paz, en el
fraccionamiento Bellavista de La Paz.
En plena tarde,
cuando mucha gente circulaba por la zona, los criminales dispararon en siete
ocasiones en contra de los narcomenudistas Daniel Iván Espinoza Cota y Gonzalo
Fimbres Valenzuela, quedando muerto arriba del carro el primero de ellos; el
segundo resultó herido.
En la escena del
crimen, peritos de la PGJE, encontraron siete cartuchos percutidos calibre 9
milímetros, dos balas deformadas, y dentro del vehículo de las víctimas, un
teléfono celular, ocho grapas de cocaína y 640 pesos en efectivo.
Al cierre de esta
edición, la Procuraduría estatal reportó fuera de peligro al herido en brazo,
muñeca, muslo, pantorrilla izquierda y rodilla derecha, después de haber sido
internado en el Hospital General “Juan María de Salvatierra” de La Paz.
Los detenidos
Después de los
primeros ataques armados de 2015, la PGJE inició las investigaciones sobre la
autoría de las dos ejecuciones en Los Cabos.
La preocupación de
que la ola de violencia pudiera extenderse hacia ese destino turístico, terminó
rápidamente con la captura de Enrique Hernández Cardoza “El Borrego” durante
una revisión en el filtro carretera de Cabo San Lucas a Todos Santos, en posición de las siguientes armas:
- Un rifle de asalto AK-47, calibre 7.62 x 39
milímetros.
- Una pistola escuela calibre 9 milímetros.
- Cuatro cargadores abastecidos calibre 7.62 x 39
milímetros.
- 97 cartuchos útiles calibre 7.62 x 39 milímetros.
- Un cargador abastecido calibre 9 milímetros con 10
cartuchos útiles.
El delincuente traía
consigo mil 890 dosis de cristal y viajaba a bordo de un vehículo Toyota
Corolla modelo 1999.
Después de haber
sido detenido, “El Borrego” admitió ser parte del equipo criminal de Víctor
Barraza Martínez “El Vidal” o “El Víctor”, y antes de ser detenido, éste “había
dado órdenes de organizar a la gente para pelear la plaza del narcomenudeo de
Los Cabos”, en manos de Javier Acosta López o Javier López Rivera “El Javier” o
“El Javy”.
Hernández Cardoza
confesó estar trabajando en la logística y abastecimiento de armas y vehículos
para las Fuerzas Especiales de Dámaso, quienes disponían de entre cinco y seis
casas de seguridad en San José del Cabo y Cabo San Lucas.
Durante el
interrogatorio, “El Borrego” ofreció nombres de los responsables de los
crímenes de Los Cabos, y entre otros, participaron Luis Barraza Martínez,
hermano de “El Víctor” o “El Vidal”, y un sujeto identificado como “El Toro
Medina”, quienes ya son buscados por el Grupo de Coordinación de Seguridad
Pública del Estado.
Sin necesidad de
presionarlo, dio santo y seña de sus características físicas, así como de sus
pistoleros y los principales lugares donde operan, y los planes para apoderarse
de la plaza de Los Cabos.
Desde el momento de
su captura, “El Borrego” es defendido por el abogado Rubén López Guerrero,
ampliamente conocido por defender a narcomenudistas y apodado “El Abogado del
Diablo”.
Según datos
recabados por Investigaciones ZETA, Enrique Hernández Cardoza “El Borrego” está
firmando en un Juzgado federal, después de haber sido detenido en posesión de
droga, en un operativo del Centro de Operaciones Estratégicas (COE) en Cabo San
Lucas.
Según un parte
informativo del 23 de junio de 2013, el delincuente ya había sido detenido en
posesión de 20 grapas de cristal y 90 pastillas psicotrópicas, cuando viajaba a
bordo de un pick-up e intentó pasar el filtro de revisión de la Carretera
Transpeninsular de Cabo San Lucas a Todos Santos.
Los oficiales de la
Policía Ministerial ordenaron que descendiera de la unidad y se negó, por lo
que intentó darse a la fuga y, al ser bajado del vehículo, trató de agredir a
golpes a los captores.
Sin embargo, fue
sometido y revisado, encontrando en la bolsa de su pantalón la droga. Fue
detenido y consignado a la Agencia del Ministerio Público de la Federación de
la Procuraduría General de la República, pero sospechosamente, salió casi de
inmediato.
Pero apenas había
terminado de cantar “El Borrego”, la Secretaría de Marina capturó el 13 de
enero de 2015 a ocho sicarios al servicio de Luis Antonio Montoya Beltrán “Don
Carlos”, “El Artista” o “El Montoya”, y de Rolando Moreno González “El
Compadrón”.
Los pistoleros del
bando contrario de las Fuerzas Especiales de Dámaso fueron detenidos en una
casa de seguridad de la colonia Vuelo del Águila en Todos Santos, quienes
tenían en su poder tres rifles de asalto AK-47, dos pistolas escuadra calibre
45, una pistola calibre 9 milímetros, 19 cargadores útiles calibre 7.62 x 39
milímetros; tres cargadores útiles para pistola, además de grapas y marihuana.
Los detenidos
durante este operativo fueron:
* José Ortiz Monzón y/o Gustavo Lozoya Portillo, de 30
años de edad, originario de Baridaguato, Sinaloa.
* Irvin Camilo Angulo Soto, de 32, oriundo de
Culiacán, Sinaloa.
* Martín Hernández Ojeda, de 20, nativo de Sonora.
* Víctor Ángel Maldonado Cortés “El Güero Sinaloa”, de
27, nacido en Veracruz.
* Erick Ramírez Ruiz y/o Ramsés Gerardo Hirales
Pimentel, de 25, oriundo de La Paz, Baja California Sur.
* Perla Alejandra Cárdenas Sapiens, de 22, de La Paz,
Baja California Sur.
* Samuel Jáuregui Girón, de 20, nacido en Culiacán,
Sinaloa.
* Dunia Sugely Manríquez Angulo, de 38, de La Paz,
Baja California Sur.
En esta ocasión, los
detenidos no fueron trasladados a la Subprocuraduría Especializada en
Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO). Sin embargo, fueron puestos a
disposición del Agente del Ministerio Público de la Federación de la PGR, quien
determinaría su situación jurídica.
NÚMEROS DE DENUNCIA ANÓNIMA
En estos tiempos
críticos, los tres órdenes de gobierno ponen a disposición de la
ciudadanía los números telefónicos y
correos electrónicos, a efecto de denunciar de manera anónima en torno a
personas extrañas, movimientos sospechosos, identificación de delincuentes o
delitos que puedan estarse cometiendo, para su investigación, y así revertir la
ola de violencia en Baja California Sur.
Es tiempo de
participar y preservar la seguridad, ya que la denuncia anónima protege los
datos de identidad del denunciante.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ BCS/ Investigaciones ZETA/ 20 de Enero del 2015 a las 12:00:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario