En su primer
operativo en La Paz, la SEIDO detuvo a Juan Antonio Martínez Rosas, sucesor de
Víctor Barraza Martínez “El 28”, junto a tres de sus cómplices. Rescatan a
mesero privado de su libertad
En el último mapa
delictivo elaborado por autoridades federales y militares, Juan Antonio
Martínez Rosas “El Furby” aparecía como sucesor de Víctor Barraza Martínez “El
28”, “El Vidal” o “El Víctor”, en el brazo armado de las Fuerzas Especiales de
Dámaso en La Paz.
El ex agente de la
Policía Ministerial del Estado fue detenido la noche del 22 de diciembre de
2014, en el primer operativo encabezado por la Unidad Especializada en
Investigación de Delitos contra la Salud, de la Subprocuraduría Especializada
en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), con el respaldo de la Procuraduría General de Justicia del
Estado (PGJE), Ejército Mexicano y Secretaría de Marina.
Los agentes de
investigación lograron dar con el paradero de “El Furby” en la vivienda marcada
con el número 223 de la calle Terranova Sur, Fraccionamiento Terranova, al sur
de la ciudad de La Paz, después de 16 días de trabajo de inteligencia. Se le
detuvo en compañía de tres de sus cómplices:
* Aarón Aguirre Bueno “El Jockers”.
* Carlos Villegas Ramos.
* Juan Servando Robles Celis.
Además, se logró el
rescate de Alejandro Castro Aguilar y/o Arturo Eleuterio Castro Avilés, mesero
de la discoteca Red XS que había sido privado de su libertad por los
delincuentes.
Los investigadores
federales llegaron hasta el sucesor de “El 28” después de revisar y analizar el
contenido de mensajes y dibujos animados dejados en carteles de cartulina en
las siguientes víctimas de la ola de violencia registrada en La Paz:
* Jorge Molina
Alarcón “El Molina” o “El Guerrero”, Iván Castro Sandoval “El Pelón” y David
Saúl Gutiérrez Nuño, familiar de Óscar Anaya Gutiérrez “El Señor de los
Cerros”, asesinados el 31 de octubre y abandonados completamente desnudos en el
Kilómetro 1+800 del Libramiento Santiago Oceguera.
En medio de los tres
cuerpos, apareció un cartel de color naranja y letra negra con el siguiente
texto: “Queremos Hallowen” (sic), “Jajajaja”, “Danger”, y dibujada una
calavera, una gorra y el dibujo animado de “China Doll”, conocida popularmente
entre los niños como “Gard”.
* Jesús Daniel
Quiroga Pichardo, asesinado el 6 de diciembre, cuyo cuerpo fue abandonado
afuera de un domicilio particular en la colonia La Esperanza II.
A un costado del
cuerpo embolsado, apareció un cartel de color blanco y letra negra con el
siguiente texto: “Ya deja de agarrar dinero, ya sabemos que te lo trae el
comandante Édgar René Meza castro alias El Tomatillo, los dos cómplices de la
delincuencia de René, eres un traidor culero, pero gracias por ponernos al
Helio y al Pikas, aunque eres un traidor nos jugaste chueco pinche doble
bandera te estabas cuajando con el sueldo de los dos bandos y aparte el del
gobierno pinche traidor Att C.D.S”, y enseguida, en la parte superior derecha,
un dibujo de Batman, simulando estar volando.
* Walter Argenis Salazar, asesinado el 16 de diciembre
y arrojado afuera del domicilio particular del oficial de la Policía Estatal
Preventiva, Fidel de Jesús Manzano Avilés.
A un costado del
cuerpo amordazado y vendado de los ojos, apareció un cartel de color blanco con
letras negras: “Ya déjate de mamadas MANZANO, no te enrredes (sic) que crees
que esos marramos te ban (sic) a venir a defender”, y en la parte inferior
derecha, el dibujo animado de un murciélago.
Con esa información,
agentes de investigación de la SEIDO comenzaron a armar el rompecabezas,
partiendo de las sospechas de que detrás de los textos y dibujos animados
podría estar Juan Antonio Martínez
Rosas, por las siguientes razones:
- El ex agente de la
Policía Ministerial del Estado guarda rencor en contra de algunos mandos y
policías, por haber sido cesado en noviembre de 2013, cuando se descubrió que
había auxiliado a su hermano, Joel Martínez Rosas “El Coreano”, en el asesinato
del ex vocero del ex gobernador Narciso Agúndez Montaño, Francisco Antonio
Alcántar López.
El ex policía fue
arraigado y terminó por confesar que había facilitado algunos vehículos en el
crimen del ex director de Comunicación Social del Gobierno del Estado, y
ofreció datos e información que llevaron a la captura de su consanguíneo,
actualmente preso en el CERESO de La Paz. Después de la detención de su
hermano, fue dado de baja y transcendió que estaba operando para los
narcomenudistas de la Zona Sur de La Paz.
- Los mensajes
dejados en casas de policías, donde nadie mejor que “El Furby” sabía y conocía
las direcciones de viviendas particulares de sus antiguos compañeros.
- Como había sido
policía, la mayoría de los agentes de investigación conocían su tipo de letra y
también su afición en el dibujo de comics, sobre todo de murciélagos, vampiros
y del personaje de Batman.
- El apodo de “El
Furby”, derivado del nombre de un juguete de la compañía Hasbro, describía a
plenitud el significado del mote del ex policía relacionado a un personaje
híbrido entre ratón, gato, murciélago y búho.
LA CAPTURA
Después del trabajo
de investigación, y tras confirmar su participación en levantones, torturas y
crímenes, agentes de investigación de la SEIDO empezaron a ubicar a Juan
Antonio Martínez Rosas “El Furby”, descubriendo que tenía una casa de seguridad
en el fraccionamiento Terranova, al sur de La Paz, justamente a espaldas del
hotel Los Delfines.
Los agentes
federales prácticamente establecieron un plantón en la vivienda y solicitaron
la intervención de la PGJE, Ejército Mexicano y Secretaría de Marina, cuando
observaron que “El Furby” y sus secuaces llegaron anocheciendo y bajaron de la
cajuela de un vehículo a una persona que iba maniatada, introduciéndola al
domicilio, portando armas largas y cortas.
Según un agente que
participó en el operativo, la vivienda fue rodeada en cuestión de una hora, con
un despliegue en tres cuadras a la redonda para evitar que los delincuentes
pudieran escapar.
Los agentes de la
SEIDO reventaron la casa y sorprendieron a “El Furby” con tres de sus
cómplices, golpeando y torturando al empleado de la discoteca Red XS, de 23
años de edad, quien -según datos recabados por Investigaciones ZETA-
“recientemente fue detenido en posesión de 200 dosis de cristal, cuando
circulaba a bordo de un automóvil por las calles de Félix Ortega y Manuel
Encinas, en la colonia Centro de La Paz”.
La Subprocuraduría
de Investigaciones Especiales de la PGJE lo detuvo y consignó al Agente del
Ministerio Público de la Federación, como presunto responsable de delitos
contra la salud.
Sin embargo, casi de
inmediato y sospechosamente recuperó su libertad, después fue levantado por el
comando armado de “El Furby”. Los delincuentes tenían en su poder el siguiente
armamento:
* 3 rifles de asalto AK-47.
* 1 rifle de asalto R-15.
* 3 pistolas 9 milímetros.
* 1 pistola calibre 45.
* 16 cargadores: 14 de AK-47 y 2 de R-15.
Los cuatro
delincuentes fueron obligados a tirarse al piso, mientras eran decomisados sus
teléfonos celulares, equipo de cómputo y algunas libretas con apuntes. Al
cierre de esta edición, habían sido trasladados al Centro de Arraigo de la
SEIDO en la Ciudad de México, en medio de un vistoso operativo realizado a las
5:00 am del martes 23 de diciembre.
Una vez detenido y
durante un breve interrogatorio, “El Furby” confesó que tras la detención de
Víctor Barraza Martínez “El 28”, el brazo armado de las Fuerzas Especiales de
Dámaso había sido reestructurado, quedando de la siguiente manera:
Cristóbal Zazueta
Ponce “El Cayetano”, originario de Sinaloa, habría asumido la posición de Abel
Nahúm Quintero Manjarrez y/o Cruz Alonso Lozoya Uriarte “El Grande”, luego de
que el jefe criminal huyera de Baja California Sur, al sentirse acorralado y sobre
todo por una fisura surgida entre él y la gente de “El 28”, a raíz de la
detención de este último.
El delincuente
reveló que “la gente de ‘El 28’, quería asesinar a ‘El Grande’ porque lo
responsabilizan de su captura”, y habría ofrecido su cabeza, a cambio huir del
estado.
El ex agente de la
Policía Ministerial del Estado confesó que él había entrado como sucesor
de “El 28”, también conocido como “El
Víctor” o “El Vidal”, aprehendido el 26 de noviembre en una casa de seguridad
de la colonia Civilizadores de La Paz.
El jefe criminal
confesó que sus tres cómplices tenían escasos días de haber arribado de
Arenitas, Sinaloa, acompañados de otros siete sujetos para reforzar las
acciones bélicas en contra de Rolando González Moreno “El Compadrón” y las
células de Ismael “El Mayo” Zambada.
Durante el
interrogatorio, uno de los detenidos dijo que los diez sicarios habían pasado
por lancha, cruzando el Golfo de California, y por esa misma vía “se había
regresado ‘El Grande’” cuando ellos llegaron a sucederlo. Su lugar había sido
tomado por “El Cayetano”.
LOS ATAQUES
La captura de Juan
Antonio Martínez Rosas “El Furby” sucedió 16 días después de haber reiniciado
la guerra por el control de la plaza del narcomenudeo de la Zona Norte de La
Paz.
Lo que prácticamente
apresuró su detención fue un ataque armado registrado el sábado 20 de
diciembre, cuando un comando armado atacó a un presunto narcomenudista e hirió
a su esposa y su pequeña hija, de tan solo un año y cuatro meses de edad,
mientras circulaban sobre la Avenida Agustín Olachea y la calle Biosca en el
fraccionamiento Las Garzas.
El conductor del
vehículo, de nombre Brayan Amador Castellanos, de 22 años -quien salió ileso-,
relató que a las 8:11 pm se trasladaban a bordo de una camioneta Jeep
Cherokee de color verde, y al momento de
pasar por una gasolinera frente al hotel Oasis, advirtió que un vehículo de
modelo reciente se emparejó rápidamente y uno de los tripulantes sacó una
pistola, comenzando a disparar en su contra.
La víctima alcanzó a
observar la silueta de cuatro sujetos, a quienes no alcanzó a identificar
“porque estaba medio obscuro y fue muy rápido”, si acaso vio las siluetas de
los atacantes después de que huían de la escena del crimen, a bordo de una
camioneta Jeep Patriot blanca.
El conductor aseguró
que cuando volvió la mirada a su familia, observó a su esposa e hija bañadas en
sangre y llorando desconsoladamente, por lo que de inmediato pisó el acelerador
y las llevó al área de urgencias del Hospital Juan María de Salvatierra.
Se estacionó justo
en la entrada del hospital general, auxiliado por enfermeras y médicos de
urgencia, quienes bajaron a las heridas en camilla y las intervinieron
quirúrgicamente, resultando con las siguientes lesiones, según el diagnóstico
del doctor David Josué Torres:
* Blanca Alicia Higuera Ortega, de 17 años, presentó
un impacto de bala en la pierna derecha.
* Brianna Belén Amador Higuera, de un año y cuatro
meses, presentó lesión en costado abdominal tipo quemadura del lado derecho,
con orificio de entrada y salida en brazo derecho.
Mientras las
víctimas eran atendidas en el hospital general, la escena del crimen estaba
repleta de policías y militares, quienes en el marco del operativo “Navidad
Segura”, acudieron después de recibir el reporte de detonaciones de arma de
fuego en ese punto de la ciudad, donde -según informes de la PGJE- se recolectaron dos cartuchos percutidos de
pistola calibre 9 milímetros.
LAS INVESTIGACIONES
Como suele suceder
en este tipo de casos, los sicarios no fueron detenidos al momento del atentado,
pero esta vez, sí plenamente identificados, y al cierre de edición, eran
buscados en un operativo conjunto de la SEIDO, PGJE, Ejército Mexicano y
Secretaría de Marina.
Las primeras
indagatorias arrojan que los pistoleros son los nuevos integrantes de las
Fuerzas Especiales de Dámaso, quienes
habrían entrado al revelo de Abel Nahúm Quintero Manjarrez y/o Cruz Alonso
Lozoya Uriarte “El Grande”.
De acuerdo a un
integrante del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública en el Estado, tras la
detención de “El 28” y el supuesto destierro de “El Grande”, se preveía una
reorganización dentro de las llamadas Fuerzas Especiales de Dámaso, en la lucha
interna dentro del Cártel de Sinaloa que sostienen Dámaso López Núñez “El
Licenciado” e Ismael “El Mayo” Zambada, a través de Ranulfo López Portillo “La
Muñeca” y Rolando González Moreno “El Compadrón” por el control de la plaza del
narcomenudeo de la llamada Zona Norte de La Paz.
En esta guerra
-según el miembro del grupo interinstitucional-, Ranulfo López Portillo “La
Muñeca” está siendo respaldado con hombres, armas y vehículos por parte de los
responsables de la plaza del narcomenudeo de la llamada Zona Sur, encabezado
por Alejandro Sánchez Trejo “El Peinado”, “El Frank” o “El Frane”; José
Fernando Torres Montenegro y/o José Francisco Ojeda Torres “El Pepillo” o “El
Pepito”; y Édgar Amílcar Acosta Reyes “El Rayo”, este último, responsable del
brazo armado de las Fuerzas Especiales de Dámaso.
No obstante, del
respaldo del grupo criminal de la Zona Sur, y según el integrante del Grupo de
Coordinación de Seguridad Pública, los sicarios cometieron algunos errores que
pusieron en evidencia la falta de guía o conocimiento de la zona, y sobre todo
precisión de los matones, lo que en su opinión, puede ser mucho más peligroso
para la sociedad civil por lo siguiente:
1.- El 18 de
diciembre, un comando armado levantó a un ciudadano de nombre Gabriel Nieto
Alameda, originario de Guasave, Sinaloa, y después de dos días de haber estado
privado de su libertad fue liberado, porque -según explicación de los propios
sicarios- se habían “equivocado de persona”.
La víctima de 23
años fue rescatada después de que los propios victimarios reportaron vía C-4 la
presencia de una persona amarrada de pies y manos rumbo al camino Las Cruces,
por el Libramiento Santiago Oceguera en La Paz.
2.- En la misma
fecha, pero por la noche, se registró el ataque armado al narcomenudista Brayan
Castellano Amador, originario de Guadalajara, Jalisco, y presunto mecánico.
Resultaron heridas su esposa e hija.
Después de cometer
esos “errores”, los sicarios quemaron la camioneta Jeep Patriot dentro del
viejo panteón de la ciudad de La Paz, conocido como “El Zacatal”.
LOS NEXOS
En la guerra por la
plaza del narcomenudeo de la Zona Norte de La Paz, de acuerdo a investigaciones
federales y militares, “es evidente que el narcotráfico está infiltrado en la
Policía Estatal Preventiva y la Subsecretaría de Seguridad Pública del Estado,
a raíz de las declaraciones de células criminales detenidas durante algunos
operativos, quienes han aportado nombres de policías y mandos a quienes pagaban
cuotas de protección para implicarse en algunos crímenes cometidos,
participando desde levantones, hasta torturas y ejecuciones”.
El involucramiento
de algunos policías estatales con el grupo criminal de Alejandro Sánchez Trejo,
José Fernando Torres Montenegro y/o José Francisco Ojeda Torres, y Édgar
Amílcar Acosta Reyes “El Rayo”, no es nada nuevo, sino que data desde 2013,
cuando -en base a declaraciones de “El
28”- “participaron con armas y vehículos oficiales y particulares, en el caso
de las siete narcofosas encontradas en la colonia El Mezquitito de La Paz”.
Los nombres de los
policías que habrían participado en los crímenes, son los siguientes:
* Fernando de Jesús Estrada Martínez “El Mono”.
* Javier
Aurelio Parra Mungaray “El Cuervo”.
* Martín Enrique Aceves Márquez “El Keko”.
Los tres habrían
contribuido -según “El 28”- en la muerte de los siguientes narcomenudistas, a
pesar de que el nombre de Simón Guillermo Hernández Peña “El Simón” o “El
Sepultero”, solo figuró como presunto responsable:
* Erika Rosales González.
* Marcos Joel González Robles.
* Juan Javier Medina Corral.
* Jesús Iván Ramos Jiménez.
* Damaris Karina Márquez Moreno “Damaris” o “Karo”.
* Carlos Antonio Cota Cervantes “El Chaly” o
“Sharlie”.
* Abel Leal González “El Buena Onda”.
En uno de los
extractos de sus declaraciones, Víctor Barraza Martínez “El 28” explicó que el
acuerdo económico del pago de cuota de protección semanal era de 5 mil pesos
para comandantes, 3 mil para jefes de grupo y 2 mil para agentes, así como 70
mil pesos que eran repartidos entre mandos a cargo de la subsecretaria de
Seguridad Pública Estatal, Martha Cecilia Garzón López, y del comisario de la
Policía Estatal Preventiva, Francisco Javier Camacho Manríquez.
A pesar de los
señalamientos, la Unidad Especializada en Investigación de Delitos contra la
Salud de la SEIDO), investiga la causa y hasta dónde los funcionarios han
“permitido, solapado y protegido los nexos de policías y mandos con jefes
criminales”, sobre todo porque entre acusaciones mutuas entre grupos
delictivos, han salido a relucir los nombres de más policías implicados con el
narcotráfico, en videos de YouTube y redes sociales como Facebook:
* Salvador Díaz
Moreno “El Chava”.
* Luis Fernando
Avilés Riecke.
* Dulce María Núñez
Montoya.
* Hilario Flores
Ramírez “El Yiyo”.
(REPORTAJEZ
BCS/ Investigaciones ZETA/ 30 de
Diciembre del 2014 a las 12:00:00)
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