El
viernes por la mañana un sujeto llamó a su celular para advertirle que le
darían muerte
El
oficial segundo de la Policía Municipal de Bácum, Jorge Eduardo Esquer Andrade,
había sido amenazado de muerte desde un día antes que un sicario lo asesinara
por fuera de su domicilio, en la colonia Infonavit Yucujímari.
Lo
anterior quedó de manifiesto ayer en la tarde en que sus compañeros le
rindieron un homenaje póstumo en el pórtico del edificio de Seguridad Pública
en la citada cabecera Municipal.
Se
informó que Esquer Andrade que tenía su domicilio en avenida Guerrero #1518
poniente, recibió la mortal amenaza el viernes alrededor de las diez de la
mañana.
Aunque
lo platicó entre algunos compañeros, el también ex agente de la Policía
Municipal de Cajeme, donde laboró en el área de Dactiloscopia, no le pusieron
atención a esa amenaza.
Incluso
al momento de la mortal agresión, Esquer Andrade, se encontraba desarmado,
debido a su arma de cargo, al igual que la de sus compañeros se encontraban en
revisión en las instalaciones militares del 60 Batallón de Infantería.
Sus
compañeros dijeron que no es al primero que amenazan por cumplir con su labor,
sino que muchos de ellos igualmente se han enfrentando a esa situación,
asegurando que el Municipio de Bácum al igual que otras localidades se ven
amenazados por gentes presuntamente ligados al crimen organizado.
Incluso
el mismo titular de la corporación, Adrián Hernández León, reconoció que él
también ha recibido llamadas amenazantes de un mismo sujeto, sin embargo, el
temor no se ha apoderado de ellos.
Esquer
Andrade, de 43 años, ese día sábado iba a ingresar a laborar poco después de
las 6 de la tarde como lo hacen con regularidad los fines de semanas quienes
integran el Departamento de Investigaciones.
Sin
embargo, un sujeto que huyó en una camioneta Cherokee lo hirió de dos balazos;
uno en el cuello y el otro en el tórax, lesiones que le ocasionaron la muerte
cuando era intervenido quirúrgicamente en el Seguro Social.
Ayer
el fallecido policía rindió tributo a la madre tierra en el cementerio Jardín
Misión, después de que sus compañeros lo despidieron en la Jefatura donde por
espacio de doce años se desempeñó como servidor público.
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