sábado, 12 de abril de 2014

SU VIDA FUE APAGADA DE MANERA BRUTAL



 
Monclova, Coah.- “Era mi niña, la quise y la quiero mucho aunque no esté conmigo. Siempre la voy a llevar en mi corazón”, fueron parte de las palabras que Aracely Guadalupe Meléndez Chávez dedicó a su hija Jaqueline Estefanía ante una prematura partida envuelta en un halo de misterio; a sus 15 años las luces de la vida nocturna se habían posado sobre ella, de manera brutal, fueron apagadas.

En medio de una revolución de sentimientos, con un mar de incógnitas, y en lucha permanente por mantener la ecuanimidad, doña Aracely recuerda la alegría que caracterizaba
a su retoño cuyo cuerpo yace en un féretro en una de las salas de la Capilla de Velación de la Sección 147; su vida fue cegada de manera violenta y no hay todavía quién ofrezca una respuesta a los hechos.

“Siempre fue muy alegre, le gustaba la música, era cariñosa con nosotros, de carácter muy agradable, amable”, la describe con un gesto sereno.


IGNORABA QUE ESTUVIERA TRABAJANDO

Sobre el recuerdo de su hija se extiende un velo de dudas, el día de su muerte le fue localizado un tarjetón extendido por Salud Municipal que aseguraba que su nombre era Thalía Guadalupe Pérez Armendáriz, de 23 años de edad y supuesta bailarina exótica del centro nocturno Zeppelin, no obstante contar apenas con 15 primaveras.

“No sabía que estaba trabajando. Nunca me dijo”, afirmó su mamá, quien postrada en uno de los sillones de la funeraria desvía su mirada a la nada, como desmenuzando sus recuerdos sin encontrar una explicación a tan terrible situación, apretando los labios para no llorar.

“¿Para amueblar su casa?”, expresó de pronto, más a manera de incógnita que de respuesta al localizar un posible detonante de la causa por la que su hija decidió entrar a trabajar como bailarina.

A decir de doña Aracely, hace un mes que Jaqueline Estefanía había rentado una casa en la colonia Barrera.

“Desde hace un mes vivía sola”, declaró la mujer, “No sé, nunca me dijo nada de que trabajara. Quizá fue porque quería vestirse bien, comprar las cosas que le gustaban, verse bien, porque a mi niña siempre le gustó andar a la moda como a toda jovencita. Porque quería comprar muebles. No sé”, refirió doña Aracely, dándose por vencida al suponer que jamás sabrá la respuesta exacta.

Abundó que a pesar de que su esposo es albañil, y su situación económica no es muy favorable, jamás se enteró de que Estefanía enfrentara un adeudo o que se quejara
por la falta de dinero.

QUERÍA SER ENFERMERA O ESTILISTA

El día de su fallecimiento, el 10 de abril, en el domicilio familiar ubicado en la calle Chamizal número 1830 casi esquina con la avenida Adolfo López Mateos, en la colonia Barrera, Jaqueline Estefanía se encontraba sola.

Pero las redes de la desgracia ya habían sido arrojadas. Cerca de las 4:00 de la tarde las autoridades policiacas recibieron una llamada anónima de auxilio advirtiendo que en el domicilio antes mencionado se encontraba el cuerpo de una mujer en un charco de sangre.

Las primeras averiguaciones arrojaron como posible causa de la muerte un golpe contundente en el cráneo.

“Quería estudiar belleza o enfermería”, retomó la conversación doña Aracely después de una pausa, pues los allegados a la quinceañera continúan arribando a la capilla para expresar sus condolencias a la familia.

“Ese era su sueño, su meta, ser estilista o enfermera. Yo le decía que le echara ganas, que la iba a apoyar en todo, que contaba conmigo para lo que fuera”, añadió.

Y es que después de cursar el primer grado de educación media en la Escuela Secundaria No. 3 “Martín González Vázquez”, Estefanía abandonó su educación.

“No estuve de acuerdo con que dejara la secundaria, le insistí en que fuera, incluso yo misma la llevaba a la escuela, pero ya no quiso, de eso como hace dos años”, dijo.

“Me enteré hace poco de que andaba mal, pero ella no decía nada. No sé porqué, siempre tuvimos muy buena comunicación, me decía que me quería mucho; le gustaba ir al Xochipilli, pasear por el Centro, ir al circo”.

“El último día que estuvo el circo aquí, fue a la función. Tenía sus amigas, aunque no me acuerdo de sus nombres. Con sus hermanos llevaba muy buena relación, los procuraba y atendía”, describió la mujer quien sólo desea que el alma de su pequeña descanse en paz.

“En alguna ocasión comentó que quería tener hijos, pero ahorita no. No sé que es lo que pasó”, dijo.

‘YO NO LE DÍ EL TARJETÓN DE SALUD’

En el crimen de la joven de 15 años que ilegalmente se prostituía en un centro nocturno, el jefe de inspectores de Vinos y Licores del Municipio, Eusebio Ramírez Juárez, se lavó las manos, afirmando que la menor se hacía pasar como mayor de edad utilizando una acta de nacimiento ajena, y agregó que él tampoco le expidió el tarjetón de sanidad.

“Para trabajar de bailarina exótica en el centro nocturno ella se hacía pasar como Thalía Guadalupe Pérez Armendáriz, de 25 años de edad y tenía 3 meses en esa actividad, pero su verdadero nombre era Estefanía Meléndez Chávez, de 15 años y tiene una hermana que se dedica a lo mismo en el giro negro”, apuntó el funcionario municipal.

El jueves anterior, Estefanía fue descubierta sin vida en la recámara de lo que fue su domicilio ubicado en Chamizal con Adolfo López Mateos de la colonia Barrera y las autoridades
determinaron que fue victimada de un martillazo en la cabeza por un desconocido, tal vez su pareja sentimental o explotador en el bar Zeppelin.

En cuanto al tarjetón de higiene que permite a las mujeres trabajar en antros de vicio y prostíbulos, Eusebio Ramírez Juárez dijo que ese documento lo expide el médico asignado a Salud Pública Municipal, en este caso Salvador García.

Agregó que a las mujeres que solicitan inscripción en el padrón para trabajar en centros nocturnos, se les pide identificación que acredite su mayoría de edad, CURP, comprobante
de domicilio, fotografía y acta de nacimiento y hasta este momento tenemos acreditadas a 320 de ellas.

Dijo que ningún documento fue falsificado como el CURP y el acta de nacimiento, sino que simplemente la víctima utilizaba esos papeles para usurpar la personalidad de la verdadera Thalía Guadalupe Pérez, y la ubicación y declaración de ella, ya es competencia del Ministerio Público.

“Yo no le expedí el tarjetón de sanidad para operar en antros, sino el médico de Salud Pública Municipal”, señaló Eusebio Ramírez Juárez, jefe de inspectores de Vinos y Licores.

(ZOCALO/  Cristal Romo /12/04/2014 - 04:00 AM)

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