México.- En el Centro Federal de Readaptación Social N.1, El
Altiplano, antes La Palma y Almoloya de Júarez, Joaquín El Chapo Guzmán
compartirá techo con miembros de grupos rivales del crimen organizado
como los fundadores de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño, El Z-40, y Jaime
González Durán, El Hummer.
Ubicada en Almoloya de Juárez, Estado de México, esta prisión de máxima seguridad inició operaciones en noviembre de 1991.
De acuerdo con el informe más reciente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre centros penitenciarios, El Altiplano no tiene áreas de privilegios, a diferencia del penal de Puente Grande en Jalisco, cárcel de la que se fugó el capo hace 13 años en un carro de lavandería.
En El Altiplano los reos tienen celdas separadas y si éstos coinciden entre sí es en el patio en un espacio de 30 minutos al día.
Ahí El Chapo podrá ver a otros compañeros de prisión como el líder Zeta Miguel Ángel Treviño, El Z-40, detenido en julio de 2013 en Nuevo León, o Jaime González Durán, El Hummer, también fundador de ese grupo delictivo.
En el penal de Almoloya de Juárez también están recluidos dos criminales que en su momento acapararon los reflectores de los medios de comunicación por la magnitud de sus crímenes: Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, apodado así por cortar las orejas de sus secuestrados para exigir el pago del rescate, y Mario Aburto Martínez, asesino confeso del candidato priista a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.
También hay operadores y sicarios del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, tales como El Indio, Gerardo Álvarez Vázquez, aprehendido en un operativo en Huixquilucan, Estado de México, y La Barbie, Édgar Valdez Villareal, considerado pieza clave en la batalla de cártel del Pacífico contra Los Zetas.
En su momento, en El Altiplano también estuvieron recluidos Eduardo Arellano Félix y Francisco Javier Arellano, líderes del cártel de Tijuana; sin embargo, ambos ya fueron extraditados a Estados Unidos, Eduardo, El Doctor, fue condenado a 15 años de prisión en una corte de California, mientras que a Francisco Javier, El Tigrillo, se le dictó una cadena perpetua en noviembre de 2007.
El País destaca la reaprehensión del capo
La detención del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán merece todos los elogios, pues demuestra que es posible derrotar a quienes han burlado la justicia y que se pude acabar con la impunidad, destacó el diario español El País.
El periódico señaló en su editorial de este miércoles no sólo el operativo con el que se logró la detención de El Chapo sin un solo tiro, sino la contención del triunfalismo y el extremo cuidado para evitar errores que abrieran reaprehendido importantes lecciones. Citó, en primer lugar, que no haya más fiascos por filtraciones o chivatazos.
“La discreción del operativo fue tan perfecta como el muro de silencio de los mandos civiles del gobierno mexicano”, abundó.
En segundo lugar, subrayó el respeto a los protocolos del debido proceso. Apuntó que se detuvo y se juzgará al líder de una organización a la que se atribuyen seis de cada 10 homicidios en los años más cruentos de la lucha contra el narcotráfico en México.
“Además de merecer todo el elogio, es necesario que la operación se convierta en un presagio: que la detención de este poderoso y letal narcotraficante marque el camino para que México deje de ser un país donde ocho de cada 10 homicidios quedan impunes”, apuntó.
El Chapo Guzmán escapó de una cárcel de alta seguridad, el penal de Puente Grande en 2001 y durante 13 años se mantuvo prófugo de la justicia, durante los cuales el delincuente extendió su poder tanto en México y Estados Unidos como en otros países, anotó el rotativo español.
La madrugada del pasado sábado, el capo de la droga fue detenido en el puerto turístico de Mazatlán, en su estado natal, Sinaloa, la tarde de ese día, las autoridades informaron de su captura.
Ubicada en Almoloya de Juárez, Estado de México, esta prisión de máxima seguridad inició operaciones en noviembre de 1991.
De acuerdo con el informe más reciente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) sobre centros penitenciarios, El Altiplano no tiene áreas de privilegios, a diferencia del penal de Puente Grande en Jalisco, cárcel de la que se fugó el capo hace 13 años en un carro de lavandería.
En El Altiplano los reos tienen celdas separadas y si éstos coinciden entre sí es en el patio en un espacio de 30 minutos al día.
Ahí El Chapo podrá ver a otros compañeros de prisión como el líder Zeta Miguel Ángel Treviño, El Z-40, detenido en julio de 2013 en Nuevo León, o Jaime González Durán, El Hummer, también fundador de ese grupo delictivo.
En el penal de Almoloya de Juárez también están recluidos dos criminales que en su momento acapararon los reflectores de los medios de comunicación por la magnitud de sus crímenes: Daniel Arizmendi, El Mochaorejas, apodado así por cortar las orejas de sus secuestrados para exigir el pago del rescate, y Mario Aburto Martínez, asesino confeso del candidato priista a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio.
También hay operadores y sicarios del cártel de los hermanos Beltrán Leyva, tales como El Indio, Gerardo Álvarez Vázquez, aprehendido en un operativo en Huixquilucan, Estado de México, y La Barbie, Édgar Valdez Villareal, considerado pieza clave en la batalla de cártel del Pacífico contra Los Zetas.
En su momento, en El Altiplano también estuvieron recluidos Eduardo Arellano Félix y Francisco Javier Arellano, líderes del cártel de Tijuana; sin embargo, ambos ya fueron extraditados a Estados Unidos, Eduardo, El Doctor, fue condenado a 15 años de prisión en una corte de California, mientras que a Francisco Javier, El Tigrillo, se le dictó una cadena perpetua en noviembre de 2007.
El País destaca la reaprehensión del capo
La detención del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán merece todos los elogios, pues demuestra que es posible derrotar a quienes han burlado la justicia y que se pude acabar con la impunidad, destacó el diario español El País.
El periódico señaló en su editorial de este miércoles no sólo el operativo con el que se logró la detención de El Chapo sin un solo tiro, sino la contención del triunfalismo y el extremo cuidado para evitar errores que abrieran reaprehendido importantes lecciones. Citó, en primer lugar, que no haya más fiascos por filtraciones o chivatazos.
“La discreción del operativo fue tan perfecta como el muro de silencio de los mandos civiles del gobierno mexicano”, abundó.
En segundo lugar, subrayó el respeto a los protocolos del debido proceso. Apuntó que se detuvo y se juzgará al líder de una organización a la que se atribuyen seis de cada 10 homicidios en los años más cruentos de la lucha contra el narcotráfico en México.
“Además de merecer todo el elogio, es necesario que la operación se convierta en un presagio: que la detención de este poderoso y letal narcotraficante marque el camino para que México deje de ser un país donde ocho de cada 10 homicidios quedan impunes”, apuntó.
El Chapo Guzmán escapó de una cárcel de alta seguridad, el penal de Puente Grande en 2001 y durante 13 años se mantuvo prófugo de la justicia, durante los cuales el delincuente extendió su poder tanto en México y Estados Unidos como en otros países, anotó el rotativo español.
La madrugada del pasado sábado, el capo de la droga fue detenido en el puerto turístico de Mazatlán, en su estado natal, Sinaloa, la tarde de ese día, las autoridades informaron de su captura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario