sábado, 12 de abril de 2014

DESARME, "HASTA QUE SE ERRADIQUE A TEMPLARIOS": MIRELES

Mireles durante la toma de Nuevo Urecho, Michoacán. Foto: Germán Canseco


NUEVO URECHO, Mich., (apro).- A las siete de la noche repiquetearon las campanas de la iglesia, no era un llamado a misa, sino a una asamblea convocada por los autodefensas que, equipados con rifles de asalto y pistolas, llegaron a liberar este pueblo de los Caballeros Templarios.

Decenas de autodefensas provenientes de varios municipios del valle de Apatzingán llegaron desde temprano a este pueblo histórico –aquí José María Morelos y Pavón ofició misa por varios meses–, el cual ya estaba vigilado por policías federales y el Ejército.

De hecho, cuando los autodefensas tomaron el zócalo de la comunidad, los policías y soldados los observaron con asombro y recelo. “Si quieren pelea, aquí hay con que…”, dijo uno de los agentes con el rifle al pecho.

Uno de los autodefensas explicó que los sicarios de los Caballeros Templarios seguían aquí y se escondían en las brechas y algunas casas. “Ahorita ya los están buscando”, explicó mientras otros de sus compañeros se metían a la iglesia para pedir permiso al párroco y tocar las campanas.

Ante decenas de habitantes, José Manuel Mireles dijo nuevamente que un pueblo unido puede enfrentar al gobierno federal, al Ejército o a la Marina “sin echar balas”.

Ante los habitantes del municipio reiteró que no dejarán las armas y que dan al comisionado Alfredo Castillo hasta el 10 de mayo para que libere a todos los autodefensas y “limpie” Michoacán del crimen organizado.

“Si el gobierno cumple, nos desarmamos”, sostuvo el coordinador general de los autodefensas.

Esta es la segunda vez que llegan los autodefensas a este municipio. La vez pasada, a principios de año, anunciaron que se quedarían, pero unos días después se retiraron. Hoy, prometió Mireles, se quedarán por un tiempo hasta que el pueblo se organice con sus propias autodefensas.

Después del accidente aéreo del 4 de enero y de una larga convalecencia, esta es la primera caravana de autodefensas armados que encabeza Mireles para “liberar” un pueblo.

En el zócalo de Nuevo Urecho, vigilado por soldados, policías federales y autodefensas armados, el médico oriundo de Tepalcatepec pidió el apoyo de la gente para que no prospere el plan de desarme lanzado por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

“Un pueblo unido tiene la fuerza porque tiene el derecho inalienable de poner y quitar al gobierno. Lamentablemente, desde niños nos enseñan que hay que respetar al gobierno y bajamos la cabeza, pero si el gobierno no nos respeta, ¿por qué chingaos lo tenemos que respetar?

“Un gobierno administra, no son los dueños de la riqueza, pero se creen los dueños a través de los partidos. Pero sólo en las campañas se acercan al pueblo y regalan láminas, despensas, gorras para comprar a la gente y que no pienses. Pero el pueblo es el patrón del gobierno que los elige, que lo contrata para administrar”, dijo a la gente que le brindo aplausos.

Luego denunció que en las elecciones pasadas muchos votaron con un rifle en la cabeza, presionados por el crimen organizado que apoyó al PRI.

‘Yo denuncié hace 13 meses a Jesús Reyna, luego lo hizo el gobierno y unos medios, pero nadie nos creía. Cuando le preguntaban al gobernador no decía nada. Pero hoy está en la cárcel acusado de estar relacionado con esa gente”, sostuvo el líder de los autodefensas.

Enseguida, acusó también de indolencia al gobernador priista Fausto Vallejo que, cuando le preguntaban sobre Reyna, no decía nada y aseguraba que no pasaba nada en Michoacán, a pesar de que los criminales seguían matando a la gente.

“Por eso digo que no habrá desarme, no nos pueden desarmar, lo haremos solitos cuando se haya limpiado todo. El gobierno federal hizo un pacto conmigo en noviembre; en agosto el procurador general de la República también lo hizo y no han cumplido nada. Nos dan hasta el 10 de mayo para desarmarnos, pero yo ya les respondí que le damos el mismo plazo para que libere a los autodefensas presos”, sostuvo Mireles.

E insistió. “Pero pedimos unidad, porque perro que no cuida su hueso no es perro, como dijo el padre Goyo. Y nosotros no vamos a dejar las armas”.

Ante los temores de la ciudadanía, Mireles contesto: “Lo que necesitamos es quitarnos lo pendejo y avanzar. Es una situación difícil, enfrentar el miedo, pero cuando enfrentamos nuestros temores y enfrentamos nuestro propio miedo, descubrimos nuestra grandeza. Ya lo hemos visto. Dios es grande con nosotros, sólo tenemos que superar nuestro miedo y unirnos”.

/11 de abril de 2014)


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